28.12.05

¿Hasta la próxima?

Ayer, caminando por la calle, pude ver a dos ancianos felicitándose la Navidad. Debían ser dos conocidos del barrio, acostumbrados a verse habitualmente en sus paseos, en su vida cotidiana. Y, dada su avanzada edad, no pude evitar que un pensamiento triste asomara a mi mente: ¿Sería esa la última vez que se podrían saludar?

De camino al coche seguí divagando sobre el tema, hasta que me puse yo en la piel de los ancianos. Es decir, empecé a pensar en que fuera yo el que no pudiera saludar a nadie al día siguiente por no estar aquí. Aunque remota, es una posibilidad. Y lo que más me dolía de ese pensamiento, era que los que se quedaran o quedasen aquí no supieran hasta qué punto eran importantes en mi vida porque mi orgullo no me dejaba decirlo. Por eso, en muchos aspectos, hay que aprovechar el momento como si fuera el último, porque llegará un momento en que, efectivamente, será el último. Lo malo es que no sabemos cuándo sucederá.

13.12.05

Sexo (puro y) duro

Durante la semana, mientras desempeño mis funciones laborales, he de desplazarme en coche de un lado para otro de la ciudad, como muchos sabréis ya. En esos trayectos, para amenizar los más que comunes atascos que tengo que sufrir, escucho en la radio una emisora de rock que se llama Rockservatorio FM. Hoy, entre bocados que le estaban dando al queso, lomo, chorizo y demás manjares, han puesto una canción de un antiguo grupo alicantino llamado Badana que trataba sobre las mujeres, a las que no dejaban en muy buen lugar.

Y ahí ha estallado la movida. La eterna y absurda lucha sobre qué sexo es mejor. Que si unos piensan con el miembro viril, que si las otras son unas arpías y demás tonterías similares han llenado los siguientes minutos de emisión. Y eso es algo que nunca entenderé. Porque supongo yo que los que esgrimen esos argumentos, tendrán pareja, o tendrán padre y/o madre. ¿Entrarán todos ellos en esa afirmación? ¿No se puede estar contento y orgulloso del sexo de cada uno sin tener que caer en menospreciar el otro?

Por la parte que me toca, me parece muy injusto decir aquello de "todos sois iguales", porque ello supone compararme e igualarme con personas que me parecen totalmente deleznables. Aunque, por otro lado, si todos somos iguales, como muchas mujeres se cansan de repetir, ¿por qué esas mujeres no pueden estar sin un hombre al lado?

11.12.05

El Mundial de España

Ya estamos otra vez igual. Si cada año la Navidad nos visita de manera implacable, no menos común es la visita de la euforia desmedida, aunque esta vez es cada cuatro años. Cada vez que hay un Mundial de fútbol y juega España, algo que desde 1978 ha ocurrido siempre. Y es que no importa el grupo que nos toque o las dificultades que se hayan pasado para clasificarse: nos vemos campeones antes de jugar.

Este año lo tenemos fácil: Arabia Saudí, Ukrania y Túnez son los escollos que deberá superar en primer lugar "el equipo de todos" en su camino hacia la gloria, o lo que es más probable, hacia cuartos de final. Allí vendrá cualquier selección y nos echará a la calle, y entonces volveremos a leer y ver en todos los medios el nombre de un árbitro que será tildado de verdugo del equipo nacional y será nombrado enemigo del pueblo. Se dice que la Historia está para aprender, pero parece ser que en fútbol la historia está para repetirla hasta la saciedad. De otro modo no puedo entender cómo, durante el sorteo de los grupos, en una emisora de radio en la que suele participar un antiguo jugador del Betis, sale éste diciendo que ojalá que nos toque Holanda, que nos viene muy bien su juego. ¡¡Holanda!!

Parece que la gente tiene muy poca memoria, y no recuerda que en un grupo integrado por Serbia y Montenegro, Bosnia, Bélgica, San Marino y Lituania hemos tenido que recurrir a la repesca para poder estar en el torneo. Y no contentos con eso se permiten el lujo de desear que nos toque Holanda, una selección que, a pesar de no haber estado en el Mundial anterior, tiene mucho más fútbol que nuestro equipo y que nos puede hacer un roto muy grande. No sé qué se mete este señor, pero quiero un poco, porque se debe ver la vida mucho mejor de como es en realidad.

28.11.05

Un año más

Ya está de nuevo aquí. La Navidad. Las calles vuelven a estar ¿adornadas? con las típicas luces. Las casas empiezan a estar engalanadas con luces, árboles y belenes. La gente vuelve a arremolinarse ante centros comerciales para regocijo del consumismo. Todos fingen llevarse bien y echar "pelillos a la mar" con aquellas personas a las que no aguantan durante el resto del año. Todo es tan bonito que se me saltan las lágrimas sólo de pensarlo. Todo lleno de buenas intenciones, de buenos sentimientos, de buen rollo. La hipocresía humana llega a tal extremo de que en esta época son perdonados todos los deslices o pecados que se cometen. "Eres un capullo, pero como es Navidad, te perdono". Todo es así de sencillo, todo se resume en eso.

Pero la que debería ser la fiesta más familiar y la más entrañable, ha pasado a ser la fiesta más borreguil que existe. En Navidad hay que hartarse a comer, ya sea turrón, mazapán o polvorones, hasta llegar a engordar unos pocos kilos. Hay que brindar con cava (o champagne francés para aquellos patriotas que continúen adelante con ese inteligente boicot a todo lo catalán). Hay que dejarse el sueldo en regalitos para los más allegados, simplemente porque El Corte Inglés así lo dispone. Hay que comer doce uvas al son de las campanadas de un reloj. Hay que salir en Nochevieja, de chaqueta y corbata, por supuesto, y pillarse un pedo enorme para llegar a casa a las once de la mañana. Y, en definitiva, todos tenemos que ser más felices y mejores personas porque es la época de los buenos sentimientos.

Por todo ello, se han convertido en las fiestas del consumismo, del desparrame y de los excesos en general, donde la gente se ha olvidado de lo que realmente se celebra, y bien poco que importa. Lo esencial es reunirse con la familia (en eso es lo único en lo que estoy de acuerdo), ponerse ciegos de todo y arruinarse comprando regalitos. Por eso yo este año no quiero ser cómplice de los centros comerciales y he decidido no hacer un solo regalo a nadie. Por el mismo motivo (y esto va dirigido fundamentalmente a mi familia) espero no recibir nada de nadie. Lo realmente bonito de un regalo es la espontaneidad de quien da y la sorpresa del que recibe, y eso es algo que se pierde con estas fiestas tan bien estructuradas. ¿Por qué no puede hacerse un regalo el 15 de agosto, por ejemplo? No espero que lo compartáis, pero sí que lo respetéis.

