25.12.06

Pesadilla antes de Navidad

Hace cosa de un par de semanas, mientras me dirigía yo alegremente a currar, en la madrileña calle de la Gran Vía, me detuvo un policía municipal. Me hallaba yo en un semáforo y con señas me indicó que me parara detrás de donde estaba aparcada su furgoneta. "Un control rutinario", me dijo. Así pues, aparqué detrás de su vehículo, que estaba estacionado en el carril Bus, y me dispuse a darle los papeles. El compañero me solicitó que abriera la puerta del copiloto, cosa que hice, y me sorprendió que vigilara cada uno de mis movimientos enfocándome con una linterna. ¿Tanta pinta de sospechoso tengo? El caso es que en el caos que domina la guantera de mi coche (bueno, y el resto del mismo) me costó encontrar los papeles, por lo que tardé un cierto tiempo en facilitárselos, aparte de que en la carpeta donde vienen, había un desorden mayor aún. Finalmente conseguí dar con ellos y hacérselos llegar al agente que esperaba pacientemente mientras mi nerviosismo iba creciendo.

Tras entregarle todo lo que había solicitado y haberlo revisado, me dijo que el vehículo (al que cariñosamente llamo Jarno, en homenaje a mi piloto de Fórmula 1 preferido) tenía que haber pasado la itv en julio y que me iba a dar una comunicación al respecto para mi empresa. Se quedó, además, con la copia que tenía yo del permiso de circulación de Jarno y me indicó que, si en dos semanas no le pasaba la itv y presentaba la documentación pertinente en Tráfico, lo darían de baja.

Así pues, tras investigar en la oficina los centros concertados con mi empresa para pasar la itv, me fui con Jarno a Las Rozas, para terminar con el asunto cuanto antes. Pero aquí vino el primer revés a mis intenciones, cuando la señorita de la ventanilla donde debía presentar los papeles me indicó que necesitaba el original de la tarjeta técnica del vehículo. Algo que tiene que facilitarme Lease Plan (la empresa propietaria del vehículo) para poder realizar esta sencilla operación. Es decir, que a mi extremada tranquilidad a la hora de inspeccionar técnicamente el vehículo, había que añadir la dejadez de esta empresa, puesto que también podían andar un poco más avispados con este tema, habida cuenta de que el coche es suyo al fin y al cabo. Tras hablar con ellos, me indicaron que harán llegar la documentación a la sede central de la empresa para la que trabajo, a pesar de que me ofrecí varias veces a ir a recogerla donde me dijeran con el propósito de agilizar el proceso. Así que me tocaba esperar.

... Y esperar. Y esperar. Los días pasaban, y no había noticias de Lease Plan y mucho menos de los papeles. A diario le dábamos la brasa telefónicamente entre mi jefe y yo al responsable del tema de los coches de la empresa, que está en la sede central, y al que finalmente conseguimos exasperar, mientras nos decía que nos nos preocupáramos. Vale, no nos íbamos a preocupar. Pero los días pasaban y pasaban. El fin de semana quedó atrás, y bien atrás. Ya dábamos por perdido a Jarno mientras desde la central nos repetían que no nos preocupáramos. Hasta que el viernes 22 me llamaron para decirme que por fin estaban los papeles (diez días habían tardado en llegar, y eso que lo mandaban por correo certificado) en la sede central, que si lo mandaban a mi oficina o me pasaba yo a recogerlos. Viendo la prisa que se habían dado para enviarlos, decidí pasarme personalmente por ellos y terminar con el asunto de una vez por todas. Me fui con mi inseparable Jarno a la sede central, pero cuando llegué allí me tocó...

Esperar. Y esperar. El hombrecillo de los coches se había ido a desayunar. ¡¡Pero si son las once y media de la mañana!! Esperar y esperar. Media hora después apareció, me miró escrutándome (en ese momento debió pensar "¿Este es el pesao que no ha dejado de llamarme durante esta semana? Ahora no me metes prisa, ¿eh, jodío?"), me dio los papeles y salí corriendo como el Correcaminos, dejando una estela de humo en mi huida y un agujero en la puerta con forma de "Tu ídolo".

En esta ocasión sí que salió todo como era deseable, en unos pocos minutos terminé, me pasé por Tráfico, recuperé los papeles de Jarno, que estaba ufano el pobre, y me encaminé a la oficina para degustar la paella que estaban haciendo para celebrar la llegada de la Navidad.

8.12.06

Encargo musical

Hará cosa de un mes, nuestro amigo anteriormente conocido como Mikel de Tellagorri, actualmente como Juan Haldudo, realizó un interesante post en el que, con ayuda de letras de diversas bandas musicales, respondía una serie de preguntas de un mini-cuestionario. La idea me pareció tan interesante que, a pesar de que no me hizo el encargo, lo he adoptado como si así fuera. Y si bien él utilizó canciones de varios grupos y/o cantantes, yo he querido hacer una especie de homenaje a la mejor banda, bajo mi modesta opinión, que ha habido en este país: Los Enemigos, y a su cantante Josele Santiago.

1. ¿Eres hombre o mujer?: Soy un tío pausao, calmo, lo seré mientras pueda. Discreto, avisao, trato de guardar las maneras (Farol – Josele Santiago)

2. Descríbete: Ya no es tiempo de escoger, lo debería usted saber: SOY EL REY (Yo, el rey – Los enemigos)

3. ¿Qué sienten las personas acerca de ti?: Te han llamado cobarde y te has dicho: Vale ya de pelear en balde, de no dar y siempre encajar (El ring - Los enemigos).

4. ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: Me enamoré de mí mismo pero luego me engañé poniéndome los cuernos con una mala mujer (Soy un ser humano – Los enemigos).

5. Describe tu actual relación con tu novia: Sé que hoy no voy a tenerte, sé que hoy no vas a tenerme a mí (Ná de ná – Los enemigos).

6. ¿Dónde quisieras estar ahora?: Bienvenido, chico, a Wonderland. Aquí hacemos los sueños realidad, el tuyo nos podría interesar (Wonderland Records – Los enemigos).

7. ¿Cómo eres respecto al amor?: Hoy soy más cabal, soy todo un hombre. Busco mujer a la hora de comer (Un tío cabal – Los enemigos).

8. ¿Cómo es tu vida?: Nadie me quiere ni se preocupa por mí. No me importa, bailo rock and roll (Nadie me quiere – Los enemigos).

9. ¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: Sal conmigo afuera y sé feliz (Sangre, sudor y chicles de fresa – Los enemigos)

10. Escribe una cita o frase sabia: A mí me gusta dormir hasta el mediodía y aullar a la luna y a las estrellas (Mejor – Los enemigos)

11. Ahora despídete: Te vas y me dejas y me dices adiós con las orejas y yo… me voy y te dejo, ya no estás a mi lao con el entrecejo arrugao (¡Con Dios! – Los enemigos)

Ahora se supone que tendría que indicar nuevas víctimas para que sigan el jueguecito en cuestión, pero solamente invitaré a que lo hagan a todas aquellas personas a las que les apetezca.

6.12.06

Un viaje peculiar

La semana pasada estuve de vacaciones en Barcelona, donde acudí para ver a esa gran banda que es Iron Maiden en directo. El concierto en sí estuvo muy bien, pero no es de ese acontecimiento de lo que voy a hablar aquí. Ni de la estancia en la Ciudad Condal, ni de mis hermanos, ni de mis cuñados, ni de los catalanes, ni de....

El día que tenía que volver, fuimos a comer a un restaurante indio situado en la calle Pujades (que no sé por qué, pero se lee "puyadas"), con mis hermanos, cuñados y un amigo de mi hermano. Fue una experiencia distinta, aunque mejor de lo que pudiera haber pensado en un principio. Incluso mi hermana, tan especial como es para el tema de las comidas, dio buena cuenta de algunos de los alimentos con que nos deleitaron. El plan era ir de allí a casa de mi hermano a por mi maleta y mi play, y zumbar para el aeropuerto. En principio, desde el Poblenou hasta el aeropuerto, el trayecto dura unos veinte minutos en condiciones normales. Así que salimos a las cuatro y media, con media hora de margen. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con un atasco monumental en la ronda, que no sé si es la ronda de Dalt, la ronda litoral o cuál. Total, que el bueno de mi cuñado, que empezó a ponerse más nervioso que yo mismo, que era el que tenía que viajar, empezó a buscar alternativas por la ciudad. No sé por dónde fuimos, dado que no me conozco la ciudad, pero sí pasamos por Montjuic. Yo miraba continua y compulsivamente el reloj, rezando para llegar al aeropuerto antes de las 17.10, que era la hora límite que ponía en la tarjeta de embarque para facturar la maleta. Pero los minutos pasaban inexorablemente y sin compasión, y finalmente, a pesar de la conducción un tanto temeraria que ejerció el Barbas, llegamos a las 17.25, la hora de embarque. Mis temores se hicieron realidad, cuando la señorita de la mesa me dijo que era imposible facturar la maleta ya, porque se habían cerrado las puertas y no llegaría. Como esa era una situación que ya había previsto mentalmente, le dejé mi maleta a mi hermana, con la misión de que me la hicieran llegar en Navidad y salí corriendo para la puerta de embarque, no fuera que encima perdiera el vuelo.

Al llegar al puesto de la guardia civil en el que detectan si uno lleva algo sospechoso, como puede ser una botella de agua, me indicaron que tenía que sacar la play de la bolsa que llevaba como equipaje de mano, y pasarlo por el detector. Entre las prisas y los nervios, tardé más de lo deseado, aparte de que me dejé en algún lugar la tarjeta de embarque, con lo que mis nervios crecieron en progresión geométrica. De repente pude oir cómo un guardia de los que estaban por ahí de cháchara decía en voz alta mi nombre. "Horror, ya la he liado". No, hombre, tenía en su poder la tarjeta de embarque y se disponía a devolvérmela.

Así pues, pasé el control en más tiempo del deseado y/o deseable, y me acerqué a las pantallas para ver por qué puerta exactamente debía introducirme en el avión. La B12, como la vitamina. Y al lado.... el temido cartelito de Última llamada. Horror. Así pues, me puse a correr como alma que lleva el diablo rumbo a la B12, que todo hay que decirlo, debía estar en la otra punta del aeropuerto. Finalmente llegué, con la lengua fuera, y la chica de la puerta me indicó que habían cambiado de aparato y que ya no valía el asiento que tenía reservado, sino que debía sentarme "donde pillara". Estupendo. Tras buscar un asiento, finalmente me tocó entre dos hombres de corpulencia desarrollada.

Cuando llevaba un rato sentado, y esperando a que saliéramos de una vez, la comandante (que era mujer), se dirigió a nosotros: "Señoras y señores, como pueden ver tenemos todo preparado para salir, pero ha habido dos personas que han facturado el equipaje y no han aparecido, por lo que deberemos proceder a buscar su equipaje para dejarlo.... Bueno, parece ser que esas dos personas ya han aparecido, así que nos podemos marchar ya". Las dos personas en cuestión entraron, llevándose la ovación de todo el mundo, en una de las situaciones más embarazosas que le pueden a uno suceder.

