28.11.05

Un año más

Ya está de nuevo aquí. La Navidad. Las calles vuelven a estar ¿adornadas? con las típicas luces. Las casas empiezan a estar engalanadas con luces, árboles y belenes. La gente vuelve a arremolinarse ante centros comerciales para regocijo del consumismo. Todos fingen llevarse bien y echar "pelillos a la mar" con aquellas personas a las que no aguantan durante el resto del año. Todo es tan bonito que se me saltan las lágrimas sólo de pensarlo. Todo lleno de buenas intenciones, de buenos sentimientos, de buen rollo. La hipocresía humana llega a tal extremo de que en esta época son perdonados todos los deslices o pecados que se cometen. "Eres un capullo, pero como es Navidad, te perdono". Todo es así de sencillo, todo se resume en eso.

Pero la que debería ser la fiesta más familiar y la más entrañable, ha pasado a ser la fiesta más borreguil que existe. En Navidad hay que hartarse a comer, ya sea turrón, mazapán o polvorones, hasta llegar a engordar unos pocos kilos. Hay que brindar con cava (o champagne francés para aquellos patriotas que continúen adelante con ese inteligente boicot a todo lo catalán). Hay que dejarse el sueldo en regalitos para los más allegados, simplemente porque El Corte Inglés así lo dispone. Hay que comer doce uvas al son de las campanadas de un reloj. Hay que salir en Nochevieja, de chaqueta y corbata, por supuesto, y pillarse un pedo enorme para llegar a casa a las once de la mañana. Y, en definitiva, todos tenemos que ser más felices y mejores personas porque es la época de los buenos sentimientos.

Por todo ello, se han convertido en las fiestas del consumismo, del desparrame y de los excesos en general, donde la gente se ha olvidado de lo que realmente se celebra, y bien poco que importa. Lo esencial es reunirse con la familia (en eso es lo único en lo que estoy de acuerdo), ponerse ciegos de todo y arruinarse comprando regalitos. Por eso yo este año no quiero ser cómplice de los centros comerciales y he decidido no hacer un solo regalo a nadie. Por el mismo motivo (y esto va dirigido fundamentalmente a mi familia) espero no recibir nada de nadie. Lo realmente bonito de un regalo es la espontaneidad de quien da y la sorpresa del que recibe, y eso es algo que se pierde con estas fiestas tan bien estructuradas. ¿Por qué no puede hacerse un regalo el 15 de agosto, por ejemplo? No espero que lo compartáis, pero sí que lo respetéis.

18.11.05

Miedo y pena

Raro es el día en el que no me llega a mi correo un e-mail de algún conocido, amigo, familiar o lo que sea, advirtiéndome sobre un devastador virus que corre el riesgo de presentarse en mi cuenta y que se cepillaría el disco duro y los alrededores de éste. O aquellos patéticos mails de hace algún tiempo en los que se nos hablaba de un niño moribundo, con una enfermedad sólo operable en Houston y que se necesitaba una enorme cantidad de dinero para llevarse a cabo, y que hotmail ofrecía un centavo por cada vez que se reenviase el mensaje. O esos otros en los que se nos avisaba de que hotmail iba a cerrar o que el messenger pasaría a ser de pago, y que sólo se salvarían de la quema los que reenviaran el mensaje. Motivos todos ellos que deberían impulsarnos a hacer caso y mandar ese mensaje. Motivos todos ellos falsos como las promesas electorales de un político.

La intención real de esos mensajes no es otro que comprobar las cuentas de correo que están activas para mandarles publicidad o similares. O para hacer lo que crean conveniente con esas cuentas, pero es una manera de conocer las que son periódicamente revisadas y utilizadas. Por ello, esos mensajes nos son enviados por parte de alguien conocido, porque de lo contrario éste llegaría posiblemente a Correo no deseado y no le haríamos el mayor caso. ¿Quién va a desconfiar de un amigo?

Analizando un poco los casos. ¿Cuánto tiempo nos llevan diciendo que el messenger va a pasar a ser de pago? ¿O que sencillamente lo van a quitar? ¿A alguien le ha pasado algo? Hace unos días me llegó nuevamente un aviso sobre este tema, diciendo además que no era una invención, puesto que en la página de msn lo decían. Pues mi curiosidad, tan escasa en otras ocasiones, me llevó a mirar la mencionada página, donde no vi absolutamente nada acerca de esa noticia, tal y como me esperaba.