18.11.05

Miedo y pena

Raro es el día en el que no me llega a mi correo un e-mail de algún conocido, amigo, familiar o lo que sea, advirtiéndome sobre un devastador virus que corre el riesgo de presentarse en mi cuenta y que se cepillaría el disco duro y los alrededores de éste. O aquellos patéticos mails de hace algún tiempo en los que se nos hablaba de un niño moribundo, con una enfermedad sólo operable en Houston y que se necesitaba una enorme cantidad de dinero para llevarse a cabo, y que hotmail ofrecía un centavo por cada vez que se reenviase el mensaje. O esos otros en los que se nos avisaba de que hotmail iba a cerrar o que el messenger pasaría a ser de pago, y que sólo se salvarían de la quema los que reenviaran el mensaje. Motivos todos ellos que deberían impulsarnos a hacer caso y mandar ese mensaje. Motivos todos ellos falsos como las promesas electorales de un político.

La intención real de esos mensajes no es otro que comprobar las cuentas de correo que están activas para mandarles publicidad o similares. O para hacer lo que crean conveniente con esas cuentas, pero es una manera de conocer las que son periódicamente revisadas y utilizadas. Por ello, esos mensajes nos son enviados por parte de alguien conocido, porque de lo contrario éste llegaría posiblemente a Correo no deseado y no le haríamos el mayor caso. ¿Quién va a desconfiar de un amigo?

Analizando un poco los casos. ¿Cuánto tiempo nos llevan diciendo que el messenger va a pasar a ser de pago? ¿O que sencillamente lo van a quitar? ¿A alguien le ha pasado algo? Hace unos días me llegó nuevamente un aviso sobre este tema, diciendo además que no era una invención, puesto que en la página de msn lo decían. Pues mi curiosidad, tan escasa en otras ocasiones, me llevó a mirar la mencionada página, donde no vi absolutamente nada acerca de esa noticia, tal y como me esperaba.

¿Alguien sabe algo del niño al que había que operar en Houston de esa enfermedad incurable? Todo son invenciones para impactarnos y así enviarlo al mayor número de personas posible, pero que no deja de ser una simple estrategia para comprobar las cuentas que están activas. Así que no os alarméis tanto con los mensajes que os lleguen, que no es tan fiero el león como lo pintan, y si un devastador virus está rondando los ordenadores de medio mundo, nos enteraremos por medio de las noticias, como ha ocurrido otras veces en que sí era cierto.

16.11.05

La Malandrina

Durante mi segundo año en el módulo que estudié (Desarrollo de aplicaciones informáticas), las altas instancias de la escuela decidieron que era el momento de poner internet en los ordenadores con los que trabajábamos. Entre otras muchas consecuencias, como la bajada masiva de canciones de diverso pelaje (aunque hay que reconocer que las que me bajaba yo eran dignas de ser mencionadas en el horno de Su), esto nos llevó a que, en nuestros ratos libres, nos pusiéramos a chatear, a veces dos o más compañeros en un solo ordenador con el sano fin de echarnos unas risas.

Y aún me acuerdo de un día en el que me metí en el chat de ozú. Allí había una chica cuyo nick era Laurita_UAB que no paraba de protestar diciendo que todo el mundo estaba ligando y nadie decía nada. El caso es que me hizo gracia la situación y me puse a hablar con ella. Pero desde el principio la conversación se salió del tono habitual ("¿Qué edad tienes?" "¿De dónde eres?") para pasar a un ambiente más surrealista, en el que los dos nos dedicábamos a decir las mayores tonterías que se nos ocurrían, campo en el cual tengo una extensa práctica, todo hay que decirlo. Las conversaciones con esta chica continuaron durante los días siguientes, los meses siguientes... Cada día que hablaba con ella descubría alguna faceta nueva de su personalidad.

Hoy, tres años después de aquel día, continúo hablando con ella, y aunque no se explica cómo (ni yo, para qué negarlo), se ha convertido en una de mis mejores amigas, si es que no es la mejor, que yo creo que sí. Me aguanta las tonterías y las burradas que le digo, y me muestra la luz cuando yo sólo veo oscuridad. Cuando estoy interesado en alguna chica, ella le hace una radiografía perfecta a través de una simple foto, y lo que más me jode, es que raramente suele equivocarse. Ha participado alguna vez en este blog con el nombre de laurita, con la rara habilidad de poner el dedo en la llaga con lo que dice (metafóricamente hablando, claro).

Desde hace algún tiempo, pasó a ser "La Malandrina" y, aunque la he visto en persona pocas veces (ella es de Manresa), nuestros encuentros siempre han sido, a partes iguales, intensos y castos. Por eso, y sólo por eso, La Malandrina es la mejor, la mire por donde la mire, y sólo se me ocurren palabras de agradecimiento cuando hablo de ella. Así que eso. Gracias.

10.11.05

No podía ser de otro modo

Hace poco os conté lo maravillosamente bien que trabajan en el taller de mi barrio, al cual tuve la osadía de llevar a mi pobre Jarno (Peugeot 206) para que pasara la revisión de los 60.000 kilómetros. Os relaté un tanto apresadumbrado los problemas que me estaba dando mientras yo intentaba llevar a cabo mi trabajo de la manera más amena (o incluso vodafone) posible. Problemas que fui dejando pasar. Hasta hoy. Hoy Jarno ha dicho que no seguía más, y en una de sus "caladas" no me ha dejado arrancar después. Esa, de por sí, es una situación un tanto desagradable e incómoda, pero lo es aún más si el lugar elegido por el coche para quedarse es la famosa y temida, a partes iguales, M-30. Inmediatamente se ha apoderado de mí un sentimiento de nerviosismo, de no saber qué hacer mientras seguía girando la llave de contacto con la esperanza de que reaccionara y pudiera salir de ese infierno rápidamente. Pero no. He tenido que sacar la mano por la ventanilla para decirle al de detrás que pasara, al tiempo que accionaba las luces de emergencia. Y me he quedado ahí, intentando en vano arrancar el vehículo y blasfemando un poco (pero poco, ¿eh?).