Así pues, finalmente despegamos, y tras una hora de viaje, aterrizamos en la temida terminal T4, en la que por cierto, coincidí con la plantilla del Athletic de Bilbao, que acudían a Madrid para disputar un encuentro contra el Madrid. Y con el pensamiento de que todo era como una película y que, pase lo que pase, pese a las complicaciones que nos meten los guionistas, siempre hay un final feliz.

19.11.06

Adivina adivinanza

Ayer iba caminando por una céntrica calle madrileña y me detuve ante un escaparate. Repasando con la vista todo lo que allí se vendía, mis ojos se fijaron en un cartelito en el que se hacía saber a algún posible interesado que en esa tienda se podía trabajar.



La imagen la capté con el móvil, por lo que posiblemente no tenga la nitidez necesaria y deseada. No obstante, por si existen dudas, pongo a continuación lo que podía leerse en el mencionado cartelito.

"Se necesita personal. Varón, menor de 21 años."

Y llega la pregunta: ¿De qué era la tienda?

14.11.06

Personajes del curro: Benito

Benito es uno de los trabajadores más antiguos de la empresa. De hecho, tal es su antigüedad, que su número de técnico es el 3, y actualmente a los que entran les asignan cifras superiores a 3000. Se puede decir que estaba él antes que las puertas de la oficina. Como todos los de su grupo (el de Banca), es un poco autista, puesto que los componentes de dicho grupo, parece que sólo hablan entre ellos, sin relacionarse lo más mínimo con los compañeros que estamos por la oficina. Pero si Benito es famoso por algo en la oficina es por las reparaciones que hace. De él se dice que con un chicle y un destornillador es capaz de arreglar un cajero automático. Aunque nunca he tenido la oportunidad de comprobarlo, ya que como no habla con el resto de compañeros, nunca se lo he podido preguntar.

Pero últimamente a Benito le ha caído una losa. Hace tiempo le dieron el teléfono que antes le pertenecía al que ahora es mi jefe. Por lo tanto, en los primeros días, mucha gente le llamaba preguntando por Raúl. Hasta que llegó el asunto a nuestros oídos. Desde entonces raro es el viernes en el que no le llamamos preguntando por Raúl, poniendo el manos libres del teléfono para escuchar su reacción. Como aquel día en el que le llamó Javi, el del almacén, preguntando por Raúl ("no soy Raúl, soy Benito"), y diciéndole a ver si le podía él ayudar, que estaba tirado en una gasolinera y no sabía qué hacer. Mantuvo la conversación durante cinco minutos en los que hizo un tremendo alarde de improvisación, mientras el otro intentaba darle todo el rato el teléfono de la oficina para quitarse el marrón de encima. Finalmente, Javi accedió a que le diera el número en cuestión que, dicho sea de paso, termina en cinco. Cuando terminó de decirlo, todos los que estábamos presentes escuchando la conversación irrumpimos con un sonoro "por el culo te la hinco, Benito".

O ese otro día en el que le llamó Jose, el antiguo Número 2, haciéndose pasar por un técnico de Valladolid, que esquivó los insultos iniciales de Benito al preguntar por Raúl, sospechando que se trataba de una broma, diciéndole "perdona, Benito, pero no te conozco de nada como para que me insultes así". También se extendió la conversación durante varios minutos y también terminó con el consiguiente "por el culo te la hinco, Benito".

Pero lo más gracioso viene cuando Benito llega a la oficina, y pasa por delante del puesto de Raúl. Con cara de cachondeo y tono de broma, le dice: "¿Qué pasa, Benito? ¿Algún recado?".

12.11.06

Maltrato animal

El otro día contemplé horrorizado unas imágenes en el telediario en las que un tipo apaleaba a su perro sin cortarse lo más mínimo. Dentro de lo que cabe, tuve suerte, puesto que al encontrarme en un bar, lo vi sin sonido y no pude escuchar los alaridos del animal, que por lo que tengo entendido, ponían los pelos de punta. El delito del cánido no fue otro que asustar a las gallinas del hombre, un rústico gallego llamado Juan Lado. Las imágenes fueron tomadas por el veterinario del pueblo, Federico Real. En ellas se ve cómo el tipo le asesta hasta un total de veinticuatro golpes con la correa, mientras el perro sólo se queja, sin hacer el más mínimo amago de defenderse, aparte de que estaba atado, por lo que tampoco podía escapar. No contento con eso, fue a por un palo más grueso, para seguir con su faena y seguir ajusticiando a su malvado pastor alemán. Y aún sin llegar a estar contento con eso, fue a por algo más contundente, como era un trozo de tubería con la que le dio otros veinte golpes. El perro (llamado "Rony") murió por los traumatismos de tal paliza.

Lo sorprendente del caso es que los vecinos del pueblo, Aguiño en A Coruña, apoyan abiertamente al maltratador e insultan públicamente al veterinario. Para defenderle, incluso han dicho que "quién no ha pegado alguna vez a su perro para enseñarle lo que está mal hecho". Espero que por el bien de los animales, lo de pegarles con una tubería para "enseñarles lo que está mal hecho" no sirva como ejemplo, y para eso se siga utilizando el clásico periódico, mucho menos dañino, y perfectamente educativo. Pero la cosa no dice mucho en favor de los vecinos del implicado (¿se le puede llamar asesino?), si defienden este tipo de actitudes. Claro, que si la gente luego mata a sus mujeres o ex-mujeres, ¿de qué nos extrañamos si hacen lo mismo con un "simple" perro?

Rock and roll

Hay que ver con qué gentuza se junta Carlos Tarque, o lo que es lo mismo, el cantante de M-Clan.

9.11.06

Un día duro en la oficina

Hoy, jueves 9 de noviembre de 2006, como todos los nueves de noviembre, ha sido el día de la Almudena, fiesta en Madrid capital, aunque no en el resto de la Comunidad. Esto se traduce, entre otras cosas, en que las tiendas Dia de fuera de la ciudad abrían y, por lo tanto, había que darles servicio. Para ello se ha montado una guardia, a la que me he apuntado por el sencillo motivo de que me pagaban 130 laurencios, que por sólo un día de trabajo no está mal.

Para empezar el día, tenía un aviso en la localidad de Nuevo Baztán, que está, más o menos, donde Cristo perdió el mechero o, lo que es lo mismo, muy lejos. Además, hay que llegar a la población en cuestión por carreteras secundarias, lo cual hace más complicada la labor, si uno tiene la suerte de que le toque un camión delante o un dominguero, tan abundantes éstos últimos en estos típicos días festivos.

Tras la reparación, más costosa de lo esperado, vuelvo a la oficina, donde hay cuatro gatos pringando como yo, entre ellos mi jefe. Me está esperando para ir a desayunar, pues ambos estamos con el buche vacío y no ha entrado ningún aviso por la mañana. De hecho, parece que no hay nadie en Dia para coger avisos, lo cual nos da un respiro hoy, pero quién sabe lo que nos esperará mañana. Nos vamos con Javi (el del almacén, un chaval que es bastante vacilón) y Alfonso (otro jefe de grupo, que lleva muchos años en la empresa y que tiene la particularidad de hablar igual que Jesús Bonilla). Estamos una hora en un bar de la zona, donde nos ponemos, como se dice coloquialmente, como el Tenazas. Después, de vuelta en la oficina y con el otro técnico que estaba trabajando, Alberto, echamos una partidita a un juego de ordenador de ese divertido deporte que se llama golf. Estamos así hasta que llega la hora de comer y volvemos a bajar al mismo bar de antes, donde ahora, eso sí, ingerimos mucha menos cantidad de alimentos, pues el hueco en el estómago es sensiblemente menor al de un par de horas antes. Y es en este momento cuando a Alberto se le ocurre proponer ir a montar en karts, idea a la que me apunto de inmediato, pues es algo que llevo tiempo queriendo hacer. Así pues, tras estar un rato por la tarde en la oficina "para cubrir el expediente", nos marchamos a un circuito situado en la localidad de Morata de Tajuña, donde echamos un par de carreras entre el citado Alberto, mi jefe y yo mismo, y con resultados que no merece la pena reflejar aquí. Y tras la competición, a casa a descansar, que mañana es un día normal de trabajo.

Así es como se ha desarrollado mi guardia de hoy. Entre juegos de ordenador, visitas al bar y carreras de karts. Y 130 euros que me he ganado, oiga.

29.10.06

Las horteradas de mi discoteca

Quien más, quien menos, creo que todos tenemos entre nuestros discos algunos bajo llave. No porque queramos protegerlos de posibles robos, sino para evitar que alguien pueda verlos, echando por tierra una posible reputación de amante de la buena música. Hoy, a pesar de que puede caer un mito para mucha gente, voy a exponer aquí algunos de esos discos que tengo yo.

Leticia Sabater - Nosotros somos el mundo: Un día, mi querido vecino Sunder, vino a mi casa y me dijo que había estado en el Makro y que me había traído un regalo. Le dí las gracias demasiado pronto, porque cuando me hizo entrega del mismo, vi un cassette con Leticia Sabater en la portada con su inconfundible estilo pueril. El tema más representativo es el Leti Rap, un canto a la vida juvenil, en el que se dicen cosas como "¿Cómo se enrollan los tronquis? ¡¡Con Vivan los Compis!!", haciendo de paso una subliminal publicidad del programa que por aquel entonces tenía la bella presentadora.

Britney Spears - Baby one more time: Éste, lamentablemente, lo compré yo en uno de esos arrebatos que me daban en mi edad del pavo. Como anécdota, diré que el día que lo adquirí, en la extinta Madrid Rock (cómo la echo de menos), le pedí a la cajera que le quitara el precio para disimular, como si de un regalo para alguien se tratase. Por suerte, este disco lo agradeció mi prima Elena hace poco tiempo cuando se lo obsequié de mil amores.

Enrique Iglesias - Enrique: Otro regalo, en esta ocasión, de mi hermana. Se me había ocurrido comentar que me gustaba la canción de "Bailamos" así que mi hermana lo vio en oferta y decidió que sería un buen regalo. Lo que no sé es si para vengarse por el disco que le regalé yo una vez de Army of lovers o realmente llevaba buena intención.

Jordy - Dur Dur d'être bébé!: No sé si la gente se acordará de un niño rubito francés que "sacó" un disco hace algunos años y que era un poco infumable. Algún tiempo después, en mi periplo laboral en el Häagen-Dazs, vi el cd en cuestión. Cd que me agencié cuando nos comunicaron que iban a cerrar y que nos íbamos a la calle. Aparte de llevarme varios litros de helado para casa y darle a los conocidos que venían a verme, me llevé este disco. No sé qué echarían más de menos.

Sin duda, hay algunos más, pero los casos más vergonzosos que poblan mi de por sí extensa discografía son éstos. Pero el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.

21.10.06

Discusión


Uno de los espectáculos más comunes en nuestro país, especialmente en los bares, aunque no es exclusivo de ellos, es el de ver a dos o más personas discutiendo. Los motivos pueden ser de todo tipo: religiosos, deportivos, políticos, de tráfico, etc; y la intensidad también es variable, dependiendo de lo caldeado del ambiente y lo encontradas de las opiniones. El volumen de la conversación suele ir en aumento, pues se intenta por todos los medios que el interlocutor o los intelocutores en cuestión escuchen claramente lo que uno tiene que decir, aunque en muchos casos sería mejor que nos ahorrasen ese trago. Pero un buen discutidor siempre tendrá salida para las posibles encerronas dialécticas a las que pueda ser sometido, unas con más sentido que otras, pero todas ellas válidas a la hora de perpetuar la conversación y no dar su brazo a torcer. Las discusiones pueden derivar en trifulcas o en un diplomático aquí paz y después gloria, aunque no sé a ciencia cierta quiénes son ni Paz ni Gloria.