¿Alguien sabe algo del niño al que había que operar en Houston de esa enfermedad incurable? Todo son invenciones para impactarnos y así enviarlo al mayor número de personas posible, pero que no deja de ser una simple estrategia para comprobar las cuentas que están activas. Así que no os alarméis tanto con los mensajes que os lleguen, que no es tan fiero el león como lo pintan, y si un devastador virus está rondando los ordenadores de medio mundo, nos enteraremos por medio de las noticias, como ha ocurrido otras veces en que sí era cierto.

16.11.05

La Malandrina

Durante mi segundo año en el módulo que estudié (Desarrollo de aplicaciones informáticas), las altas instancias de la escuela decidieron que era el momento de poner internet en los ordenadores con los que trabajábamos. Entre otras muchas consecuencias, como la bajada masiva de canciones de diverso pelaje (aunque hay que reconocer que las que me bajaba yo eran dignas de ser mencionadas en el horno de Su), esto nos llevó a que, en nuestros ratos libres, nos pusiéramos a chatear, a veces dos o más compañeros en un solo ordenador con el sano fin de echarnos unas risas.

Y aún me acuerdo de un día en el que me metí en el chat de ozú. Allí había una chica cuyo nick era Laurita_UAB que no paraba de protestar diciendo que todo el mundo estaba ligando y nadie decía nada. El caso es que me hizo gracia la situación y me puse a hablar con ella. Pero desde el principio la conversación se salió del tono habitual ("¿Qué edad tienes?" "¿De dónde eres?") para pasar a un ambiente más surrealista, en el que los dos nos dedicábamos a decir las mayores tonterías que se nos ocurrían, campo en el cual tengo una extensa práctica, todo hay que decirlo. Las conversaciones con esta chica continuaron durante los días siguientes, los meses siguientes... Cada día que hablaba con ella descubría alguna faceta nueva de su personalidad.

Hoy, tres años después de aquel día, continúo hablando con ella, y aunque no se explica cómo (ni yo, para qué negarlo), se ha convertido en una de mis mejores amigas, si es que no es la mejor, que yo creo que sí. Me aguanta las tonterías y las burradas que le digo, y me muestra la luz cuando yo sólo veo oscuridad. Cuando estoy interesado en alguna chica, ella le hace una radiografía perfecta a través de una simple foto, y lo que más me jode, es que raramente suele equivocarse. Ha participado alguna vez en este blog con el nombre de laurita, con la rara habilidad de poner el dedo en la llaga con lo que dice (metafóricamente hablando, claro).

Desde hace algún tiempo, pasó a ser "La Malandrina" y, aunque la he visto en persona pocas veces (ella es de Manresa), nuestros encuentros siempre han sido, a partes iguales, intensos y castos. Por eso, y sólo por eso, La Malandrina es la mejor, la mire por donde la mire, y sólo se me ocurren palabras de agradecimiento cuando hablo de ella. Así que eso. Gracias.

10.11.05

No podía ser de otro modo

Hace poco os conté lo maravillosamente bien que trabajan en el taller de mi barrio, al cual tuve la osadía de llevar a mi pobre Jarno (Peugeot 206) para que pasara la revisión de los 60.000 kilómetros. Os relaté un tanto apresadumbrado los problemas que me estaba dando mientras yo intentaba llevar a cabo mi trabajo de la manera más amena (o incluso vodafone) posible. Problemas que fui dejando pasar. Hasta hoy. Hoy Jarno ha dicho que no seguía más, y en una de sus "caladas" no me ha dejado arrancar después. Esa, de por sí, es una situación un tanto desagradable e incómoda, pero lo es aún más si el lugar elegido por el coche para quedarse es la famosa y temida, a partes iguales, M-30. Inmediatamente se ha apoderado de mí un sentimiento de nerviosismo, de no saber qué hacer mientras seguía girando la llave de contacto con la esperanza de que reaccionara y pudiera salir de ese infierno rápidamente. Pero no. He tenido que sacar la mano por la ventanilla para decirle al de detrás que pasara, al tiempo que accionaba las luces de emergencia. Y me he quedado ahí, intentando en vano arrancar el vehículo y blasfemando un poco (pero poco, ¿eh?).