De pronto, por el retrovisor veo que un coche se para detrás mío. Pero, al igual que la vaca lechera no es una vaca cualquiera, este coche tampoco lo era. La policía municipal. Vinieron dos amables agentes (y no es sarcasmo, mal pensados) a intentar ayudarme, pues ese es el propósito principal de la policía, ¿no?. Aunque sólo tengo constancia de haber hablado con uno de los dos, que se ha puesto a hacerme preguntas sobre el coche, hasta que me ha dado instrucciones precisas: Haz esto, haz lo otro, intenta arrancar el coche ahora. Como por arte de magia, y quedando yo como un auténtico pardillo, el motor rugió como acostumbra, y al grito del agente de "Venga, vámonos", he arrancado y me he ido, aunque la luz de autodiagnosis del motor seguía encendida. Así pues, una vez llegado a mi destino, he llamado a la grúa y a Europcar para que me dieran un vehículo de sustitución.

Uno de los aspectos positivos de mi trabajo es que, cuando tengo el mío en el taller, me dan otro, por lo cual se tiene la posibilidad de probar varias marcas y modelos. Así que tras haber conducido un Seat Ibiza, un Fiat Punto, un Renault Modus, Citroen C3, Citroen Saxo o Peugeot 307, ahora le toca el turno al Renault Megane, un coche que me parece realmente horroroso, pero que, por lo que he probado hasta ahora, anda bastante bien.

8.11.05

Trece años

No, esa no es la edad mental de quien está escribiendo esto, aunque alguno lo esté pensando. Es el tiempo que ha pasado desde que acudí a mi primer concierto, a la tierna edad de catorce años. El 8 de noviembre de 1992 actuaba en Madrid la que por entonces era la banda favorita del común ídolo de todos ustedes (yo): Extreme. Posiblemente muchos asocien este nombre únicamente a la canción "More than words" ignorando la enorme calidad rockera de los discos de esta banda de Boston y que se encargaron de demostrar en el (demolido ya) pabellón de deportes del Real Madrid. Venían para presentar su tercer disco, titulado "Three sides to every story".





Y para allá fuimos mis hermanos (Su y Ernesto) y un servidor. Para presumir, diré que fui yo quien les descubrió esta banda a estos dos insignes bloggeros. El concierto en sí fue muy bueno, aunque no pretendo hacer una crónica del mismo a partir de mis vagos recuerdos. Lo que sí recuerdo con meridiana claridad fue el mareo que me dio dentro del recinto. Al ser noviembre, y conociendo el clima que hace en Madrid por esa época, fui para allá con mi plumas, sin saber el calor que se pasaba dentro de un concierto de rock. Mis hermanos sí que lo sabían (Ernesto había ido anteriormente a otros multitudinarios conciertos, como los de Obús y, sobre todo, Ñu) y sin embargo no tuvieron a bien avisarme previamente. ¿Por qué? ¿Acaso les caía y/o caigo mal? ¿Estaban celosos porque era y soy el pequeño y querían vengarse de alguna manera? Sea como fuere, el caso es que en mitad del concierto, empecé a marearme y tuve que ir al baño a refrescarme, donde por cierto pude ver a Javier Andreu, cantante de La Frontera. Y todo hay que decirlo, Ernesto estuvo en todo momento a mi lado, ejerciendo de hermano mayor, viendo lo que restaba de concierto desde las escaleras, quizás con remordimientos por no haberme avisado previamente. Pero, mareos aparte, el concierto fue del gusto de todos.

Años más tarde pude ver en persona a Nuno Bettencourt (guitarrista de la banda) y Pat Badger (bajista) cuando vinieron a firmar discos a la ya extinta Madrid Rock tras sacar su cuarto y, a la postre, último trabajo "Waiting for the punchline". ¡Hasta me dieron la mano! Para mí fue un triunfo y estuve más insoportable de lo acostumbrado durante una temporada. Aún cuando escucho sus discos recuerdo aquellos años y vuelvo de alguna manera a mi adolescencia y a la edad del pavo, que aún no sé si me ha abandonado, como el desodorante.

7.11.05

¡Vaya día!

Hoy ha sido un día horrible, realmente para olvidar. Y no porque tuviera que volver al trabajo tras una semanita de vacaciones. Ni porque hubiera más avisos que nunca, lo cual ha hecho que no diéramos abasto. Ni por las complicaciones que iban surgiendo a medida que avanzaba el día, que no nos permitían realizar nuestro trabajo como quisiéramos. Ni por la horda de cucarachas que me estaban esperando en una tienda debajo de un escáner (mi primer pensamiento ha sido ponerme a gritar, pero en un alarde de hombría me he mantenido firme, aunque sin saber qué hacer con ellas). El día ha terminado aún peor cuando he llegado a casa y he visitado el blog de Ragazza. A estas alturas de la vida, me imagino que seréis pocos los que no sabréis o supondréis que entre esta chica y yo hay una relación que va más allá de una mera amistad. Hay amor. Y por eso, que se moleste conmigo me duele más que lo haga cualquier otra persona. Y el caso es que se ha molestado, debido al post que escribí titulado "Acoso... ¿y derribo?". En él, mi intención era compartir con mis (pocos) lectores una situación incómoda que estaba sufriendo, pero ella se lo ha tomado por donde no pensaba yo y se ha llevado una fuerte decepción, aunque aún no alcanzo a entender el motivo. Ha decidido que nuestra "relación" ha terminado debido a ello, lo cual me duele aún más, dado que no he llevado a cabo ningún acto que le pudiera hacer sentirse así de mal, y ha sacado conclusiones precipitadas sobre mi persona y mi conducta. De nada sirven los buenos momentos que hemos vivido, las risas que nos hemos echado, las palabras de calma cuando estaba alterada. De nada. Todo se ha ido al traste por un simple comentario que, para colmo, ni siquiera era del todo cierto y que sólo utilicé para darle un poco más de sentido al relato. Por eso no considero justa esa decisión que ha tomado, especialmente sin dejarme la oportunidad de poder explicarle algunas cosas que le puedan dejar claro cómo soy.

Siempre he pensado que todo el mundo tiene derecho a una defensa. Si la tienen asesinos, violadores y gente así, ¿no me merezco yo una? Al fin y al cabo, repito, yo no he hecho nada.