Pero si se piensa bien el tema, ¿realmente sirve de algo discutir con alguien? Por discusiones de todo tipo se han perdido amistades y/o se han generado peleas, y por el contrario no conozco ningún caso de que alguien haya convencido a otra persona de que está equivocada simplemente con el don de la palabra. Sencillamente, porque una persona discutidora siempre tiene razón. Su razón. Y nada le hará bajarse del burro. Eso sí, cuando alguien se encuentra acorralado frente a otro siempre tiende a recurrir al insulto fácil y, a veces, barriobajero, pasando la discusión a un ámbito personal en el que su credibilidad estará en entredicho.

Decía Loquillo en su canción Feo, fuerte y formal: "¿Para qué discutir si puedes pelear?".

12.10.06

Golf

Si existe un deporte absurdo por antonomasia, ése es, sin duda alguna, el golf, si bien se puede partir de la base de que todos los deportes son absurdos si nos ceñimos a una definición simplista de ellos: que si veintidós tíos corriendo detrás de una pelota, que si diez tíos muy altos intentando meterla (la pelota) en una canasta…. Pero todos esos deportes cumplen los requisitos necesarios para ser considerado eso: un deporte. Cuando uno piensa en un deportista, siempre piensa en un atleta, una persona capaz de hacer grandes esfuerzos físicos, bien proporcionado, el sueño de todas las mujeres y de los gays. Y un golfista no cumple esos requisitos, al menos no es lo habitual. Porque hay golfistas famosos que poseen una barriga digna del mejor de los cerveceros de un pub inglés.
El golf es, además, un deporte insolidario. Para hacer campos de golf es posible y a veces necesario destrozar todo un pinar protegido para el disfrute de unos pocos, o llenar de agua una zona desabastecida de ese elemento con el propósito de regar los campos donde unos pocos señores tratan de meter la pelota en un agujero hecho en el suelo. Eso es como darse un atracón de angulas en la puerta de un albergue de indigentes.
Hay veces que los cargos importantes de las empresas quedan para jugar al golf, porque así pueden decir que han hecho deporte, aunque en realidad tampoco han realizado un gran esfuerzo. Pero en esas partidas, los de menor cargo siempre deben dejarse ganar por los de mayor cargo si pretenden que su futuro en la empresa no se termine de un plumazo. El golf es, por tanto, un deporte engañoso, porque no siempre gana el que mejor juega, sino que es un indicativo de poder.

8.10.06

Up the irons!

El 30 de noviembre de 2006 actúa en España la banda inglesa Iron Maiden. Únicamente dan un concierto en este país, concretamente en el Palau Sant Jordi de Barcelona, pero ello no impedirá que un servidor acuda al evento, a pesar de que es jueves. Y allí estaré con mi hermano Ernesto de la Serna, y con mi amigo Diego González, cuyo escaso gusto en lo que a política se refiere contrasta con su elevado gusto musical.

Aunque he de reconocer que no siempre he sido un fan de la banda, si bien siempre he sentido, cuanto menos, simpatía por ellos. En casa, cuando era pequeño, era raro el día en que mi hermano no me hacía escucharlos. El hecho de que compartiéramos habitación daba lugar a poca intimidad, y cuando uno de los dos ponía música, al otro no le quedaba más remedio que escucharla, aunque también es cierto que siempre hemos sido bastante afines en ese aspecto, por lo que pocas guerras hubo (quizás durante mi crisis en plena edad del pavo, cuando me dio por escuchar grupos como Los fresones rebeldes o Nosoträsh, aunque por suerte para él, sus compromisos por aquel entonces le obligaban a pasar poco tiempo en casa, por lo que no lo sufría en exceso). Y como quiera que él ha sido siempre el hermano mayor, y dudo que eso pueda cambiar en los próximos años, tenía preferencia cuando queríamos compartir watios de sonido. Y los Maiden eran entonces, y son ahora, una de sus bandas predilectas. Tanto que, gracias a ellos en general y a su bajista Steve Harris en particular, se hizo seguidor del equipo inglés del West Ham, afición que también logró inculcarme (como se puede ver, yo era un chaval con ideas muy claras y que no se dejaba influenciar así como así).

Pero no fue hasta el 12 de junio de 2004 cuando el ídolo de todos y de todas ustedes, se convirtió en un fan de la banda. Ese día daban un concierto en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. Aprovechando que mi hermano estaba una semana en dicha ciudad (por aquel entonces él iba pululando por medio mundo), me decidí a acompañarle, junto a otros amigos. Y salí completamente convertido. Así como los musulmanes deben ir al menos una vez en la vida a La Meca, todo aquel a quien le guste la música rock debería ir al menos una vez en la vida a un concierto de Iron Maiden, donde además pueden entrar personas de cualquier nacionalidad y sin necesidad de descalzarse. Unos meses después volví a verlos, y hasta ahora. Y siempre que vengan por estos lares, haré lo posible por disfrutar de sus conciertos.

A modo de aperitivo pongo a continuación el último vídeo de la banda, perteneciente a su último disco y que recomiendo encarecidamente.

3.10.06

Conversación

JEFE: Oye, Ídolo, tú y yo tenemos una conversación pendiente.
TU ÍDOLO: ¿Tú y yo? Pues cuando quieras, que no te tengo miedo.
JEFE: Pues mira, ahora mismo la sala está libre, así que vamos para allá.

El Jefe y el Ídolo se dirigen hacia la sala de reuniones. Tras entrar, cierran la puerta y toman asiento.

JEFE: Bueno, como sabrás tengo una baja. Una baja importante.
TU ÍDOLO: Sí, Jose, ya lo sé (NOTA ACLARATORIA: Jose es, o era, el segundo de El jefe, a quien comúnmente se denominaba como "Número 2").
JEFE: Efectivamente... entonces, como supondrás, necesito otro "Número 2".
TU ÍDOLO: ¿Es eso una indirecta o para que te ayude a elegir a alguien?
JEFE: A ver, yo te lo digo a ti para que te lo pienses. La cosa sería que, cuando yo no estuviera, tú tendrías que sustituirme. No va a suponer ningún cambio respecto al contrato, porque yo ahí no puedo hacer nada, pero sí te serviría para dejarte ver en la oficina como algo más que un simple técnico.
TU ÍDOLO: Bueno, pues si hay que hacerlo, se hace.
JEFE: No, a ver, que yo no quiero obligar a nadie. Pero yo con Jose tenía una relación muy buena, y yo sabía que si yo cerraba los ojos, él me iba a responder. Y yo sé que contigo me pasa lo mismo, porque ya nos conocemos y tenemos la confianza suficiente para decirnos las cosas. Y aparte, porque yo ya sé que contigo se puede contar.
TU ÍDOLO: Pues eso, que por mí no hay ningún problema.
JEFE: Bueno, y si luego surge alguna oportunidad, como la que le ha surgido a Jose, pues desde luego que el primero en quien pensaría sería en ti, aunque tuviera que buscarme otro "Número 2".
TU ÍDOLO: Hombre, eso ya se vería en el caso de que surgiera algo, sí. Vale, cuenta conmigo, pues.
JEFE: Aunque también te digo que aquí a la gente pues le gustan las camisitas, los pantalones vaqueros.... Lo digo para que te vayas preparando.

Así que este fin de semana me tocará irme de compras a por camisas, pantalones y esas cosas....

1.10.06

De vuelta

Tras dos semanas de vacaciones y descanso, he regresado por fin a casa esta misma noche. El destino durante ese tiempo ha sido, básicamente, la Ciudad Condal, Barcelona, aunque también ha habido alguna escapadita a Andorra para visitar a un buen amigo. Lo que se ha hecho es lo que se suele hacer en estos casos: descansar, aunque sea sólo mentalmente, desconectar y pasar varios días alejado de todo lo que el curro conlleva, replantearse algunos aspectos de la vida que deberían cambiar, e intentar llevar a cabo esos cambios, aunque no siempre se verán los resultados, puesto que no siempre cambia todo lo que se desea.

Pero todo en la vida tiene un fin y, como no podía ser de otra manera, mis vacaciones también. Así que ya he vuelto, preparado para retornar a la rutina laboral diaria. Y aunque he de reconocer que la estancia en Barcelona ha sido altamente placentera, en parte gracias a mis hermanos Ernesto de la Serna y Su y a la paciencia de mis cuñados, ya echaba un poco de menos Madrid. No he podido evitar, de hecho, una vez en la ciudad, mi ciudad, y montado en el coche, darme una vuelta para ver cómo sigue todo y comprobar que todo está, prácticamente como lo dejé: patas arriba. La huella del señor Gallardón permanece visible en todos los rincones de la capital. Pero pese a las múltiples obras, pese a los infames atascos que seguro que me esperan en mi vuelta al trabajo, pese al trabajo propiamente dicho, echaba de menos mi ciudad. Y es que Madrid, para mal o para bien, es única. Me alegro de estar de vuelta.

8.9.06

Las cosas claras

¿Qué cuesta hacer las cosas bien? Con un poco de esfuerzo se puede lograr hacer de una encrucijada un lugar claro de paso, sin dar lugar a ningún tipo de duda. Sólo hace falta un poco de dedicación a la hora de confeccionar los carteles de indicación. El caso que propongo aquí es una clara muestra:



Esto es lo que puede encontrarse en una de las múltiples obras de la capital. Por si hay dudas al respecto, amplío la información que se puede obtener de dichos carteles:


Cartel 1: ¡Atención! Maquinaria pesada. Está bien que nos avisen de ello, aunque si es muy pesada será complicado no percatarse de su presencia.

Cartel 2: Prohibido permanecer en el radio de acción de la maquinaria. Estupendo. Habría que saber cuál es exactamente ese radio de acción para saber con exactitud dónde no se puede permanecer.

Hasta aquí las cosas están claras. Hay maquinaria pesada y no se puede permanecer en un lugar en el que esas máquinas le puedan alcanzar a uno. Pero hay más carteles:


Cartel 3: ¡Peligro! Cargas suspendidas. Si es que ya me lo decía mi padre: "Hijo, los suspensos no son buenos". Ahora empiezo a entender lo que quería decirme.

Cartel 4: Prohibido permanecer bajo cargas suspendidas. No sea que por el efecto dominó le suspendan a uno también. Y mejor que no, que bastantes suspensos tuve en su día.