De pronto, por el retrovisor veo que un coche se para detrás mío. Pero, al igual que la vaca lechera no es una vaca cualquiera, este coche tampoco lo era. La policía municipal. Vinieron dos amables agentes (y no es sarcasmo, mal pensados) a intentar ayudarme, pues ese es el propósito principal de la policía, ¿no?. Aunque sólo tengo constancia de haber hablado con uno de los dos, que se ha puesto a hacerme preguntas sobre el coche, hasta que me ha dado instrucciones precisas: Haz esto, haz lo otro, intenta arrancar el coche ahora. Como por arte de magia, y quedando yo como un auténtico pardillo, el motor rugió como acostumbra, y al grito del agente de "Venga, vámonos", he arrancado y me he ido, aunque la luz de autodiagnosis del motor seguía encendida. Así pues, una vez llegado a mi destino, he llamado a la grúa y a Europcar para que me dieran un vehículo de sustitución.

Uno de los aspectos positivos de mi trabajo es que, cuando tengo el mío en el taller, me dan otro, por lo cual se tiene la posibilidad de probar varias marcas y modelos. Así que tras haber conducido un Seat Ibiza, un Fiat Punto, un Renault Modus, Citroen C3, Citroen Saxo o Peugeot 307, ahora le toca el turno al Renault Megane, un coche que me parece realmente horroroso, pero que, por lo que he probado hasta ahora, anda bastante bien.

8.11.05

Trece años

No, esa no es la edad mental de quien está escribiendo esto, aunque alguno lo esté pensando. Es el tiempo que ha pasado desde que acudí a mi primer concierto, a la tierna edad de catorce años. El 8 de noviembre de 1992 actuaba en Madrid la que por entonces era la banda favorita del común ídolo de todos ustedes (yo): Extreme. Posiblemente muchos asocien este nombre únicamente a la canción "More than words" ignorando la enorme calidad rockera de los discos de esta banda de Boston y que se encargaron de demostrar en el (demolido ya) pabellón de deportes del Real Madrid. Venían para presentar su tercer disco, titulado "Three sides to every story".





Y para allá fuimos mis hermanos (Su y Ernesto) y un servidor. Para presumir, diré que fui yo quien les descubrió esta banda a estos dos insignes bloggeros. El concierto en sí fue muy bueno, aunque no pretendo hacer una crónica del mismo a partir de mis vagos recuerdos. Lo que sí recuerdo con meridiana claridad fue el mareo que me dio dentro del recinto. Al ser noviembre, y conociendo el clima que hace en Madrid por esa época, fui para allá con mi plumas, sin saber el calor que se pasaba dentro de un concierto de rock. Mis hermanos sí que lo sabían (Ernesto había ido anteriormente a otros multitudinarios conciertos, como los de Obús y, sobre todo, Ñu) y sin embargo no tuvieron a bien avisarme previamente. ¿Por qué? ¿Acaso les caía y/o caigo mal? ¿Estaban celosos porque era y soy el pequeño y querían vengarse de alguna manera? Sea como fuere, el caso es que en mitad del concierto, empecé a marearme y tuve que ir al baño a refrescarme, donde por cierto pude ver a Javier Andreu, cantante de La Frontera. Y todo hay que decirlo, Ernesto estuvo en todo momento a mi lado, ejerciendo de hermano mayor, viendo lo que restaba de concierto desde las escaleras, quizás con remordimientos por no haberme avisado previamente. Pero, mareos aparte, el concierto fue del gusto de todos.

Años más tarde pude ver en persona a Nuno Bettencourt (guitarrista de la banda) y Pat Badger (bajista) cuando vinieron a firmar discos a la ya extinta Madrid Rock tras sacar su cuarto y, a la postre, último trabajo "Waiting for the punchline". ¡Hasta me dieron la mano! Para mí fue un triunfo y estuve más insoportable de lo acostumbrado durante una temporada. Aún cuando escucho sus discos recuerdo aquellos años y vuelvo de alguna manera a mi adolescencia y a la edad del pavo, que aún no sé si me ha abandonado, como el desodorante.

7.11.05

¡Vaya día!

