2.9.06

A por Hellas, oe, a por Hellas....




A estas alturas serán pocos los que no se hayan enterado de la clasificación de la selección española de baloncesto para la final del mundial que se disputa en Japón y que le enfrentará a Grecia. Tras un partido duro, muy duro, ante la actual campeona olímpica y subcampeona del mundo, Argentina. Un equipo correoso, competitivo, que juega con mucha dureza y que tiene en sus filas a jugones de la talla de Ginobili, Nocioni, Oberto o Scola. El partido ha sido tenso. Muy tenso. Los dos equipos se conocen demasiado bien (no hay que olvidar que la amplia mayoría de los argentinos juegan o han jugado en algún momento en la liga ACB). Pero, tras un final agónico propio de este deporte, el triunfo ha caído del lado español por un sólo punto. España es una de las dos mejores selecciones del mundo. El domingo se verá si es la mejor o, por el contrario, no.

Siempre que un equipo nacional logra un éxito de este calibre, se hacen comparaciones inmediatamente con el mundo del fútbol, donde lo único que ganamos son amigos. Y a veces ni eso. Pero cualquier comparación resulta odiosa, y en este caso, más. Empezando por los jugadores. Cuando uno observa a los futbolistas, uno percibe una imagen muy narcisista de los mismos, la típica del niño rico, preocupado por el peinado que lleva, tener el mejor coche, lucir los pendientes más brillantes.... Únicamente se utiliza el término galáctico en el mundo del fútbol, simplemente para reseñar que alguien es muy bueno practicando ese deporte. Lo malo es que los propios futbolistas muchas veces se lo creen, y ahí es donde empieza el problema. Están endiosados. Fernando Torres o Sergio Ramos son dos claros ejemplos de ello. Quizá los más claros.

Cuando uno mira a algún jugador de la selección de baloncesto (hacia arriba, claro), ve personas mucho más normales, a las que se puede uno acercar sabiendo que no va a recibir ningún tipo de desplante, como quien se acerca a una persona cualquiera en la calle. Incluso Pau Gasol, quien podría tener delirios de grandeza por ser la figura más destacada y el mejor jugador de un equipo de la NBA, da muestras de una asombrosa normalidad, atiende a la prensa sin problemas, firma autógrafos sin poner cara de que le estén apretando los calzoncillos... Por eso, cuando uno ve una imagen como la del jugador de Sant Boi llorando tras caer lesionado, siente lástima, y se puede escuchar varias veces la palabra "pobrecillo". ¿Alguien dijo esa palabra cuando la España de fútbol cayó eliminada ante Francia en el último mundial?

7 comentarios:

  1. Yo entreví el final del partido, y me alegré por la victoria, aunque apretada y sufrida, y me compadecí del pobre pau... Aunque no sé si le dolía más no estar que el tobillo.

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  2. Estoy completamente de acuerdo

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  3. Oe, oe, oe,... lástima que no se le de tanta importancia como al fútbol, donde nunca conseguimos nada!

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  4. increible, que buenos todos , que partido, enhorabuena a los jugadores, enhorabuena a greacia y argentina , a usa nada de nada.

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  5. Creo que lo único q me consuela es que los yankees se hayan quedado afuera.

    =)

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  6. como ya te habia dicho, Felicitaciones...
    lástima por nosotros nomás...
    y la verdad que al ver las fotos que pones de los jugadores, no hice mas que reir y preguntarme si esos eran realmente jugadores de futbol...traje blanco!!!! quien se pone eso?

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  7. Qué razón tines, como siempre! y qué bien escribes, cachocachalote...jeje

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