Así que la cosa está clara, ¿no? Sabemos que hay maquinaria pesada y que no puede uno acercarse a su radio de acción, así como tampoco puede uno quedarse bajo una carga suspendida. Es decir, habría que ir mirando si la maquinaria nos pudiera alcanzar de alguna manera al mismo tiempo que habría que mirar hacia arriba, no sea que nos cayera un suspenso del cielo. Visto el panorama, lo mejor es evitar ese paso e irse a otro lado, ¿no? ¡Pues no! Porque aquí entra en juego el último cartel, el que lo deja todo atado y bien atado, explicado y bien explicado:


Cartel 5: Paso obligatorio para personas. Es decir, que si uno, en vista del peligro que puede correr su integridad física, decidiera intentar el paso por otro lado menos peligroso, donde no hubiera maquinaria pesada acechando, ni suspensos esperando echarse encima de uno, estaría incurriendo en una terrible ilegalidad. Y hay más: Si uno se fija en lo que el humor typical spanish ha hecho sobre esta última imagen en forma de dibujo, se percatará de que no sólo es paso obligatorio para personas, sino que esas personas deben ser de sexo masculino. El tema del tamaño y grosor de la masculinidad del tipo de la imagen es algo que no debe ser analizado aquí, sino más bien en un congreso médico o en una sala X.

Y es que, como decía al principio, cuando se hacen las cosas bien, no hay lugar para las dudas ni las interrogaciones.

2.9.06

A por Hellas, oe, a por Hellas....




A estas alturas serán pocos los que no se hayan enterado de la clasificación de la selección española de baloncesto para la final del mundial que se disputa en Japón y que le enfrentará a Grecia. Tras un partido duro, muy duro, ante la actual campeona olímpica y subcampeona del mundo, Argentina. Un equipo correoso, competitivo, que juega con mucha dureza y que tiene en sus filas a jugones de la talla de Ginobili, Nocioni, Oberto o Scola. El partido ha sido tenso. Muy tenso. Los dos equipos se conocen demasiado bien (no hay que olvidar que la amplia mayoría de los argentinos juegan o han jugado en algún momento en la liga ACB). Pero, tras un final agónico propio de este deporte, el triunfo ha caído del lado español por un sólo punto. España es una de las dos mejores selecciones del mundo. El domingo se verá si es la mejor o, por el contrario, no.

Siempre que un equipo nacional logra un éxito de este calibre, se hacen comparaciones inmediatamente con el mundo del fútbol, donde lo único que ganamos son amigos. Y a veces ni eso. Pero cualquier comparación resulta odiosa, y en este caso, más. Empezando por los jugadores. Cuando uno observa a los futbolistas, uno percibe una imagen muy narcisista de los mismos, la típica del niño rico, preocupado por el peinado que lleva, tener el mejor coche, lucir los pendientes más brillantes.... Únicamente se utiliza el término galáctico en el mundo del fútbol, simplemente para reseñar que alguien es muy bueno practicando ese deporte. Lo malo es que los propios futbolistas muchas veces se lo creen, y ahí es donde empieza el problema. Están endiosados. Fernando Torres o Sergio Ramos son dos claros ejemplos de ello. Quizá los más claros.

Cuando uno mira a algún jugador de la selección de baloncesto (hacia arriba, claro), ve personas mucho más normales, a las que se puede uno acercar sabiendo que no va a recibir ningún tipo de desplante, como quien se acerca a una persona cualquiera en la calle. Incluso Pau Gasol, quien podría tener delirios de grandeza por ser la figura más destacada y el mejor jugador de un equipo de la NBA, da muestras de una asombrosa normalidad, atiende a la prensa sin problemas, firma autógrafos sin poner cara de que le estén apretando los calzoncillos... Por eso, cuando uno ve una imagen como la del jugador de Sant Boi llorando tras caer lesionado, siente lástima, y se puede escuchar varias veces la palabra "pobrecillo". ¿Alguien dijo esa palabra cuando la España de fútbol cayó eliminada ante Francia en el último mundial?

1.9.06

Ferpectamente + 20



El martes pasado, tuve la oportunidad de volver a ver a uno de los grupos que más me han gustado siempre, si no es el que más: Los enemigos. A pesar de que se habían separado hace unos años, decidieron reunirse con la formación original para celebrar el vigésimo aniversario de la publicación de su primer disco, "Ferpectamente". Y aunque podría extenderme contando lo que me pareció el concierto (que fue buenísimo, si bien un poco agobiante por lo pequeño del local y la cantidad de gente que allí se encontraba), voy a copiar aquí, gracias al método de escritura de Ana Rosa Quintana, un artículo que he encontrado al respecto. Sorprendentemente, es del ABC.


Había motivos para la celebración. El 20 cumpleaños de un disco como «Ferpectamente» merecía una gira como la que están protagonizando sus autores, Los Enemigos, una banda que escribió, en sus más de 15 años de existencia, algunos de los párrafos más brillantes del libro del rock español, aunque una buena parte del público ni siquiera llegó a enterarse.

El motivo del renacimiento de esta banda fue para homenajear a Kike Turmix, todo un personaje en el sector musical madrileño más radical y seguidor incondicional de la banda, fallecido el pasado año: «Nos juntamos la formación que había grabado ese disco –comenta Josele Santiago-, porque él siempre la apreció mucho. Hicimos la fiesta en enero, nos gustó y nos apeteció seguir». No en vano, el principal acicate para embarcarse en una gira por pequeñas salas de toda la geografía hispana era el puro jolgorio, lo cual casa perfectamente con el ánimo que les llevó a grabar aquellas canciones como «El ataque de los hombres Bruster», «Juan Valdés» (dedicado al hombre del café seleccionado con fruición), «Plis plis mi» (versión instrumental del tema de Lennon / McCartney) o «Jacobo que te adobo»: «Resultó divertido volver a ese repertorio, que era muy gracioso. Además, ahora viene mucha gente a vernos, cosa que en aquellos momentos no ocurría. También hacemos algunas versiones de temas clásicos, como, por ejemplo, de Chuck Berry. Al principio sólo queríamos hacer una fiesta, pero luego pensamos que, si continuábamos, lo mismo conseguíamos que nos pagaran por ello, como así ha sido». De lo que puede ocurrir en un concierto de estos cuarentones desmelenados baste añadir un dato: recientemente, en Málaga, animaron a su público, al final del espectáculo, a que les acompañaran a la playa, situada a escasos metros, para darse un baño nocturno sin incómodos ropajes encima.

Siempre nadaron a contracorriente. A principios de los 80, Artemio Pérez a la batería y Roberto Arbolea a la guitarra (luego pasaría al bajo) se divertían haciendo ruido y versiones garajeras por el barrio de Malasaña. Pronto se les suma José Luis Santiago Romero, Josele, de la mano, precisamente, de Kike Turmix. Su progresión es notoria: en 1986 ganan el por entonces prestigioso concurso de rock Villa de Madrid y, ese mismo año, graban «Ferpectamente». Un álbum tan castizo que los primeros ejemplares se vendían en el bar Marcelino a 1.000 pesetas, e incluían caña y tapa de chorizo de regalo (es cierto).

No es que fuera un hito mundial, pero sí un aldabonazo de humor negro y letras cerveceras y disparatadas que avisó a los más atentos de que allí se estaba fraguando algo serio. Unos temas que reflejaban bastante bien la vida alocada que protagonizaban los componentes de la banda, embarcados en una juerga constante: «Creo que las canciones han aguantado bien el paso del tiempo –explica Josele–, pero del famoso sonido de los 80 no te podías librar. Por aquel entonces lo del rock and roll no estaba asimilado y, por ejemplo, se escucha cada golpe de la batería... El rock and roll tendrá momentos más altos y bajos, pero ahí sigue para pasarlo bien y ejercer un poco de mosca cojonera».

En aquellos primeros tiempos los cambios se sucedieron con rapidez en el seno del grupo: en el puesto de bajista se va Roberto, sutituido por Michi González y éste, a su vez, por Fino Oyonarte, procedente de Glutamato Ye-Yé y que ya se quedaría de forma permanente hasta el fin de los días de Los Enemigos. Por eso, aunque en realidad fue Michi el que ejerció de bajista en la grabación de «Ferpectamente», fue Fino el encargado de llevar su contenido por pueblos y bares de toda España.


Desde entonces las cosas han cambiado mucho en el panorama musical, unas para bien y otras, por desgracia, para mal: «En los grupos de ahora echo de menos un discurso propio y, por supuesto, el sentido del humor».

El tiempo también trajo nuevas transformaciones. Artemio dejó pronto la banda y otros músicos se fueron incorporando. Al final, el proyecto simplemente se agotó, y la gira de despedida de 2001-2002 fue toda una apoteósis de público y emoción. Así que, durante tres días, los madrileños podrán recordar los viejos tiempos del desmadre que hicieron de esta ciudad un... desmadre.

29.8.06

Nostalgias

Tras visitar el blog del amigo Mikel de Tellagorri, y más concretamente el post en el que ponía un videoclip del grupo Extremoduro, me ha dado por pasear un rato por la memoria, llegando a etapas de mi infancia en las que no tenía preocupación alguna, más que hacer el cabra y pasarlo bien. Y parte del ocio era ver algunas series de televisión.

¿A alguien le trae algún tipo de recuerdo alguno de los videos que expongo a continuación?








27.8.06

Excursión a la montaña

Este fin de semana he tenido la oportunidad de hacer una excursión a la sierra de Gredos, concretamente a la zona conocida como Laguna Grande, con los habituales en mis aventuras de este tipo, escasas hasta ahora, Gonzalo, Toño y Arancha. El plan era el mismo que el año pasado: llegar hasta la citada laguna, tras una larga y sinuosa caminata que resulta más complicada aún con los kilos que llevamos en la espalda, comer allí, pasar la tarde y la noche, y a la mañana siguiente volver por la mañana y retornar a casa, tras comer en un restaurante de camino en el que son bastante generosos con los alimentos.

Al llegar a la plataforma donde dejamos el coche, nos dedicamos a realizar el reparto de identidades de cara a la subida, como si fuéramos unos críos (en el fondo creo que lo somos). Toño sería Gianni Bugno, Gonzalo, Prudencio Induráin, yo mismo sería Claudio Chiapucci (siempre somos los mismos desde hace varios años) y, tras decisión popular, se decide que Arancha sea Laurent Fignon. Hale, los niños contentos y ya podemos comenzar el ascenso.

La primera parte es bastante dura: un suelo de piedras que no son lo mejor para los pies, amén de las correspondientes pendiente y longitud. Llegamos, tras un buen rato y cada uno a su ritmo, a la primera fuente, donde después de recuperar el fuelle y soltar alguna tontería, soy informado vía sms de la momentánea victoria de la selección española de baloncesto frente a la de Serbia en el mundial de Japón. Cuando nos adentremos un poco más en la montaña, perderemos la cobertura, por lo que agradezco la información recibida.

La segunda parte de la marcha no es tan dura, aunque sí peligrosa, pues a pesar de no ser una subida, el camino es de piedra y es probable algún resbalón con funestas consecuencias en el momento en que uno se descuide. Toño y Gonzalo vuelven a imponer un ritmo alto que ni Arancha ni yo queremos seguir. Hay que decir que las mochilas que llevan ellos son sensiblemente más pequeñas que las nuestras, por lo que, al estar todas llenas hasta arriba (incluso tenía que llevar yo el saco de dormir de Gonzalo), no hace falta ser un experto en física para deducir que llevábamos más peso que ellos. Tras llegar a la laguna y escoger un sitio donde descansar nos dedicamos a meter mano a las viandas que llevamos para la ocasión.