Hoy ha sido un día horrible, realmente para olvidar. Y no porque tuviera que volver al trabajo tras una semanita de vacaciones. Ni porque hubiera más avisos que nunca, lo cual ha hecho que no diéramos abasto. Ni por las complicaciones que iban surgiendo a medida que avanzaba el día, que no nos permitían realizar nuestro trabajo como quisiéramos. Ni por la horda de cucarachas que me estaban esperando en una tienda debajo de un escáner (mi primer pensamiento ha sido ponerme a gritar, pero en un alarde de hombría me he mantenido firme, aunque sin saber qué hacer con ellas). El día ha terminado aún peor cuando he llegado a casa y he visitado el blog de Ragazza. A estas alturas de la vida, me imagino que seréis pocos los que no sabréis o supondréis que entre esta chica y yo hay una relación que va más allá de una mera amistad. Hay amor. Y por eso, que se moleste conmigo me duele más que lo haga cualquier otra persona. Y el caso es que se ha molestado, debido al post que escribí titulado "Acoso... ¿y derribo?". En él, mi intención era compartir con mis (pocos) lectores una situación incómoda que estaba sufriendo, pero ella se lo ha tomado por donde no pensaba yo y se ha llevado una fuerte decepción, aunque aún no alcanzo a entender el motivo. Ha decidido que nuestra "relación" ha terminado debido a ello, lo cual me duele aún más, dado que no he llevado a cabo ningún acto que le pudiera hacer sentirse así de mal, y ha sacado conclusiones precipitadas sobre mi persona y mi conducta. De nada sirven los buenos momentos que hemos vivido, las risas que nos hemos echado, las palabras de calma cuando estaba alterada. De nada. Todo se ha ido al traste por un simple comentario que, para colmo, ni siquiera era del todo cierto y que sólo utilicé para darle un poco más de sentido al relato. Por eso no considero justa esa decisión que ha tomado, especialmente sin dejarme la oportunidad de poder explicarle algunas cosas que le puedan dejar claro cómo soy.

Siempre he pensado que todo el mundo tiene derecho a una defensa. Si la tienen asesinos, violadores y gente así, ¿no me merezco yo una? Al fin y al cabo, repito, yo no he hecho nada.

6.11.05

Otro sábado glorioso

Sábado, 5 de noviembre. Coincidiendo con el cumpleaños de Su, y dado que no pude acudir a Barcelona y hube de permanecer en Madrid, quedé con mi amigo Gonzalo para ir a comer a algún lado. Como siempre tardamos una vida entera en decidir dónde vamos, ayer propuse, casi sin pensar, acudir al VIPS, cosa que aceptó, no sé si porque le apetecía o por no tener que pensar una alternativa. Así que para allá nos fuimos. Al llegar nos maravillamos con la escasez de gente que allí había, y nos pusimos a mirar discos, películas, libros y esas cosas antes de entrar al comedor. Nos sorprendimos con algunos dvds y alguns discos compactos, hasta que decidimos que era la hora idónea para comer. Nos giramos hacia el restaurante y pegamos un grito de espanto. En tan corto espacio de tiempo, se había formado una cola para comer digna de un concierto de U2. Pasando de quedarnos ahí, pensamos. Así que probamos suerte en el Gino's, que está al lado (al que conozco la plaza de los Cubos, lo sabrá). Aún más gente. "Pero, ¿qué ha pasado? Si cuando hemos venido no había ni Dios". Nuevamente nos iba a tocar estrujarnos los sesos buscando un sitio. Entonces nos acordamos de que en la calle Princesa hay un Fosters Hollywood de esos, que por cierto, ninguno de los dos habíamos visitado un restaurante de esa cadena en nuestras vidas. Así que decidimos ir allí a probar.

Craso error. Nos debieron poner en la mesa de los tontos, en esa por la que pasan los camareros pero no te atiende ni uno. Total, terminamos de comer a eso de las cinco de la tarde, poco, mal y de mala leche. Sábado glorioso. Estas cosas siempre me pasan cuando quedo con Gonzalo. ¿Debo volver a quedar con él?

3.11.05

Acoso... ¿y derribo?