6.11.05

Otro sábado glorioso

Sábado, 5 de noviembre. Coincidiendo con el cumpleaños de Su, y dado que no pude acudir a Barcelona y hube de permanecer en Madrid, quedé con mi amigo Gonzalo para ir a comer a algún lado. Como siempre tardamos una vida entera en decidir dónde vamos, ayer propuse, casi sin pensar, acudir al VIPS, cosa que aceptó, no sé si porque le apetecía o por no tener que pensar una alternativa. Así que para allá nos fuimos. Al llegar nos maravillamos con la escasez de gente que allí había, y nos pusimos a mirar discos, películas, libros y esas cosas antes de entrar al comedor. Nos sorprendimos con algunos dvds y alguns discos compactos, hasta que decidimos que era la hora idónea para comer. Nos giramos hacia el restaurante y pegamos un grito de espanto. En tan corto espacio de tiempo, se había formado una cola para comer digna de un concierto de U2. Pasando de quedarnos ahí, pensamos. Así que probamos suerte en el Gino's, que está al lado (al que conozco la plaza de los Cubos, lo sabrá). Aún más gente. "Pero, ¿qué ha pasado? Si cuando hemos venido no había ni Dios". Nuevamente nos iba a tocar estrujarnos los sesos buscando un sitio. Entonces nos acordamos de que en la calle Princesa hay un Fosters Hollywood de esos, que por cierto, ninguno de los dos habíamos visitado un restaurante de esa cadena en nuestras vidas. Así que decidimos ir allí a probar.

Craso error. Nos debieron poner en la mesa de los tontos, en esa por la que pasan los camareros pero no te atiende ni uno. Total, terminamos de comer a eso de las cinco de la tarde, poco, mal y de mala leche. Sábado glorioso. Estas cosas siempre me pasan cuando quedo con Gonzalo. ¿Debo volver a quedar con él?

3.11.05

Acoso... ¿y derribo?

Hace unos meses conocí a una chica madrileña por internet, en uno de esos chats en los que me meto cuando estoy aburrido. Como no sé decir que no, no pude negarme a darle mi messenger cuando me lo pidió, así como tampoco pude días más tarde cuando me pidió el número de mi móvil. El caso es que, hablando por el messenger, vio una foto mía, y debió gustarle lo que vio. Mientras hablábamos de lo que ligábamos y tal, le dije que yo no me comía una rosca (lo cual es verídico, por otro lado), a lo que ella me respondió (textualmente): "Pues igual ya te la has comido". No supe qué decir, aunque logré salir del apuro cambiando radicalmente de tema. Me soltó un par de puyas más de ese estilo en sendas conversaciones, que conseguí esquivar como buenamente pude. La cosa pareció quedarse ahí, porque dejamos de hablar durante varios meses.

Pero el otro día, mientras estaba en el Vicente Calderón viendo el Atlético de Madrid - Villarreal, me llegó un mensaje al móvil, en el que me decía algo así como: "Hola, soy Nuria, ¿te acuerdas de mí? ¿Te apetece que quedemos un día de esta semana o el finde y así conocernos?". Como pude, y lo más educadamente posible, le dije que no podía, inventándome alguna excusa. Bueno, realmente no fue inventada, puesto que lo que le dije (que igual venían unos colegas a casa a jugar a la play), sucedió. Pero al día siguiente, lunes, estando yo de vacaciones, volvimos a coincidir en internet, después de varios meses sin saber nada el uno del otro. Estuvimos hablando de cosas diversas, de las idas y venidas de nuestras vidas, hasta que en un momento dado me preguntó: "¿Te apetece una relación seria?". He de reconocer que me dejó un poco descolocado, pero a mi consulta sobre si eso se trataba de una proposición, me respondió con un clarividente "puede". Le dije, evidentemente, que no, y además le hablé de una tal Patricia, a la que alguno que lea esto puede que conozca, y que no estoy interesado en nadie en estos momentos. Vale, ahí se quedó la cosa. ¿Ahí? No.

Ayer mismo, miércoles, dos días después de esto, me llegó otro mensaje suyo al móvil diciéndome que tenía que ir al centro a comprar un libro y que si me apetecía quedar para tomar un café. Decliné la invitación, y más cuando dos días antes me había hecho esa esclarecedora pregunta. La nueva cuestión es: ¿Se dará por vencida?

2.11.05

No hay tregua

Este título de una canción de los incombustibles Barricada es lo que me ha sucedido hoy con mi móvil. No me ha dado tregua. Andaba yo preocupado porque pensaba que estaba estropeado o algo, ya que últimamente sonaba menos de lo que es habitual en él. Pero no, hoy me ha demostrado que sigue muy vivo.
Y eso que hasta la una de la tarde ha estado muy tranquilito y me ha dado tiempo para ir a jugar un poco al tenis (estoy de vacaciones, qué pasa) con mi padre. Pero ha sido volver y.... Primero me ha llamado alguien desde Argentina, alguien con quien hacía tiempo que quería hablar, pero que siempre me sabe a poco, estemos el tiempo que estemos hablando. Parecía que se iba a quedar ahí la cosa. Pero no. Un minuto después y cuando había vuelto a mis quehaceres ociosos, ha vuelto a sonar, y nuevamente el número que me salía era extranjero. En esta ocasión, y para mi sorpresa, ya que he tardado en reconocer la identidad de quien llamaba, desde Inglaterra. Era mi amiga Laura, alias "La Malandrina" (o malandreta, que es catalana). Otra sorpresa agradable. Y tras otro rato de conversación, y cuando nuevamente me encontraba con mis quehaceres ociosos, ha vuelto a sonar la musiquita del móvil. "¿Pero qué pasa hoy?", he dicho en voz alta. Nuevamente, un número desconocido, aunque esta vez de aquí. Pues ha resultado ser el tipo aquel con el que tuve el accidente hace unos meses, que estaba teniendo problemas con el seguro porque tenían un concepto erróneo de cómo fue la colisión. Así que yo, a mi vez, he tenido que llamar a Europcar para explicarles el tema. ¿Y no podía haberme llamado cuando no estuviera de vacaciones? Desde luego, los hay que no tienen ninguna consideración, y todo por ahorrarse 1.800 euros.

Y para colmo, mientras escribía esto, ha vuelto a sonar, aunque esta vez ha sido un amigo para ir a jugar al tenis mañana nuevamente.

31.10.05

¿Quién puede matar a un niño?

Inquietante película de 1976 de Narciso Ibáñez Serrador. En ella se cuenta la historia de una pareja de ingleses que viajan a la Costa del Sol española para empaparse allí del buen tiempo característico de la zona. Una vez allí, deciden trasladarse a una pequeña isla (cuyo nombre ahora mismo no recuerdo), donde él había estado años atrás y que le había gustado especialmente. Pero pronto empezará a comprobar que las cosas no son como él las recordaba, pues algo misterioso flota en el ambiente. Dan vueltas por el pueblo, sin que puedan encontrar un solo adulto, únicamente se ven niños. Hasta que descubren que esos niños han matado violentamente a todos los adultos y es cuando realmente empieza la pesadilla.