Pero no contábamos con una inesperada visita que no tuvimos el año pasado. Dos cabras, una madre y su cría andan pululando por la zona, hasta que, en mitad de nuestra comida, se acercan a nuestra posición. Como no somos precisamente unos expertos en biología, no sabemos el comportamiento que suelen tener estos animales cuando se te quedan mirando fijamente y hacen un ruido extraño con la boca. Nos da por pensar que quiere proteger a la cría y que va a emprender un furibundo ataque contra nosotros de un momento a otro. Nos da por pensar también que simplemente está mirándonos para ver si cae algo de comida. Comprobamos que, al dejar de mirarla, ella mira también para otro lado, si bien no se mueve de su situación. Con un poco de miedo en el cuerpo terminamos nuestra comida, aunque la cabra finalmente, viendo que pasamos de ella, decide irse con la música a otra parte.

Más tarde, durante la siesta, puedo comprobar que estos animales son más cobardes (o digamos mejor precavidos) que nosotros, cuando un perro de la raza caniche hace huir a dos fieras cabras a la montaña con un ataque frontal. Y quiero pensar que nosotros imponemos más respeto que un caniche. Problema solucionado. De hecho, más tarde, en un arranque de valentía por mi parte, logro hacer que una se vaya, acto que inmortalizo con la cámara y que, sin duda, es una muestra de la gallardía que me caracteriza.



La tarde pasa sin mayores anécdotas que las que surgen en una estancia de estas características, hasta que llega el momento más temido por mí y por mis compañeros. El año pasado no fui capaz de dormir más de una hora en toda la noche, lo cual, unido a la movilidad que necesité intentando buscar la postura adecuada para poder descansar bien y conciliar el sueño, propició que los que estaban a mi alrededor tampoco durmieran lo deseable. Pero en esta ocasión, pedí asesoramiento a mi hermano a la hora de adquirir material para la excursión de marras, dado que el año anterior había ido de prestado y él tiene alguna experiencia en marchas de este tipo, por lo que albergaba esperanzas de poder dormir y de no molestar al resto. Y tras contar las pertinentes historias de miedo que en realidad son comedias, puesto que las improvisamos sobre la marcha, nos metemos en los sacos y, sorprendentemente, logro dormir.

Por la mañana, como es habitual en mí, me despierto antes que los demás, por lo que decido ir a dar un paseo para hacer tiempo. Pero poco después entra en acción el "servicio de despertador de Gredos". Un helicóptero de la guardia civil comienza a sobrevolar la zona a escasa altura, por lo que despierta a los que estuvieran dormidos. La finalidad es la de multar a aquellos que hayan montado tiendas de campaña para dormir, pues en este país sólo está permitido hacerlo desde la puesta de sol hasta su salida. No sé por qué, pero por lo visto es así. Tras realizar su labor, tal como llegan, se van. Algo que decidimos hacer nosotros también, aunque no en helicóptero.

La vuelta resulta más sencilla que la ida, no sé bien por qué, pero ahora subimos mejor. Tras llegar nuevamente al coche a mediodía y tomar algo, vamos a comer a un peculiar restaurante. El único que conozco en el que es el camarero el que dice lo que vas a comer (y que no se te ocurra contradecirle): Migas, patatas revolconas, judiones y cordero asado. Es fácil deducir que salimos a cuatro patas del local debido a la cantidad de comida ingerida. Pero salimos al fin y al cabo.

De vuelta a casa, tras un fin de semana demoledor, de esos que hacen que termines con dolores en las piernas y con una imperiosa necesidad de descansar, pero contento por haber hecho algo distinto a "lo de siempre". Y pensando en repetir cuanto antes. Y después de escribir esto, me voy a dormir, o mañana no me levantan ni con grúa.

25.8.06

La uralita

Una de las aficiones que tenía cuando era pequeño / adolescente era irme a casa de mi vecino a gastar bromas a la gente. Supongo que todos, o casi todos, hemos pasado en mayor o menor medida por esa etapa durante nuestra edad del pavo. ¿Quién no ha hecho llamadas telefónicas a desconocidos con algún chascarrillo con el fin de echarse unas risas a costa del interlocutor en cuestión? ¿Quién no ha tocado en algún telefonillo y ha salido corriendo, o ha preguntado alguna tontería? Pero una de nuestras gracias favoritas era tirar cosas por la ventana a la gente que por la calle pasaba: huevos, globos de agua, cebollas, patatas.... Ya desde pequeños mostrábamos nuestra faceta más macarrilla, pero hubo un día que toda esa afición se desvaneció bruscamente.

Estábamos como otras veces tirando cosas y arrastrándonos por el suelo de la risa (simples que éramos... ¿o seguimos siendo?). Mi vecino (al que llamaremos de aquí en adelante El Sunder), dio muestras de su gran puntería cuando, cebolla en mano, dijo que se la iba a tirar a un coche que estaba aparcando en la urbanización de enfrente. Apuntó, disparó... y coló la cebolla por la ventanilla del sorprendido conductor, que debió, como se dice comúnmente, fliparlo en colores. El lanzamiento tuvo su mérito, si tenemos en cuenta que fue realizado desde un octavo piso. El vehículo, no obstante, siguió su camino hasta su lugar de aparcamiento. No se trataba en este caso de un parking subterráneo, sino de uno al aire libre, con la única protección de una capa de uralita que cubría la fila entera de vehículos. Ahí se detuvo el coche. Y supongo que los minutos siguientes los dedicó a pensar qué era lo que había entrado en su coche de esa manera tan expeditiva y, una vez descubierto, cómo había ido a parar la hortaliza en cuestión al interior de su vehículo. En ese intervalo de tiempo yo tuve una feliz idea. Llenamos un tetra brik recogido de la basura de agua, lo grapamos para que no se saliera el líquido elemento y nos dispusimos a lanzarlo, tal y como llevábamos haciendo un buen rato.

Le dije al Sunder que lo tirara a la uralita, que molaba mucho cómo sonaba. Dicho y hecho. Efectivamente, sonaba como un petardazo (aunque yo, dada mi poca familiaridad con la física, no había previsto que la uralita se rompiera). El destino, la puntería de mi compinche (¿o era yo su compinche?) o quién sabe qué, dispuso que el tetra brik en cuestión cayera justo al lado del vehículo cebollero, en cuyo interior aún se encontraba el atónito conductor, que debió quedarse aún más atónito al comprobar ese nuevo ataque sufrido. Debió pensar entonces que alguien quería acabar con él, y en ningún momento se le habría pasado por la cabeza que eran dos capullos con mucho tiempo libre los autores del bombardeo.

Pero la mala suerte quiso que el portero de esa urbanización viera todo lo sucedido, y tardara escasos quince minutos en venir a pedir explicaciones. Cuando le vi aparecer en la puerta de mi casa el mundo se me vino encima y pude ver claramente mi vida en imágenes en forma de película. Y era una comedia. Aunque para pocas risas estaba yo en ese momento.

Finalmente la cosa no pasó a mayores. Ni tuve que pagar los desperfectos (supongo que el seguro cubría los ataques de dos quinceañeros aburridos) ni tampoco el propietario del vehículo atacado. Pero estuvimos una buenta temporada con el miedo metido en el cuerpo y sin atrevernos a lanzar nada por la ventana... al menos desde la terraza desde la que lo hicimos aquel día.

24.8.06

138.252 €

¿Tiene precio una vida humana? Por lo visto, y para algunos, sí. Tras los brutales atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, se decidió "compensar" a las familias de las víctimas con una cantidad económica que, por muy grande que pudiera ser, nunca podría suplir el calor del familiar que se fue. No quisiera caer ahora en el dramatismo que ello supuso, sino plasmar aquí el homenaje que el grupo Stafas hizo al respecto en forma de canción.



Zarpazos que la vida a todos nos puede dar,
no es enemigo ni es rival.
Nunca verás sus ojos ni tampoco su forma de andar,
tú eres un número más.
Unos euros para secar
tus lágrimas sentada estás en el salón,
y nadie va a llorar por ti,
eres un número más.
Amarraíta a su foto te has quedado,
y pocos son los que te irán a consolar.
Los que pudieron evitarlo
no quisieron oír al pueblo
y aún no dejan de ladrar.
Quién dormirá tranquilo hoy,
si te arrancaron la raíz sin avisar,
pero al final alguien sí lloró...
el cielo de Madrid.

Pero sabes bien
que por mucho que te duela
tienes que volver a andar
y aprender a vivir con una herida,
la más amarga herida que no deja de sangrar.

Perdida toda la ilusión
sólo te quedan los recuerdos,
se encoge el corazón.
Oscura la noche y el día
y sin sus risas te preguntas,
y ¿por qué no fui yo?
No encontrarás contestación,
sólo tú sabes que el dinero no es un don
que te sirva para apagar la rabia y la insatisfacción.

Pálida suerte que borró
unas viñetas que estaban llenas de color.
El manual de la inconsciencia
se adueñó de ese señor
y no pidió perdón.
Alguien se lo va a recordar
y ese soy yo, cantando esta canción.
El ansia de poder fue su equivocación.

Pero sabes bien
que por mucho que te duela
tienes que volver a andar
y aprender a vivir con una herida
que no deja de sangrar.
Pero sabes bien
que por mucho que te duela
tienes que volver a andar
y aprender a vivir con una herida,
la más amarga herida que no deja de sangrar.

"...De lo que se estaba hablando, señorías, es de la muerte y las heridas de por vida padecida por seres humanos... ¿De qué se reían, señorías? ¿Qué jaleaban? ¿Qué vitoreaban en esta comisión?..."

6.8.06

Borreguito como tú

Este fin de semana está teniendo lugar el II Torneo Internacional de Madrid de Baloncesto, al que he decidido acudir, en el que participan España, Argentina, Lituania y Polonia. A pesar de no ser un entendido de este deporte, siempre me ha gustado ver los partidos de la selección, sobre todo desde que ésta es tan competitiva como lo es ahora. Y uno de los motivos por los que el baloncesto no termina de cuajar en mí como deporte predilecto es por la gran cantidad de horteras por metro cuadrado que se puede encontrar uno en una cancha. Se está copiando descaradamente el modelo yanki de este deporte en cuanto a "espectáculo" en tiempos muertos y descansos del partido.

Ayer, sin ir más lejos, cuando entré en el Madrid Arena (que también tiene tela el nombrecito), se estaba disputando ya un interesantísimo Argentina-Lituania, y me llamó la atención que hubiera un speaker narrando todo lo que ocurría en él. Que si dos puntos para Nocioni, que si triple de Macijauskas, que si arriba el público que parece que no hay argentinos ni lituanos.... Al principio lo puede uno tomar como una mera anécdota, pero puedo asegurar que tras llevar varios minutos oyéndole (el volumen de la megafonía es tal que escuchar y oír terminan siendo lo mismo) acaba uno un poco de los nervios. Los partidos en sí no estuvieron mal, especialmente el Argentina-Lituania que no se decidió hasta los últimos segundos y que terminaron ganando los argentinos por un solo punto.

Pero el plato fuerte, como no podía ser de otra manera, vino con el partido de la selección española. Y no me estoy refiriendo al encuentro en sí, que no tuvo mayor historia. Los organizadores del evento se han propuesto batir un récord, y juntar en un pabellón a nosecuantas mil personas con camiseta roja y bailando "Paquito el chocolatero". Ayer, durante las semifinales, se encargaron de recordarlo constantemente, pues el récord se quiere intentar en el descanso de la final. "Mañana todo el mundo con camiseta roja", fue lo que más se oyó. Así que ya sé con qué color no voy a acudir hoy al Madrid Arena.

