Visto en la serie de Tele 5 "Sin tetas no hay paraíso":
¿No se supone que los muertos no mueven la mano?
3.4.08
El premio
Las normas del concurso son sencillas. Se trata de enviar mediante el teléfono móvil un mensaje corto con un titular. Así, como si los concursantes hicieran por un momento de improvisados periodistas. Dado que la emisora de radio que lo organiza es eminentemente deportiva, dicho titular debe estar relacionado con el deporte. De entre todos los que lleguen, elegirán el que más les guste y le regalarán un balón de fútbol. Tras varios días escuchando el programa y comprobando la poca originalidad que demuestran la mayoría de los oyentes, ayer miércoles, me decidí a participar. Aprovechando el partido de Champions League que había enfrentado el día anterior a Manchester United y Roma en la capital italiana y que ganaron los británicos gracias al buen hacer del portugués Cristiano Ronaldo, me vino a la cabeza algo relacionado con todo ello: Un Cristiano se venga de los romanos. Balón conseguido.
Hoy, mientras volvía a casa en el coche, iba escuchando el programa nuevamente. El tema de hoy, decían, tiene que ser el partido que el Getafe tiene que disputar en Munich frente a un histórico como el Bayern. Inevitablemente, mi cabeza ha empezado a dar vueltas, cavilando un posible titular, algo que no suene al típico "El Getafe a bombardear Munich", sino que sea más original... Hasta que me ha venido otro flash: Con mucha "geta" y con mucha "fe". Y otro balón conseguido.
Ignoro si mañana me dará el punto nuevamente y enviaré un mensaje o no, porque también tendré que dejar balones a los demás, pero es tentadora la idea de hacer un hat-trick....
Hoy, mientras volvía a casa en el coche, iba escuchando el programa nuevamente. El tema de hoy, decían, tiene que ser el partido que el Getafe tiene que disputar en Munich frente a un histórico como el Bayern. Inevitablemente, mi cabeza ha empezado a dar vueltas, cavilando un posible titular, algo que no suene al típico "El Getafe a bombardear Munich", sino que sea más original... Hasta que me ha venido otro flash: Con mucha "geta" y con mucha "fe". Y otro balón conseguido.
Ignoro si mañana me dará el punto nuevamente y enviaré un mensaje o no, porque también tendré que dejar balones a los demás, pero es tentadora la idea de hacer un hat-trick....
27.3.08
Listas para... gafar
De unos años a esta parte, los deportistas han ido explotando su imagen pública y su tirón popular para participar en anuncios de todo tipo de condición. Así, no es extraño ver cada año los currados spots de conocidas marcas deportivas en los que participan futbolistas de todo el planeta. Pero no sólo de deportes vive el hombre. También se les puede ver anunciando coches, bebidas o incluso viagra. También al por aquel entonces deportivista Donato pudimos verle intentando convencernos de las excelencias de aquel libro titulado "Fuerza para vivir". Pero si hay un producto que puede dar al traste con la carrera deportiva de cualquiera, ese es, sin duda alguna, las natillas. Antes conocidas como Danone, ahora como Danet, su cambio de nombre como si del cantante Prince se tratara, no ha servido para detener su terrible maldición para los incautos que han pretendido popularizar con su imagen la venta de tan exquisito postre. El último caso es el de Ronaldinho, actual imagen de la marca desde hace unos años y a quien es más fácil ver en un club de alterne que en un campo de fútbol. El último de una larga serie de inocentes víctimas. Hagamos el recuento:
- Caminero y Sergi Bruguera: Todo comenzó en el 97. José Luis Pérez Caminero venía de hacer un doblete con el Atlético de Madrid, mi Atleti, equipo en el que era una de las estrellas. Su juego entre líneas y su clase quedaron marcadas en la retina de los seguidores rojiblancos y de la Selección, que tuvieron en el jugador de Leganés al español más en forma del momento. Poco después de protagonizar el anuncio, Caminero salió del Atlético, como quien dice, por la puerta de atrás, repudiado por el nuevo entrenador de turno, en este caso Arrigo Sacchi. Marchó al Valladolid, dejando atrás todos los éxitos que había logrado antes de anunciar natillas.
El caso del tenista Sergi Bruguera fue similar. Fue campeón de Roland Garros durante dos años consecutivos, y era uno de los mejores tenistas del país. Casualmente, en 1997, en el mismo año en el que rodó el fatídico anuncio, llegó a la final del torneo francés.... perdiéndola. Empezaba la maldición y las dos primeras víctimas habían caído.
- Álex Crivillé y Alfonso: El piloto Álex Crivillé pasaba por ser una de las más firmes opciones del motociclismo español para alzarse con el título mundial, aunque pocas veces llegara a ese fin. Solía quedar en esos puestos tan típicamentes españoles como son el segundo o el tercero. Se valió de su popularidad para rodar un anuncio de natillas el mismo año en el que ganaba su único campeonato en la categoría reina, la de 500 cc. No se le volvió a ver.