El otro día estuve acordándome de esta película tras ver en las noticias las medidas de seguridad que se están tomando en algunos institutos españoles, en los que se han puesto guardias (o seguratas) para controlar que los chicos no vendan droga en el recinto escolar, lo cual no dejó de estremecerme. Aún recuerdo mis tiempos mozos en el colegio. Éramos un poco gamberros, claro, pero jamás le faltamos al respeto a ningún profesor, y si nos castigaban de alguna manera (algunos nos lo ganábamos a pulso, por cierto), siempre cumplíamos ese castigo sin rechistar, aunque lo consideráramos injusto. Cuando algún chico de cursos superiores te vacilaba, tenías que bajar la cabeza y aceptar el vacile, que tampoco solía ser demasiado humillante, por otro lado. Es decir, no había demasiada malicia. Pocos años después, cuando me tocó a mí ser el mayor y, por tanto, el abusón (o eso pensaba yo), ya vislumbré un cambio que no se me antojaba justo. Los niños pequeños (o menores que yo al menos) que serían objeto de mis vaciles, se habían vuelto unos contestatarios, y la situación de superioridad no era, ni de lejos, tal y como me la imaginaba yo. Es decir, cuando era pequeño era víctima de los vaciles de los mayores, y cuando por fin podía resarcirme de todo aquello, los niños pequeños eran casi más vacilones que los grandes. El caso es que yo nunca pude vacilar como hubiera deseado.

Pero ahora la situación se ha desmadrado. Ahora son los alumnos los que agreden en muchos casos a los profesores, y son éstos los que acuden a los centros atemorizados. Para colmo estuve hablando con dos amigos y hermanos entre sí que están trabajando de profesores que me estuvieron contando experiencias personales realmente preocupantes. Pero lo que más me indignó fue la insolencia de los padres, aún mayor que la de sus hijos. Y me pusieron un ejemplo esclarecedor: Un alumno que había tenido una pelea con otro y que le había propinado un cabezazo (un skin, según me dijeron) y que, al comunicárselo a los padres del agresor, éstos dijeron indignados que eso era mentira, que su hijo no hacía esas cosas, poniendo de embusteros a los educadores del centro. Ante eso, evidentemente, el niño se crece, y hace aún más lo que le sale de las narices. Y así estamos como estamos ahora, que es más seguro acudir a una cárcel que a un instituto.

30.10.05

¡¡ES PA ÑA!! ¡¡ES PA ÑA!!

En uno de sus geniales gags, Faemino y Cansado hablaban sobre los rayos X y su descubrimiento. En él decían que era una tontería estar investigando varios años para, finalmente, llamar a tu obra "X" en vez de con tu apellido o con algún rasgo más personal. Pero, por otro lado, también decían que estaba bien puesto el nombre así, porque si el descubridor de dichos rayos hubiera sido un español y lo hubiera llamado rayos López, ni Dios iría al hospital. Y esto me ha llevado a pensar: ¿Por qué siempre se menosprecia todo lo nacional, mientras se ensalza lo extranjero?

Y hay multitud de aspectos que lo corroboran. Un trabajador europeo tiene más prestigio que uno nacido en España. ¿Por qué? ¿Acaso lo que enseñan en las universidades españolas tiene menos valor que lo que enseñan en las alemanas u holandesas? Las películas extranjeras, generalmente estadounidenses, tienen mucho más éxito y mucha mejor acogida que las españolas, aunque sean tonterías del calibre de "Colega, ¿dónde está mi coche?", lo cual no deja de ser triste, sobre todo si tenemos en cuenta que el cine que se hace en este país es, en su amplia mayoría, altamente aprovechable (aunque bodrios también los hay, como en todos lados, oiga). Incluso en el deporte nacional, el fútbol, se valora más a los jugadores que vienen de más allá de nuestras fronteras, aunque luego no se dude en exigir los mayores éxitos en torneos internacionales, como mundiales y europeos.

¿Por qué tenemos esa percepción tan negativa de nosotros mismos? ¿Por qué de antemano pensábamos que no estábamos a la altura de Londres y/o París para albergar unos Juegos Olímpicos? ¿Somos realmente tan desastrosos los españoles como para temer organizar un evento así? ¿O es la imagen que tenemos los españoles, ser unos vagos, igual que los franceses ser unos bordes y los alemanes ser cuadriculados?

26.10.05

Dies Irae

El otro día quedé con mi amiga Pilar, a la que conozco de mi etapa del Häagen-Dazs. Entre otras muchas cosas (siempre hubo muy buena comunicación entre nosotros), estuvimos hablando de los blogs. Después, vía messenger, le di la dirección de este que están ustedes leyendo. Desde aquí acudió maravillada a 24 por segundo, dado que es una fanática del cine, y en general estuvo cotilleando un poco la comunidad bloggera. El caso es que le gustó tanto esto, que decidió abrirse uno ella. Y lo llamó Dies Irae.

Pilar es uno de los ejemplos más claros de un talento desaprovechado. Dibuja como pocas personas he conocido en mi vida (de hecho, no creo conocer a nadie con su facilidad para este arte). Durante una temporada, fue la responsable de los carteles que anunciaban las películas en los cines Palafox y Callao, entre otros muchos, cuando los carteles eran dibujos y no fotos, como ahora. En su nuevo blog, ha colgado un dibujo hecho por ella, una pequeña muestra de lo que es capaz de hacer. Actualmente, está en el paro.

Aún recuerdo las caricaturas que nos hizo un día aburrido de trabajo (como casi todos), especialmente el de una compañera.... bueno, ella sabe quién es.

En fin, Pilar, sólo quería darte la bienvenida a la comunidad bloggera, y espero que vaya todo muy bien y que encontréis trabajo pronto tanto Jose como tú.

24.10.05

Falta de inspiración

Llevo varios días sin animarme a escribir. No sé sobre qué hacerlo.

Podría hablar de Dios. De cómo los que dicen que no creen en él se basan en esa creencia (o no creencia en este caso) argumentando que si existe es un cabrón por permitir las catástrofes naturales que están asolando la zona de Centroamérica y parte de Norteamérica (y con Norteamérica no me refiero solamente a Estados Unidos, que al igual que Teruel, Canadá y México también existen). Pero sería un tema complicado y no sé si sabría expresarme de acuerdo a mis pensamientos.