Suponiendo que se logre batir el récord... ¿qué? ¿Nos creeremos mejores personas por lograrlo? ¿Nos darán algún tipo de bonificación en los puntos de los carnets de conducir? ¿Desgravará a Hacienda? Es lamentable que cumplamos todos como borreguitos lo que nos dicen que hagamos, todo ello casi siempre con fines comerciales (la brillante idea la patrocina una conocida marca de cerveza, que es la que utiliza la canción de Paquito el chocolatero en su campaña publicitaria). A mí que me dejen tranquilo viendo el partido y no me molesten con estas tonterías, que para hacer el capullo ya me basto y me sobro yo solo como para necesitar ayuda.

3.8.06

C.S.I. Vallecas

Éste no es el título de alguna de las divertidísimas (nótese la ironía, por favor) teleseries de Antena 3, sino las conclusiones que saqué el otro día tras una visita a una tienda Dia, valga la redundancia.

Acudía yo alegre y contento, cual Caperucita Roja que va a casa de su abuela, a realizar un aviso con la profesionalidad que me caracteriza, que no sé si es mucha o poca, pero es la que me caracteriza. El madrileño barrio de Vallecas era el escenario de mis canturreos, mientras llevaba en una mano mi carpeta de partes y en la otra la mariconera con las herramientas. Al llegar a la tienda me presenté y me enseñaron el cajón que debía arreglar o reparar. Y me puse manos a la obra.

Y enfrascado estaba en la reparación del mencionado cajón cuando de repente oigo en la puerta, a mi espalda: "Buenos días, policía científica". "¡Coño! ¡Los del CSI!" fue lo que dije. Para mis adentros, eso sí. El motivo de la visita de Grissom y los suyos era tomar huellas del cajón que habían forzado y robado en el transcurso de la mañana, para tratar de esa manera de identificar al autor material del delito. Entonces, tal y como me temía, la encargada le dijo que el cajón que habían robado... ¡¡era el que estaba reparando yo!! Vino hacia mí el ayudante de Grissom con cara de pocos amigos y me dijo, con unos modales poco televisivos, que qué hacía yo tocando el cajón, que no se puede tocar hasta que ellos tomen las huellas. Claro, yo le tuve que explicar que a mí me habían dado un aviso y lo tenía que atender, aparte de que no me habían comentado nada de ningún robo. "Te vamos a tener que tomar las huellas". Sin problema. Levanté mi dedo índice, esperando que me lo pringaran de negro, como cuando uno se hace el DNI. "No, no, de todos los dedos de la mano". "Sí, claro, y hasta las de los pies si quieres". Y en vez de pringarme la mano de negro, lo que hizo fue rociarme con un polvillo blanco, algo mucho más limpio y, ante los ojos ajenos, mucho más moderno y profesional. Después hicieron lo propio con el cajón y se fueron. Y ahí me quedé yo, reparando el cajón, contentísimo de haber podido colaborar con la justicia en tan delicado asunto.

Seguramente en los próximos días podremos ver en la prensa cómo han detenido al atracador de las tiendas Dia gracias al trabajo de la policía científica. Sólo espero que, con lo chapuzas que solemos ser los españoles, no se traspapelen las huellas y el que aparezca detenido sea yo. Cosas más increíbles se han visto desde luego.

31.7.06

Reencuentros

Reencontrar: Dicho de una persona: Recobrar cualidades, facultades, hábitos, etc., que había perdido.

Partiendo de esta definición de la Real Academia de la Lengua (esa que es limpia, fija y da esplendor), podría decirse que este fin de semana he vuelto a reencontrarme con algunas personas, algunos hábitos y algunas cualidades. Para empezar, volví a ver a mi amigo Toño, cómo no con un concierto de los incombustibles Burning como excusa. Eso, y su cumpleaños. Me reencontré también con Pablo, a quien conocí en Málaga en uno de esos viajes que hacía yo un par de años atrás y con el que había pasado buenos y alcohólicos momentos. El motivo para verle, el mismo que el de Toño. Aparte de ellos dos, también acudieron a tan magno acontecimiento Arancha y Gonzalo, pero a estos dos los veo más a menudo, por lo que, a pesar de ser también estrictamente un reencuentro, no era tan esperado. Me reencontré con el antiguo hábito, tan abandonado últimamente sin motivo aparente, de salir por la noche. El mencionado concierto, dado que era de varios grupos, terminó a la hora de los churros prácticamente, lo que propició que nos acostáramos cuando casi estaba amaneciendo. Me reencontré con el alcohol, ese que hacía tiempo que no probaba, pues mi vaguería me impide salir sin el coche, pero mi grado de responsabilidad, tan bajo para otras cosas, me obliga a no beber cuando conduzco.

Me reencontré con el tigre de Bengala. En realidad, es lo mismo que el reencuentro con Pablo, pues comparten identidad. Este chico tiene la particularidad de que cuando cae dormido, es prácticamente imposible despertarle. No pasaría nada por eso si no fuera por los constantes y sonoros ronquidos que emite. Es humanamente imposible dormir a su lado y, por supuesto, hacer que cese en sus ronquidos. Hasta el punto de que Gonzalo y yo, afectados como estábamos por la ingestión de cubatas, nos pusimos a hacerle perrerías para comprobar si realmente se despertaba o no. Acabó, tal y como muestra la fotografía, con todo lo que encontramos por la habitación encima: mantas, cajones, sillas, ceniceros.... y permaneció inmutable.



Me reencontré con unos compañeros de carrera de Toño con los que me llevo bastante bien: Alberto, Beatriz y Susana, con los que estuve el sábado por la noche y con los que voy a tener que coincidir más a menudo, pues me dijeron varias veces que estaba muy guapo, y para la autoestima viene muy bien oír esas cosas de vez en cuando. Me reencontré con Isabelita, la sobrina de Toño, a quien no veía desde el día de su nacimiento y que me despertó (aún más) mi instinto paternal.

Fue, en definitiva, un fin de semana de reencuentros, como dije al principio. Y tantos reencuentros han tenido lugar, que hasta he vuelto a escribir también en el blog, algo que hacía mucho que no ocurría.

21.7.06

Los güebones

Hoy viernes, voy a proponer tres videos que son tres gags de una serie hecha hace varios años llamada "Los güebones". Es humor políticamente incorrecto con dosis de surrealismo en el que el actor César Saracho (Bernardo en Camera Cafe) interpreta a personajes de lo más variopintos. El primero es de un secuestrador la mar de educado y considerado... dentro de las limitaciones propias de su labor.



El segundo pretende ser una "ayuda" para todos esos padres que quieren ayudar a que su hijo salga del armario y acepte su homosexualidad.



Y el tercero es una rueda de prensa de un ministro cualquiera (en la cocina de su casa y en bata, con todo el glamour del mundo) explicando lo que ha sucedido la noche anterior, que fue un tanto agitada.

15.7.06

Días de fútbol


Un grupo de treintañeros conocidos del barrio en el que han vivido siempre (en este caso, el madrileño barrio de la Elipa) deciden formar un equipo de fútbol 7, con el fin de ganar algo por una vez en su vida. Los integrantes de este nada usual equipo son: Jorge. La típica persona cuadriculada, que tiene todo organizado en la vida y que pretende que las personas que le rodean la tengan también. Su novia le deja cuando, tras dos años viviendo juntos y ocho como novios, decide pedirle que se case con él. Ramón. Conductor de un autobús escolar, de humor un tanto irascible, que tiene a su mujer embarazada. No sabe a quién odia más, si a su mujer, a su suegro o a los niños del autobús que conduce. Gonzalo. Estudiante. Lleva varios años con una asignatura para terminar Derecho, y no parece que esté muy por la labor de aprobarla. Carlos. Actor fracasado con delirios de grandeza. Miguel. Policía, cantautor frustrado, maltratado psicológicamente por su mujer, ridiculizado por sus compañeros... Antonio. Ex presidiario con cierta facilidad para imponer su fuerza y que sale de la cárcel decidido a ser psicólogo. Serafín. El amigo de Antonio de la cárcel, licenciado en trapicheos

Esta es, a grandes rasgos, la columna vertebral de esta película que tanto éxito tuvo en España en 2003. No sin justificar. Los diálogos y situaciones hacen que uno esté casi sin parar de reír durante unas dos horas. Hoy he tenido la oportunidad de verla por enésima vez. Y al igual que los anteriores visionados, he vuelto a pasar un buen rato. Sin embargo algo ha ensombrecido la alegría. Y ha sido el darme cuenta de lo terriblemente reales que son los personajes. Personajes que, por unos motivos u otros, no son precisamente unos triunfadores. Un contable al que el jefe le tiene crucificado y explotado de mala manera, pero que tiene una dedicación plena a su trabajo. Un policía nacional que es el hazmerreír de todos, compañeros, familia... Un ex presidiario decidido a ser psicólogo y al que se le viene todo encima en el primer examen. ¿Por qué nos hace tanta gracia ver el sufrimiento ajeno? Son películas llamadas comedias, pero que tienen un trasfondo dramático al estar sus protagonistas en situaciones claramente adversas.

O como aquella otra película que hace unos años dio la vuelta al mundo con la vitola de "la comedia del año" llamada Full Monty. En ella, la sombra del desempleo flota constantemente, y su protagonista principal, Robert Carlyle, decide montar el famoso grupo de striptease para recuperar a su hijo. Las dos son consideradas como unas buenas comedias, y en ambas uno puede reírse a carcajadas mientras las ve. Pero indudablemente el trasfondo suele ser dramático. ¿Qué es lo que nos hace tanta gracia? ¿Será comprobar que hay alguien más patético que nosotros mismos y comprobar también lo mal que lo pasa?

5.7.06

Y pare Madrid (II)

Hace un tiempo puse la letra de esta canción del grupo extremeño Sínkope que, a mi juicio, describe perfectamente cómo es un día en esta ciudad, mi ciudad, los sentimientos que genera, esa relación de amor-odio de todos los que vivimos aquí. Ahora, pongo el video:

4.7.06

La rotonda de la Guardia Civil

El pasado martes 27 de junio, me dirigía yo por motivos laborales a la madrileña localidad de San Agustín de Guadalix. Aunque aún no había entrado en vigor el carnet por puntos, fui escrupulosamente obediente con las normas y señales de tráfico, no sé si para ir habituándome al cambio o porque no andaba con prisa. Hasta que llegué al kilómetro 36 de la autovía A-1, también conocida como carretera de Burgos, donde tomé la salida correspondiente a dicha localidad. En la glorieta inmediatamente posterior había una patrulla de la guardia civil, no sé si esperándome o no, aunque el caso es que me hicieron parar. Se acercó un agente de la Benemérita a mi vehículo y me pidió el carnet, que se lo di a pesar de que la foto que en él aparece no me hace justicia. Acto seguido, me pidió la documentación del vehículo, cosa que también le di presuroso. Y aquí empezó el calvario. Me dijo que no tenía el justificante del seguro del vehículo, algo que me tiene que facilitar la empresa con la que tengo el renting, en este caso, Europcar, y que por tanto tenía que multarme. 60 € del ala, ampliables a 1.500 si en un plazo de cinco días no presentaba en Tráfico el justificante de estar correctamente asegurado. Tras manchar los calzoncillos, pues fue esa mi primera reacción, hablé con Europcar y me dijeron que la multa la pagaban ellos (faltaría más) y que también se encargaban ellos de presentar los documentos correspondientes en el plazo indicado.