Hace unos meses conocí a una chica madrileña por internet, en uno de esos chats en los que me meto cuando estoy aburrido. Como no sé decir que no, no pude negarme a darle mi messenger cuando me lo pidió, así como tampoco pude días más tarde cuando me pidió el número de mi móvil. El caso es que, hablando por el messenger, vio una foto mía, y debió gustarle lo que vio. Mientras hablábamos de lo que ligábamos y tal, le dije que yo no me comía una rosca (lo cual es verídico, por otro lado), a lo que ella me respondió (textualmente): "Pues igual ya te la has comido". No supe qué decir, aunque logré salir del apuro cambiando radicalmente de tema. Me soltó un par de puyas más de ese estilo en sendas conversaciones, que conseguí esquivar como buenamente pude. La cosa pareció quedarse ahí, porque dejamos de hablar durante varios meses.

Pero el otro día, mientras estaba en el Vicente Calderón viendo el Atlético de Madrid - Villarreal, me llegó un mensaje al móvil, en el que me decía algo así como: "Hola, soy Nuria, ¿te acuerdas de mí? ¿Te apetece que quedemos un día de esta semana o el finde y así conocernos?". Como pude, y lo más educadamente posible, le dije que no podía, inventándome alguna excusa. Bueno, realmente no fue inventada, puesto que lo que le dije (que igual venían unos colegas a casa a jugar a la play), sucedió. Pero al día siguiente, lunes, estando yo de vacaciones, volvimos a coincidir en internet, después de varios meses sin saber nada el uno del otro. Estuvimos hablando de cosas diversas, de las idas y venidas de nuestras vidas, hasta que en un momento dado me preguntó: "¿Te apetece una relación seria?". He de reconocer que me dejó un poco descolocado, pero a mi consulta sobre si eso se trataba de una proposición, me respondió con un clarividente "puede". Le dije, evidentemente, que no, y además le hablé de una tal Patricia, a la que alguno que lea esto puede que conozca, y que no estoy interesado en nadie en estos momentos. Vale, ahí se quedó la cosa. ¿Ahí? No.

Ayer mismo, miércoles, dos días después de esto, me llegó otro mensaje suyo al móvil diciéndome que tenía que ir al centro a comprar un libro y que si me apetecía quedar para tomar un café. Decliné la invitación, y más cuando dos días antes me había hecho esa esclarecedora pregunta. La nueva cuestión es: ¿Se dará por vencida?

2.11.05

No hay tregua

Este título de una canción de los incombustibles Barricada es lo que me ha sucedido hoy con mi móvil. No me ha dado tregua. Andaba yo preocupado porque pensaba que estaba estropeado o algo, ya que últimamente sonaba menos de lo que es habitual en él. Pero no, hoy me ha demostrado que sigue muy vivo.
Y eso que hasta la una de la tarde ha estado muy tranquilito y me ha dado tiempo para ir a jugar un poco al tenis (estoy de vacaciones, qué pasa) con mi padre. Pero ha sido volver y.... Primero me ha llamado alguien desde Argentina, alguien con quien hacía tiempo que quería hablar, pero que siempre me sabe a poco, estemos el tiempo que estemos hablando. Parecía que se iba a quedar ahí la cosa. Pero no. Un minuto después y cuando había vuelto a mis quehaceres ociosos, ha vuelto a sonar, y nuevamente el número que me salía era extranjero. En esta ocasión, y para mi sorpresa, ya que he tardado en reconocer la identidad de quien llamaba, desde Inglaterra. Era mi amiga Laura, alias "La Malandrina" (o malandreta, que es catalana). Otra sorpresa agradable. Y tras otro rato de conversación, y cuando nuevamente me encontraba con mis quehaceres ociosos, ha vuelto a sonar la musiquita del móvil. "¿Pero qué pasa hoy?", he dicho en voz alta. Nuevamente, un número desconocido, aunque esta vez de aquí. Pues ha resultado ser el tipo aquel con el que tuve el accidente hace unos meses, que estaba teniendo problemas con el seguro porque tenían un concepto erróneo de cómo fue la colisión. Así que yo, a mi vez, he tenido que llamar a Europcar para explicarles el tema. ¿Y no podía haberme llamado cuando no estuviera de vacaciones? Desde luego, los hay que no tienen ninguna consideración, y todo por ahorrarse 1.800 euros.

Y para colmo, mientras escribía esto, ha vuelto a sonar, aunque esta vez ha sido un amigo para ir a jugar al tenis mañana nuevamente.