Alfonso era el jugador del Real Madrid con más futuro en aquel momento. Jorge Valdano, entrenador del equipo madridista, le había comentado a Emilio Butragueño, su amigo, que el joven Alfonso sería el encargado de retirarle. Era un jugador de gran calidad y con gran olfato goleador, que sin embargo no tuvo lugar en ese equipo. El Betis fue su destino, donde se hinchó a meter goles. Tras protagonizar el anuncio, sufrió una gravísima lesión que le tuvo apartado de los terrenos de juego durante meses. Después se dedicó a arrastrarse por los campos, sin lograr ser el que una vez fue.
- Gerard y Morientes: Gerard era centrocampista en el mejor Valencia de los últimos años, que llegó a dos finales de la Champions League y cuyo juego era un ciclón. Él no paraba de correr y demostraba una fuerza y una calidad difícilmente superables. Decidió entonces probar en el mundo de la publicidad... su juego no volvió a ser el mismo. Ha estado deambulando por algunos equipos en Europa con más pena que gloria y actualmente pertenece al Recreativo de Huelva.
Fernando Morientes era el mejor goleador español y uno de los mejores de Europa. Ganó una copa de Europa, precisamente frente al Valencia de Gerard, y perteneció al Madrid durante varios años. Después de anunciar natillas, empezó a contar poco en el club de Chamartín, a pesar de que era del gusto de los aficionados, no así de los entrenadores. Finalmente recaló en el Mónaco y en el Liverpool, donde las lesiones apenas le permitieron jugar. Actualmente milita en el Valencia, donde tampoco dispone de demasiadas oportunidades.
- Casillas y Ferrero: Quizá el caso más llamativo sea el del portero del Real Madrid Iker Casillas. Era el portero más prometedor de España y sus actuaciones maravillaban y sorprendían a partes iguales. Actualmente sigue siendo un guardameta con éxito y valorado, si bien tras anunciar las natillas, tuvo una época de chupar banquillo en favor de su compañero César. De hecho, la final de la Champions frente al Bayer Leverkusen empezó viéndola desde el banco, aunque la lesión de su compañero le permitió acceder al césped y demostrar su valía con algunas intervenciones de mérito. Quizá este sea el único punto donde el poder natillero no ha hecho todo su efecto.
Juan Carlos Ferrero, al igual que en el caso de Sergi Bruguera, pasaba por ser uno de los mejores tenistas españoles. No en vano llegó a alcanzar el primer puesto en la ATP, ese puesto que en estos momentos monopoliza de manera casi insultante el suizo Roger Federer. Utilizó su fama para anunciar natillas, y actualmente, lo tendría mal hasta para ganar al propio Sergi Bruguera.
Desde hace un par de años, más o menos, Ronaldinho es la imagen del producto. Desde hace un par de años, más o menos, el jugador ha entrado en un progresivo declive profesional de difícil salida. De ser la estrella absoluta del Barça y la envidia de todo el mundo futbolístico, ha pasado a no ser apto para jugar ni en el equipo de mi barrio. Y mira que son malos.
¿Quién será la próxima víctima?
24.3.08
26.10.07
24.9.07
Preguntas chorras
Hay días en los que uno se encuentra a todos los tipos raros que puede encontrarse, y que a uno le hacen las preguntas más tontas, más obvias o más surrealistas que pueden hacerse.
Caso 1: Iba ayer camino al estadio Vicente Calderón con mi amigo Javi, también conocido como Camisón, Paco, Manolo o el fan de Cleber Santana (dudo que tenga alguno más). Tal y como solemos hacer últimamente, íbamos vestidos con nuestras camisetas del Atleti, en un acto de amor a los colores que hasta ahora no habíamos demostrado. Como habíamos ido en coche, lo aparcamos a una distancia considerable del estadio, hacia donde nos dirigimos después para tomar algo antes del encuentro. El caso es que nos cruzamos con un señor, que en un alarde de perspicacia propio del más avezado de los guardias civiles nos preguntó: "Oye, ¿hoy juega el Atleti?". "No, es que nos gusta ir así vestidos por la calle habitualmente, no te jode", fue la respuesta que se me vino a la cabeza aunque por suerte, mi educación de colegio de curas y mi indudable saber estar me hicieron responderle con un escueto "Sí".
Caso 2: Una vez en el bar del estadio, mientras tomábamos algo y hablábamos sobre el sentido de la vida, se nos acercó otro señor.
Señor: Perdonad, ¿puedo haceros una pregunta?
Tu ídolo: Si es fácil sí.
S: Sí, sí, es muy fácil. ¿A vosotros os gustan las motos?
(Horror, ahora un tío que nos va a querer vender la moto, nunca mejor dicho).
TI: Nada, no demasiado, verlas de vez en cuando en la tele, pero poco más.
S: Sí, a eso me refería, era para preguntaros qué opináis de la escudería del Atlético de Madrid.
(Pues no sé, pero como sea igual que el equipo de fútbol no ganarán ni en ciclismo).
TI: Pues ni idea, la verdad, sólo veo la MotoGP y no siempre, si pongo la tele y está, lo veo.