Hoy, un compañero del trabajo tenía que hacer el mismo trayecto que yo hice ese día. Y sorprendentemente, allí estaba nuevamente la Guardia Civil. El mismo agente, y la misma multa. El mismo motivo, lo cual no termina de cuadrarme, puesto que tras mi experiencia anterior, todos nos pusimos las pilas con el tema del seguro y llevamos una copia. El argumento que esgrimen ahora es que mi compañero no tenía el justificante del banco. ¡¡Pero si no lo paga él!! Sea como fuere, ir a San Agustín de Guadalix se está convirtiendo en algo parecido a pasar por el Bronx, donde uno sabe a ciencia cierta que algo le va a pasar, que van a estar los matones del barrio esperando para cobrar el tributo que le permita entrar en él.

Últimamente hay algo que me da más miedo que la curva de la autoestopista. Y es la rotonda de la Guardia Civil.

1.7.06

Mensajes subliminales

Hay algunos temas de grupos angloparlantes que más o menos claramente dicen alguna frase en castellano. Para muestra, un botón:


27.6.06

Tócala otra vez, Sam


La misma canción de siempre. La misma decepción. Durante toda la semana habíamos estado pensando que esta vez sí era la buena, igual que en Corea y Japón, igual que en Francia, igual que en Estados Unidos.... Estamos acostumbrados a exigir lo máximo a la selección, sin tener en cuenta que nunca hemos ganado nada. Nunca. Nos hemos permitido el lujo de menospreciar a Francia, un equipo que tiene en sus filas grandes futbolistas, con una gran experiencia, pensando que la juventud del equipo español y las ganas iban a ser suficientes armas para derrotarlos. Craso error. Aunque he de reconocer que esta vez sí había generado ilusión. Incluso yo me había ilusionado, reacio como soy habitualmente a animar a la selección española. Hoy me fui con mi amigo Javi a la plaza de Colón, donde durante los partidos del Mundial se reunían varios centenares de aficionados para seguirlos. Como no tenía (ni tengo) camiseta del equipo español, para allá me he ido con la del Atleti, con el nombre de uno de los últimos dioses que han jugado en el equipo del Manzanares y mi ídolo absoluto: Futre.

Hemos llegado a Colón a eso de las ocho menos veinte, es decir, una hora y veinte minutos antes del comienzo del encuentro, y la plaza, como diría el Dúo Sacapuntas, estaba abarrotada. Hemos intentado acceder hasta el centro de la misma, pero nos ha resultado materialmente imposible, así que nos hemos tenido que conformar con ver el partido desde un lateral, con una farola en medio que a veces nos impedía seguir con claridad el desarrollo del choque. Hay que decir que tanto Javi como yo nos sentíamos un poco los Cañizares de Colón, puesto que lo que abundaba allí eran fundamentalmente chavales de unos 17 años, frente a nuestra edad, un poco más adulta. El calor era insoportable, a esas horas el sol todavía pegaba con fuerza, y la muchedumbre no ayudaba a que corriera el viento. Había pasado solamente media hora y mi camiseta de Futre estaba ya empapada en sudor. Hemos pasado el tiempo como hemos podido hasta el comienzo, con cánticos de "A por ellos" (que Javi y yo conseguimos que a nuestro alrededor se cantase "a por ellas"), "este partido lo vamos a ganar" y similares. Hasta que comenzó el partido. Lo cierto es que no era el mejor sitio para poder ver un encuentro de fútbol, entre empujones, gritos, brazos que se levantan y no dejan ver, no es fácil seguir el desarrollo del juego. No obstante, tardamos poco en darnos cuenta de que no iba a ser un partido sencillo. Francia estaba muy bien plantada en el campo, y el equipo español no era capaz de abrir su defensa. Solamente un penalty cometido sobre Pablo y ejecutado por "el guaje" Villa pudo adelantarnos. Pero España no creaba peligro. Francia tampoco. Pero el equipo galo es perro viejo, y conocedor de partidos de esta índole, y sabía perfectamente que tarde o temprano lograrían romper el fuera de juego en el que estaba cayendo constantemente Henry. Así fue, y poco antes del descanso, Ribery puso el empate. La cosa se ponía difícil. En el intermedio, se oyeron todo tipo de consignas en la plaza, si bien el ambiente era más frío, quizás contagiado por lo que estaba sucediendo en Alemania. La segunda parte fue más de lo mismo, España intentando crear juego, pero sin lograrlo. Hasta que en el saque de una falta (una falta inexistente, por cierto, de Puyol a Henry), Patrick Vieira conseguía adelantar al equipo francés. Y para casa. Ni aunque hubiéramos estado jugando tres días habríamos conseguido marcarle un gol a Barthez. El resto del partido sólo sirvió para que Zidane mandara callar con su gol a todos los que decían que estaba acabado. Yo incluído (y lo sigo pensando, que conste).

Una decepción más para este país acostumbrado a ver cómo mundial tras mundial, eurocopa tras eurocopa, hace un papel discreto, de segundón. Aún así, mundial tras mundial, eurocopa tras eurocopa, nos ilusionamos y pensamos que esta vez es la buena. Quizás cuando realmente pensemos que somos un equipo segundón y sin aspiraciones sea cuando nos llevemos la sorpresa. Hasta entonces, seguiremos llevándonos chascos como el de hoy.

26.6.06

Tanta gloria lleves como paz dejas

Esta semana empieza una nueva etapa en mi trabajo. Se ha ido el jefe de mi jefe. Una persona que es capaz de pegarse con el cliente y conseguir cosas inimaginables. Pero también una persona que es incapaz de dar los buenos días a pesar de encontrarse a un metro de distancia de otra. La semana pasada fue particularmente tensa por su culpa, y por el odio que le tiene al que es mi jefe, simple y llanamente porque éste no ha querido pasar por el aro y reírle las gracias. Se ha dedicado a lanzar rumores sobre nosotros, los técnicos, que supuestamente nos hemos quejado sobre el que es nuestro superior, algo a todas luces impensable e imposible. También se han oído supuestas quejas del cliente (Dia), algo que mi propio jefe se ha encargado personalmente de comprobar. Algo que, por supuesto, era mentira.

En mi grupo existe una gran relación entre los técnicos y el jefe. No sería la primera vez que si tenemos algo que decir, lo hagamos a la cara, y no recurriendo a terceras personas. Ya somos mayorcitos para andar chivándonos de según qué cosas. Cuando alguno tiene un problema, los demás le echan un cable en la medida de sus posibilidades, supliéndole, haciendo por él una guardia un sábado, y cosas similares. Somos, lo que se dice comúnmente, una piña. Por eso me parece raro que alguien pretenda desestabilizarnos desde dentro, que quiera crear una desconfianza y un mal rollo entre nosotros que nunca hemos tenido. Nunca. Los malos rollos los reservábamos para el jefe de mi jefe. Para ese que nos ridiculizó una vez registrándonos los coches de empresa para ver lo que encontraba, y exhibiéndose ante los demás jefes de grupo como si de un pavo real se tratase de cómo nos había toreado. Ese que despidió a un compañero de un día para otro, sin comunicárselo a nadie (ni siquiera a nuestro jefe, que para algo se supone que es nuestro superior directo). Ese que hace que te sientas examinado cada vez que hablas con él, lo que supone que uno deba pensar muy bien qué palabras utiliza para no ser crucificado. Ese que te habla por encima del hombro y sólo cuando necesita algo de ti. El resto del tiempo, no existimos. Y muchas cosas más que no me apetece recordar.

De todo corazón le deseo que le vaya bien. Mejor que bien, incluso. Que le vaya inmejorablemente bien. Que le vaya tan bien que no vuelva.

24.6.06

Aguante Argentina

Durante estos días es complicado mantenerse al margen de la Copa del Mundo de fútbol que se está disputando en Alemania, especialmente si, como en mi caso, uno no pretende dejar de verlo. En los diversos partidos se puede ver de todo, tanto futbolísticamente hablando, como si nos fijamos en los espectadores que acuden al campo, con las más pintorescas vestimentas, colores y demás. Pero si hay una afición que siempre me ha generado cierta envidia es la argentina, sin duda. Ellos sienten como pocos la selección, que en ese país sí que es "el equipo de todos". Allí no importa si un futbolista es de River, de Boca, de San Lorenzo o de Independiente, lo primordial es que es de Argentina. Algo impensable en España, donde los madridistas atacan a Fernando Torres, los atléticos a Raúl, etc.

Si unimos esa pasión con la facilidad con que los argentinos hacen anuncios para televisión, tendremos cosas como las que pongo a continuación:




Después de ver el primero, lo que no me queda del todo claro es qué hace el bigote de Carod-Rovira animando a Argentina.

17.6.06

Despertares

Si hace unos días contaba un brusco despertar por obra y gracia de la taladradora de turno, hoy, sábado, tampoco ha estado mal. Eran las diez de la mañana, y se ha oído claramente una especie de explosión, más fuerte que un simple petardo y no tanto como una bomba o similar. Mi primer pensamiento ha sido el de blasfemar contra aquel o aquellos que se dedican a tirar artefactos pirotécnicos a tan temprana hora un sábado y que me ha impedido continuar con mi (¿merecido?) descanso, dado que tras el susto recibido no iba a ser tarea fácil volver a conciliar el sueño nuevamente. Así que no me ha quedado otro remedio que levantarme.

Deambulaba por la casa cuando unos pocos minutos después se ha podido escuchar la sirena de los bomberos, que cesó en las inmediaciones de mi hogar, dulce hogar. Ahí ha sido cuando mis dotes detectivescas han deducido hábilmente que algo había pasado, y que la visita de los bomberos estaba directamente relacionada con la explosión que me había hecho caerme de la cama sobresaltado momentos antes. Así que, muy decidido yo, he empezado a subir las persianas de mi habitación para comprobar lo sucedido, siempre en la medida de lo posible. Medida, por cierto, insuficiente, dado que el bloque de enfrente me impedía ver cuál era el foco de la columna de humo negro que llenaba la calle. Algunos vecinos se arremolinaban sobre la puerta del jardín, comentando la jugada, unos más nerviosos que otros, mientras se escuchaba perfectamente a los bomberos realizando su labor de extinguir el fuego. No obstante, mi naturaleza cotilla, en contra de lo que pudiera parecer, no me ha hecho bajar para integrarme en el grupo de vecinos que contemplaban la escena y enterarme así de lo sucedido.

Total, para ver un Peugeot 205 quemado en la calle no hace falta coordinarse con los bomberos, dado que han dejado el vehículo donde estaba, quizás para que los vecinos menos curiosos tengan tiempo de ver lo que ha pasado en su barrio mientras ellos estaban tranquilamente en sus respectivas casas.