Podría hablar de los dos últimos sábados tan horribles que he pasado, en los que mi día giró en torno al trabajo, que se complicaba por momentos aunque, finalmente, conseguíamos llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Pero la sensación de que Murphy andaba acechando a la vuelta de cada esquina no me la quitó nadie. Ni este sábado pasado, ni el anterior. Y me toca trabajar también el siguiente, me emociono sólo de pensarlo.

Podría hablar del bajón que me dio el domingo pasado tras el partido que jugué en el madrileño distrito de Ciudad Lineal. Me entró un sudor frío impresionante y me quedé sin fuerzas, llegando como pude a casa de mi primo para terminar vomitando allí. Y para colmo, perdimos el partido.

Podría hablar de lo chapuzas que son en el taller de mi barrio. Les llevé "mi" coche para pasar la revisión de los 60.000 kilómetros, revisión en la cual, según tengo entendido y que ellos me corroboraron, hay que cambiar los filtros. Aproveché también para decirles que el coche se me calaba. Y no es por torpeza del conductor, como alguno estará pensando, porque se me cala cuando está en punto muerto. Pues después de devolvérmelo un día más tarde, me lo han devuelto mal. Se me sigue calando (en punto muerto, repito, para los mal pensados). Pero lo peor fue que el sábado, mientras trabajaba, se me encendió una lucecita en el salpicadero. Miré en el libro del coche y leí que era el testigo de autodiagnosis del motor. Que posiblemente se encendiera por suciedad en los filtros. O sea, que encima de devolverme el coche tarde y mal, porque se sigue calando, me han puesto filtros sucios y/o usados. Para echarse a temblar.

Podría hablar de la impotencia. La que me produce el querer hablar con una persona, saber cómo está, bromear un poco con ella... Pero no poder hacerlo y depender únicamente de que se ponga en contacto con uno vía telefónica. Aunque ese contacto suele ser solamente de unos minutos y en tan corto espacio de tiempo es físicamente imposible contar todo lo que quiero contar y escuchar todo lo que quiero escuchar. Me sabe a poco. Aunque, de momento, es lo que hay.

Podría hablar de Rafa Nadal. Partiendo de la base de que me cae bastante mal, me parece que el partido de ayer en el Masters Series de Madrid, donde remontó un encuentro que tenía tremendamente cuesta arriba, es un premio a la constancia y a creer en uno mismo, y más de uno, entre los que indudablemente me he de incluir, debería aprender de él.

Podría hablar de muchas cosas. Pero no encuentro la inspiración necesaria para hacerlo.

18.10.05

Suerte

Todos conocemos, e incluso alguno seguro que ha usado, algún truco para llamar a la suerte y alejar el mal fario. Tocar una pata de conejo o madera, levantarse con el pie derecho o tocarle la chepa a un jorobado son sólo algunos modos de atraer lo bueno hacia nosotros. Pero, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar por qué hacemos esas cosas? ¿A quién se le ocurrió asociar estos sucesos a tener buena estrella? ¿Por qué ha quedado arraigado de esa manera, como si de una religión se tratara o tratase? Posiblemente, realizar alguno de esos actos alguna vez le coincidió a alguien con un hecho que podría denominarse como bueno (acierto en la lotería, en las quinielas o algo similar, por poner un ejemplo), pero me parece que achacar ese acierto a haber tocado una pata de conejo o una herradura de caballo suena, cuanto menos, a ridículo.

Supongamos que un delantero de fútbol sigue siempre un ritual que él supone que le trae buena suerte (y los hay). Supongamos ahora un portero de fútbol de otro equipo que sigue otro ritual totalmente distinto (o el mismo, que da igual) con el mismo fin. ¿Qué pasará cuando el atacante tenga que tirar un penalty sobre la portería del arquero, ambos supersticiosos? Sin duda ambos llevarán a cabo su propio ritual con el fin de conseguir sus planes, pero indudablemente uno de los dos fallará. Entonces, ¿sirve para algo llamar a la suerte? ¿O es que en ese caso estará del lado del que rece más fuerte o comience antes con el rito?

Me parece que voy a empezar a decir que morderse la uña del dedo gordo del pie izquierdo es sinónimo, aparte de una buena dosis de elasticidad, de buena suerte. A ver si dentro de unos años lo incluyen entre una de las formas de llamar a nuestra buena estrella.

13.10.05

Yo, mí, me, conmigo.

La comunicación es algo vital para el ser humano. Poder expresar lo que uno piensa o siente es lo más común y necesario que existe. Pero hay veces en las que parece que cada uno sólo está interesado en lo que le sucede a él, restándole importancia a lo que le puede estar contando su interlocutor. De hecho, lo más común en una conversación son las palabras que se emiten en primera persona: Yo, mí, me, conmigo.... Lo que más le gusta a la gente es hablar de uno mismo, de sus propias experiencias, de sus propias vivencias, sin importarle lo más mínimo si a la gente le puede resultar interesante o no.

¿Cuántas veces está contándole una persona a otra una pena o una desgracia y la otra responde: "Ah, pues a mí me pasó...."? ¿Qué se pretende con eso? Porque si una persona está contando sus penas no es para que otra le cuente lo que le pasó hace cinco años, sino para que se le escuche e intente aconsejar de alguna manera, pero sobre todo, para desahogarse, y ese desahogo será más completo si se le presta atención.

Así que a partir de ahora, niños y niñas, cada vez que os estén contando una cosa, intentad meteros en la conversación, interesándoos por lo que os están contando y no queráis haceros los interesantes explicando vuestra vida personal. Que siempre habrá momento para eso.

Y esta es la lección de hoy.

12.10.05

Falsa moral (OBK)

La más bella historia
que se pueda contar
lleva escrito el dolor
que produce un amor
que nadie entenderá.

Siempre todo a escondidas
siempre mirando atrás
sólo la oscuridad
puede ser nuestro hogar
donde crecerá este amor y...

No, no quiero más clases
de falsa moral
que nadie es culpable
por amar.
En mi pecho no late la razón,
sólo el más sincero
y puro amor.

No hay mar en el mundo
ni fuerza capaz
que pueda este fuego apagar.
Sólo el tiempo
puede ser nuestro juez.
Te quise, quiero y querré.

Qué difícil lo nuestro,
qué bonito a la vez.
Es tan duro tener
que buscar los porqués
a esta situación.