S: Ya, pero para llegar a MotoGP hay que pasar por las categorías inferiores. Es como si se quiere llegar a Primera División sin pasar por los equipos inferiores.
(Joder, sí, pero que la gente tenga que pasar por las categorías inferiores no implica que yo me lo tenga que tragar).
TI: ...
S: Bueno, sólo era una pregunta, no os molesto más.
(Joder, menos mal).
TI: Nada hombre, no te preocupes.
Caso 1: Iba ayer camino al estadio Vicente Calderón con mi amigo Javi, también conocido como Camisón, Paco, Manolo o el fan de Cleber Santana (dudo que tenga alguno más). Tal y como solemos hacer últimamente, íbamos vestidos con nuestras camisetas del Atleti, en un acto de amor a los colores que hasta ahora no habíamos demostrado. Como habíamos ido en coche, lo aparcamos a una distancia considerable del estadio, hacia donde nos dirigimos después para tomar algo antes del encuentro. El caso es que nos cruzamos con un señor, que en un alarde de perspicacia propio del más avezado de los guardias civiles nos preguntó: "Oye, ¿hoy juega el Atleti?". "No, es que nos gusta ir así vestidos por la calle habitualmente, no te jode", fue la respuesta que se me vino a la cabeza aunque por suerte, mi educación de colegio de curas y mi indudable saber estar me hicieron responderle con un escueto "Sí".
Caso 2: Una vez en el bar del estadio, mientras tomábamos algo y hablábamos sobre el sentido de la vida, se nos acercó otro señor.
Señor: Perdonad, ¿puedo haceros una pregunta?
Tu ídolo: Si es fácil sí.
S: Sí, sí, es muy fácil. ¿A vosotros os gustan las motos?
(Horror, ahora un tío que nos va a querer vender la moto, nunca mejor dicho).
TI: Nada, no demasiado, verlas de vez en cuando en la tele, pero poco más.
S: Sí, a eso me refería, era para preguntaros qué opináis de la escudería del Atlético de Madrid.
(Pues no sé, pero como sea igual que el equipo de fútbol no ganarán ni en ciclismo).
TI: Pues ni idea, la verdad, sólo veo la MotoGP y no siempre, si pongo la tele y está, lo veo.
S: Ya, pero para llegar a MotoGP hay que pasar por las categorías inferiores. Es como si se quiere llegar a Primera División sin pasar por los equipos inferiores.
(Joder, sí, pero que la gente tenga que pasar por las categorías inferiores no implica que yo me lo tenga que tragar).
TI: ...
S: Bueno, sólo era una pregunta, no os molesto más.
(Joder, menos mal).
TI: Nada hombre, no te preocupes.
21.9.07
Sí, pero no
¿De qué hablar, de qué hablar? Tanto tiempo hace que no escribo nada, que tendría un sinfín de motivos de los que podría hacerlo, pero que en el fondo no me motiva en exceso. Aunque si tuviera que hablar de algo, indudablemente sería de las vacaciones. En esos días de asueto en los que uno está libre de tener que madrugar, de tener que hacer lo mismo que durante el resto del año, decidí ir a gorronear miserablemente casa, primero a mi hermano en Barcelona, más tarde a mi amiga Laura en Calafell, vuelta a casa de mi hermano para terminar, más miserablemente que nunca por mi parte, una semanita entera en casa de mi otra amiga Laura (La Malandrina, con mayúsculas) en Londres. Y durante todos esos días podría contar un montón de anécdotas, como el hecho de que para mi estancia en la capital inglesa, mi anfitriona se había gastado 50 libras (unos 75 leuros) en un colchón hinchable de esos enormes... para terminar yo durmiendo en el sofá. De hecho, no sé exactamente cuál es mi manía al respecto, porque en la casa de la otra Laura en Calafell, también terminé en el mismo sitio para dormir. Lo raro fue que en casa de mi hermano no hiciera lo mismo. Al fin y al cabo, no sería la primera vez.
Y como tampoco me apetece escribir acerca del partido del West Ham que pude ver en directo, ni de la sesión de gilifotos que nos hicimos por las calles de Barcelona a las dos de la madrugada con un par de copas encima, ni de las idas y venidas hechas en Calafell a la playa, simplemente me limitaré a poner el video de la canción que nos dio por bailar a mi hermano y a mí durante esos días, muy a pesar de mi cuñada, cuya paciencia sólo es comparable a nuestra pesadez.
Y como diría mi tía, "buenoadiós".
Y como tampoco me apetece escribir acerca del partido del West Ham que pude ver en directo, ni de la sesión de gilifotos que nos hicimos por las calles de Barcelona a las dos de la madrugada con un par de copas encima, ni de las idas y venidas hechas en Calafell a la playa, simplemente me limitaré a poner el video de la canción que nos dio por bailar a mi hermano y a mí durante esos días, muy a pesar de mi cuñada, cuya paciencia sólo es comparable a nuestra pesadez.
Y como diría mi tía, "buenoadiós".
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