5.6.06

Día de descanso


Día de descanso. 24 horas sin nada que hacer. Así definía La Pareja basura un domingo cualquiera en uno de sus desternillantes capítulos. Y así definiría yo el día de hoy, lunes, en el que por suerte o por desgracia, no me toca ir a trabajar. Ayer, aprovechando la coyuntura, salí a dar una vuelta por la noche, aunque tampoco llegara muy tarde. Total, hoy no tenía que madrugar... o eso pensaba yo.

A las ocho y media de la mañana, siete y media en Canarias, los señores de la foto se han puesto a taladrar y martillear el suelo con ese afán destructivo que les caracteriza, llenando todo el barrio con su implacable ritmo. La cosa no pasaría de ser una obra más en esta capital que tenemos en la actualidad, si no fuera porque esa misma acera la levantaron hace unos meses, y la cerraron. Parecía que había terminado nuestra pesadilla, pero hemos comprobado que eso está muy lejos de suceder. Lo gracioso de todo esto es que a las diez pararán para irse a desayunar, una vez que hayan despertado a todos los ociosos que en el barrio pueda haber hoy.

La semana pasada, en la que se repitió la historia, una amiga me preguntó: "Ah, ¿pero también tienes tú una taladradora debajo de tu casa?". La respuesta, al más puro estilo gallego, salió sola: "¿Conoces algún madrileño que no la tenga?".

1.6.06

Un hoax

Hace unos meses escribí acerca de los hoax que todos recibimos en el correo y que nos advierten de un montón de posibles catástrofes y cuya solución pasa por reenviar ese mensaje. Hoy he recibido el que transcribo a continuación, que por su cutrez me ha hecho especial gracia, y debería ser reenviado simplemente para echarse unas risas. Me he permitido hacer algún comentario después de alguna frase, que es lo que he pensado cuando lo he leído:

HOLA POR FAVOR LEE ESTO!! HEY NOSOTROS SOMOS ANDY Y JOHN - molaría más que fuesen Andy y Lucas - LOS DIRECTORES DE MSN PERDON POR LA INTERRUPCION - nada, hombre, si sólo estaba mirando el correo - PERO MESSENGER SE CERRARA ESTO ES PORQUE MUCHAS PERSONAS DESCONSIDERADAS TIENEN VARIAS CUENTAS DIFERENTES - si es que de desalmados anda el mundo lleno - NOSOTROS SOLO TENEMOS 578 NOMBRES LIBRES.SI QUIERES QUE CERREMOS TU CUENTA NO MANDES ESTE
MENSAJE, PERO SI QUIERES CONSERVARLA ENTONCES MANDA ESTE MENSAJE A TODOS TUS CONTACTOS.ESTO NO ES UNA BROMA - ¿no? Pues yo me estoy partiendo de risa - MANDAALO, GRACIAS. EL USO DE MSN Y HOTMAIL TENDRA UN COSTO EN EL VERANO DEL 2006 SI MANDAS ESTE MENSAJE A 18 PERSONAS DIFERENTES DE TU LISTA TU ICONO SE VOLVERA AZUL - ¿y si se lo mando 18 veces a la misma persona, se me volverá amarillo? - LO QUE SIGNIFICA QUE SERA GRATIS PARA TI. SI NO ME CREES VE A (WWW.MSN.COM) Y VELO POR TI MISMO NO REENVIES ESTE MENSAJE COPIALO Y PEGALO EN UNO NUEVO, PARA QUE LAS PERSONAS PUEDAN LEERLO - ¿Y si quiero que lo lean los perros, cómo lo hago?


Por cierto, si a alguno le da por visitar la página de msn, como amablemente nos dicen sus directores y encuentra el aviso ese, que lo diga, porque yo soy incapaz.

30.5.06

S'a muerto el Fary

C: S'a muerto el Fary.
F: ¡¡¿¿QUÉEEEEE??!! ¡¡¿¿Ese insigne y polifacético cantante de tonadillas español??!!
C: No, hombre no. El científico.
F: Ah, bueno, que le den por culo. Me habías asustado.



Este extracto de un sketch de los hilarantes Faemino y Cansado resume a la perfección el sentimiento de este país, en el que un empeoramiento de salud de la tonadillera Rocío Jurado tiene prácticamente el mismo tratamiento que el de un Jefe de Estado. Todos los noticiarios abren con el estado de salud de la Jurado, cómo está su familia, las reacciones de los conocidos.... y eso que no ha muerto.

Hace unos meses, cuando falleció la también cantante Rocío Dúrcal, las televisiones nos deleitaban prácticamente las 24 horas con las noticias referentes a ello. Opiniones de los asistentes al entierro, de la familia, continuas muestras de apoyo de los curiosos que por allí pasaban. Se transformó algo realmente serio y doloroso para algunas personas en un circo, en un intento sensacionalista de sacar imágenes de la familia destrozada, de ver el dolor de la gente que realmente conocía y quería a la fallecida.

Y eso es lo que me resulta más curioso de todo esto. La hipocresía de la gente adquiere su punto álgido cuando la muerte anda cerca. Todos aquellos que criticaban a la Jurado por múltiples motivos, con más o menos fundamento, se tornarán a la hora de su muerte en devotos de la tonadillera, llorarán su ausencia, dirán que era una gran persona... Cuando en vida no la aguantaban.

28.5.06

¿Amo a Laura?

Creo que a estas alturas de la película son muy pocos, o puede que ninguno, los que no se hayan deleitado con la bonita canción de amor y respeto a Laura. Aquí viene el contrapunto. Laura la viciosa:

27.5.06

El tapicero, señora

¿Quién no ha escuchado alguna vez la cantinela del tapicero? Esa que nos atormenta los sábados por la mañana (no sé si el resto de la semana también, no estoy en casa para averiguarlo) y que nos ofrecen tapizarnos "sillones, tresillos, mecedoras, descalzadoras y toda clase de muebles que tenga en mal estado. No deje pasar esta oportunidad: el tapicero en su propio domicilio".

Hace unos años teníamos unos sillones orejeros en el salón que pedían a gritos ser tapizados, por lo que cuando escuchamos el sugerente anuncio en la calle, no lo dudamos un instante. Mi padre bajó raudo y veloz a buscar la furgoneta que emitía el mensaje para invitarles a que vinieran a nuestro propio domicilio. Cuando volvió, pocos minutos después, empezó a abrir todas las ventanas de la casa ante la atónita mirada de dos de sus hijos, en este caso Su y un servidor. Después nos invitó a poner en funcionamiento todos los ambientadores de la casa, algo que nos llevó poco tiempo, por otro lado, dado que no disponíamos de ninguno. El caso es que cuando vino el "tapicero, señora" a nuestro propio domicilio, comprendimos al instante la preocupación de mi padre. Digamos que antes de ver al "tapicero, señora", lo olimos.

Hasta que entró en nuestro propio domicilio. Lo primero que hizo fue presentarse. Su nombre resultó ser Aníbal. "Como el de los cuarenta ladrones", nos dijo. Mal presagio si está intentando vender algo. Mi padre, con su habitual tono socarrón, le dijo que esperaba que no trabajara con cuarenta compañeros, a lo que el "tapicero, señora" respondió que no, "nosotros sólo semos siete". La cosa no pasó a mayores, ante los intentos de aguantar la risa de mi hermana. Y los míos, para qué negarlo. Se llevó los dos sillones y los traería una semana después. Tiempo más que suficiente para saquear las tiendas de la zona de toda clase de ambientadores para la casa que pudimos encontrar, pues Aníbal nos la había ambientado... a su manera.

Hoy, nuevamente, he vuelto a escuchar la cantinela del "tapicero, señora". Y, desde entonces, cada vez que la oigo, me acuerdo de Aníbal. Y de los cuarenta ladrones.

12.5.06

Alf Poier

Este tipo fue el representante de Austria en la edición de 2003 del Festival de Eurovisión, celebrada en Riga, donde terminó en sexta posición. A mi juicio, debió quedar mucho más arriba:



La traducción de la letra de la canción, y no es broma, es la siguiente:

PORQUE EL HOMBRE CUENTA
(El hombre es la medida de todo)



Me gustan mucho los animales de esta Tierra,
pero los que prefiero son las liebres y los osos.
Los pájaros y los escarabajos se mueren pronto.
Adán está en su cama y se reproduce con Eva.

Los conejos viven en el bosque,
los gatos en la pradera
Y las cucarachas viven bajo las tejas.

Los conejitos tienen narices pequeñas
y las gatitas garras suaves,
y a la señora Holle le gusta la lana del dromedario africano.

La diferencia entre animales, entre monos y entre primates
no es más grande que entre los fideos y la pasta
Pero quien quiera saber más sobre los animales
debe estudiar biología o informarse en mi página web.
Algunos animales tiene alas y otros tienen aletas,
unos viven al aire libre y otros en latas.

Los conejitos tienen narices pequeñas
y las gatitas garras suaves,
y a la señora Holle le gusta la lana del dromedario africano.

10.5.06

Inseguridad vial


Fernando Alonso ha estado hoy en la X edición del Programa Renault de Educación Vial. Allí, además de repartir los premios correspondientes a los colegios ganadores, ha estado dando consejos acerca de cómo llevar una conducción más responsable y segura.

¿Y no podía Renault haber escogido a otra persona para dar esos consejos? Porque lo han hecho con un tipo que se gana la vida yendo con su coche a 300 kilómetros por hora, que efectúa adelantamientos por la derecha, que no guarda la distancia de seguridad, que protagoniza piques con otros conductores, que le cierra el camino al que viene detrás y pretende adelantarle, que echa gasolina y se va sin pagar... El día que llegue finalmente el carnet por puntos, me sé de uno al que no le va a durar ni cinco minutos.

7.5.06

Dogma


Interesante película de Kevin Smith, en la que se hace un repaso al mundo de la religión católica y su Iglesia en la que ambas salen ciertamente malparadas, al ser cuestionados algunos dogmas de fe, algo que los católicos tienen como verdad indudable. La acción comienza en Wisconsin, donde dos ángeles caídos interpretados por Matt Damon y Ben Affleck, viven desterrados eternamente del Paraíso. Allí descubren una forma de volver al Cielo, algo que ambos desean fervientemente. Una iglesia en Nueva Jersey ofrece el perdón de todos los pecados única y exclusivamente al entrar por el arco de su puerta, por lo que sólo tienen que ir allí, perder sus alas convirtiéndose así en humanos, entrar en la iglesia y a continuación, morir. De esa manera, con el alma limpia, indudablemente volverían al Cielo. El único inconveniente es que al hacerlo, destruirán el Universo conocido. Así pues, Metatrón, un más que irreverente Alan Rickman decide pedir ayuda al último descendiente de Jesús, una trabajadora de una clínica donde se llevan a cabo abortos con una fuerte crisis de fe, para que evite la catástrofe.

Este es, a grosso modo, el argumento del film, que a pesar de su aparente irreverencia, esconde profundas reflexiones acerca de las distintas religiones y los fanatismos, que llevan a los hombres a realizar actos muy alejados de lo que en principio dictan esas religiones. Pero lamentablemente, la película siempre levantará ampollas entre los católicos, incapaces de ver más allá y de valorar lo que realmente es el mensaje que intenta transmitir el bueno de Kevin Smith, y sólo se fijarán en matices superficiales, como el hecho de que sea la cantante Alanis Morissette la encargada de encarnar al mismísimo Dios.