Nuestro amor es la isla
el tesoro eres tú...
Con mi vida daré
sólo el brazo a torcer
bien lo sabes, amor.

No quiero más clases de falsa moral....

11.10.05

Prejuicios

prejuicio.
1. m. Acción y efecto de prejuzgar.
2. m. Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.

Uno de los errores más comunes en que incurrimos los seres humanos es el de sacar conclusiones sobre algo o alguien antes de tiempo. Ello nos hace en muchas ocasiones perdernos alguna persona interesante, o algún lugar o hecho no menos interesante, simplemente por cerrarnos en banda y no admitir la posibilidad de que pudiera ser positivo. Lo peor de todo es que, como la propia definición dice (definición de la Real Academia de la Lengua, que no me la he inventado yo), es una opinión tenaz, por lo que un prejuicio suele ser difícil de cambiar.

Por otro lado, ¿qué es lo que nos hace tener prejuicios sobre algo o alguien? ¿Por qué una persona puede caernos mal cuando ni siquiera hemos hablado con ella, cuando ni siquiera sabemos cómo piensa ante determinadas cosas, cuáles son sus costumbres y, en definitiva, sin conocerla? ¿Tiene solución un prejuicio? ¿Hay algún modo de eliminarlo?

Eliminar un prejuicio pasa inevitablemente por abrir la mente de manera sincera con la intención de conocer realmente a esa persona, y no ir pensando de antemano que nos va a caer mal, con lo cual incurriríamos, por otro lado, en otro prejuicio. La vida está llena de personas y cosas interesantes como para perdérnoslas con nuestros propios prejuicios.

8.10.05

El Roto

Esta viñeta de El Roto fue publicada hace varios meses, pero bien podría aplicarse a la nueva ley de armas de Florida que entró en vigor hace poco.

7.10.05

El saber sí ocupa lugar

Últimamente, cuando voy a trabajar, veo en la parada del autobús algunos niños, de esos que no levantan un palmo del suelo, sin duda esperando a la ruta de sus respectivos colegios. Están todo el rato haciendo las cosas típicas que hacen los niños a esas edades: jugar, correr, saltar, desesperar a sus madres.... Pero lo que a mí más me llama la atención es el volumen que llegan a alcanzar sus mochilas, que suelen ser más grandes que ellos mismos, y que me hace preguntarme si van realmente a clase o a recibir lecciones de supervivencia.

6.10.05

Wild Wild West

Los turistas que viajan estos días a Florida están siendo avisados y prevenidos. Si en Madrid se intenta informar sobre posibles robos, en el estado americano se hace contra algo mucho más serio: evitar enfrentamientos con cualquier persona. El motivo es claro. Ha entrado en vigor una nueva ley por la cual un ciudadano puede disparar a otro en plena calle si se siente amenazado por él. Por lo tanto, dicha ley amplía el radio de acción de los pistoleros, que hasta ahora sólo podían disparar en su casa. Ignoro si en el jardín también, si lo tuviera.

El principal impulsor de la ley, el gobernador Jeb Bush, hermano del presidente norteamericano George W. Bush, ha defendido el uso de las armas para que cualquiera pueda sentirse protegido contra cualquier amenaza. Pero, ¿quién determina lo que es una amenaza y lo que no? ¿Hay algún límite que haya que pasar para que alguien merezca ser disparado? ¿O alguien puede disparar a otro y decir que es que no le había gustado la forma en la que le había mirado porque le había resultado amenazante? ¿Será esto un excusa para los paranoicos que haya por la ciudad, para que puedan disparar al primero que se encuentren por la calle? Si alguien se siente amenazado por la policía, ¿puede abrir fuego contra los agentes? Y lo que es más importante, si alguien se siente amenazado por el señor Bush (por cualquiera de los dos, George o Jeb), ¿podrá también dispararle? ¿Para qué servirá entonces la policía, si cada cual podrá resolver sus asuntos personalmente? ¿Volveremos a la antigua figura del Sheriff? Porque esto se parece cada día más, para regocijo de la Asociación Nacional del Rifle, al lejano Oeste.

Posiblemente esto suponga un empuje para la economía del país, dado que indudablemente verán aumentados sus beneficios tanto la industria armamentística, ya de por sí exageradamente rentable, como las funerarias. Me pregunto por qué los Bush no se habrán metido (pero todos, oiga) a bomberos. Nos habrían ahorrado noticias como esta.

3.10.05

Eclipse


Hoy ha habido un eclipse. Pocos son los que no se han enterado del evento. Desde mi particular posición laboral (recorriendo Madrid con el coche) he podido ver cómo había empresas enteras en la calle para contemplar tan singular acontecimiento. ¿Realmente era un hecho tan importante como para, prácticamente paralizar una ciudad entera? ¿O es que cualquier excusa es buena para escaquearse un rato del trabajo? Yo, el único efecto que he notado, ha sido un oscurecimiento no demasiado exagerado, aunque sí que me ha obligado a encender las luces de cruce.

Era curioso también comprobar los medios con los que la gente miraba hacia el sol, o hacia lo que dejaba la luna que se viera del astro rey, en muchas ocasiones haciendo caso omiso a las recomendaciones que se nos han dado desde diversos medios. Gente con radiografías, con caretas de soldadores, e incluso, en el colmo de la imaginación (y puede que de la cutrez), con algo que se asemejaba al disco que hay dentro de un disquette de ordenador. Eso es lo que estaba utilizando el señor que iba detrás de mí en el habitual atasco de la M-30. Pero en este caso, me ha encantado además los otros usos que le daba al disco. Estábamos parados, el hombre mirando hacia el sol con el mencionado artilugio y yo no perdiendo detalle de la situación mediante el espejo retrovisor. Cuando se ha cansado de mirar, ha empezado a rascarse la cara con él, y si la caravana no se hubiera puesto en marcha, quién sabe qué más usos le habría dado.

Los que lo han visto (no sé si con radiografías, con disquettes o con qué) dicen que ha sido un espectáculo precioso. Lo cierto es que a mí no es algo que me haya interesado ver, aunque sí que podría haberlo utilizado como excusa para no trabajar durante un rato.

¿Te gusta conducir?

Conducir es uno de los mayores placeres de esta vida, al menos para el que le guste hacerlo, claro. Aparte de la libertad de movimiento que da el poder ir exactamente donde uno quiera, es un medio increíble para ver el comportamiento humano. Y si no, la próxima vez que vayáis en coche fijaos en los conductores de alrededor y en sus modos de conducción.

Los hay que están continuamente encrespados, insultando a todo lo que se mueva y pensando que tienen la razón en todo. Estos conductores suelen ser casi siempre hombres (pocas mujeres macarras me he encontrado al volante), y suelen ser de una edad aproximada de 30 - 40 años. Conviene no acercarse mucho a ellos, porque uno nunca puede predecir con exactitud hacia dónde van a mover su vehículo, aparte de que casi siempre lo harán de manera brusca, lo que les hace ser más machos.

Luego están los macarras, niñitos bakalas o similares, casi siempre al volante de un Opel Astra, un Seat León o un Seat Ibiza. Estos suelen ser los que tienen los coches tuneados, el típico coche que lo ves y piensas que no puede ser de alguien que no sea un macarra. A estos es peligroso encontrárselos en una autovía o autopista, porque a su condición natural de quinqui se le añade el poseer un coche potente (los tres modelos citados lo son), con lo que siempre estará su hombría en entredicho si se te ocurre adelantarle. Inmediatamente se pondrá detrás, pegadito a tu coche para dejar claro quién es el rey de la autopista. Déjale pasar. Es lo mejor. En ciudad no son tan peligrosos, aunque sí fácilmente reconocibles, por llevar una música realmente hortera a todo volumen, con las ventanillas bajadas para que el personal pueda empaparse bien de su buen gusto.

Luego están las mujeres. Partimos de la base de que no son todas iguales, no vayamos ahora a tener una discusión absurda sobre quién conduce mejor, que ese no es mi objeteivo. Lo que sí es cierto es que la gran mayoría de las mujeres al volante cumple el mismo patrón. Confunden prudencia con peligrosidad (para los demás). Si alguna vez vemos un coche en una autopista por el carril del medio y a 80 km/h, no lo dudemos ni un instante, es una mujer. No les gusta correr, por lo que no se ponen en el carril de la izquierda (aunque hay alguna que sí, ojo, y hay que terminar adelantando por la derecha, en contra de lo que dicen las leyes de circulación, porque a pesar de tener media ciudad detrás, no se cambiará nunca de carril). Pero tampoco quieren entorpecer a los vehículos que se incorporan, por lo que no se ponen a la derecha. Solución sencilla: carril del medio y a su velocidad justa. Aunque todo hay que decirlo, este perfil corresponde más a mujeres tirando a maduras, que por circunstancias han empezado a conducir tarde. Las chicas más jóvenes que conducen ahora lo hacen mucho mejor que sus "madres".

Y también están los taxistas. ¡Ay, los taxistas! Son un bien para el resto de los conductores, porque nos hacen ejercitar nuestros reflejos, ante cambios de carril repentinos (sin poner intermitente, por supuesto), paradas no menos repentinas (sin poner intermitente, por supuesto) y demás maniobras características suyas. Luego son los que no te permiten el más mínimo fallo, si estás buscando aparcamiento en una calle estrecha y tienes detrás un taxista, échate a temblar. Empezará a darte luces, a hacer sonar su claxon para que aceleres. En definitiva, una bendición.

Y bueno, qué decir de los conductores de los coches grandes, tipo BMW, Mercedes o similares. Esos que se creen que la calle es suya, y que por el mero hecho de llevar un vehículo de más de diez millones debes cederles el paso en cualquier momento y circunstancia. Ya relaté mi accidente de hace unos meses, por culpa de un BMW. Más concretamente, del que lo llevaba.

Y luego estamos los que nos pensamos que conducimos bien y que seguro que al final cometemos más errores que nadie, que es común eso de ver la paja (con perdón) en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Tiemblo al pensar en el día en que llegue el carnet por puntos.

27.9.05

Otra de videojuegos: Tekken


Me compré este juego por referencias fraternales (y porque estaba a mitad de precio, todo hay que decirlo). En un principio, cuando lo probé no me hizo especial gracia, no le veía demasiada "jugabilidad". Cuando comencé mis vacaciones (que por cierto, termino hoy), mi hermano me pidió, rogó y suplicó que me llevara la play cuando fuera a verles, aun sin saber la adquisición de este juego. Una vez allí, comenzó la vorágine. Tanto él como su esposa, a la que yo tenía por una persona reposada y tranquila, me dieron una lección tekkeniana comprobando cómo se puede cambiar de personalidad en cuestión de segundos. Una vez introducido en ese mundo, empecé a integrarme, mientras me iban explicando la historia de cada uno de los personajes. Como en todo, los hay que te caen mejor y los hay que te caen peor, pero poco a poco conseguí aprenderme la vida y milagros de cada luchador. Pronto comprobé también lo cansino que puede llegar a ser mi hermano jugando a esto, cuando se pedía su luchador favorito, un boxeador inglés llamado Steve Fox, que debido a la rapidez de sus movimientos y a la pesadez del que lo manejaba en esos momentos, no dejaba a su oponente realizar casi ningún movimiento. Daba igual que manejara el mando con las manos, con los pies o que lo dejara directamente sobre la mesa, la paliza recibida era siempre la misma.

Ahora he conseguido (también a precio reducido, por supuesto) la quinta entrega de la saga, con la emoción consiguiente: nuevos personajes, nuevas historias, nuevos piques... Prepárate, hermanito, que estoy desarrollando un sistema anti Steve Fox para la próxima vez, para que no me seas tan cansino.

25.9.05

Tócate las narices, nene

Esa frase es la que tendrían que decirme tras este fin de semana. Resulta que he conectado por bluetooth (o diente azul, como se prefiera) mi ordenador con el de mi padre, con el noble fin de gorronearle internet, siempre bajo su consentimiento. Para ello, adquirí dos aparatos con el fin de conectarlos, y cuyo radio de acción se reducía a diez metros. La señal que me llegaba una vez que los hubimos conectado (con más mérito de mi padre que mío, todo hay que decirlo) ponía que era débil, por lo que opté por cambiar mi receptor por uno más potente, de 100 metros. Lo cambié. Y la cagué. Yo confiaba en que serían igualmente compatibles, pero cual fue mi sorpresa al comprobar que no fue así. Para empezar, tuve que instalar nuevamente el software, tras lo cual no me iba ni por asomo. Me he pasado todo el fin de semana sin internet en mi pc, y sólo hoy, domingo por la noche (y de nuevo con la habilidad paterna), he sido capaz por fin de arreglar el tema.

Y es que si una cosa funciona, ¿por qué nos empeñamos en cambiarla?

22.9.05

Los paraguas están mal hechos (Teoría de Danilovic)

No voy a entrar en lo típico que siempre se habla de los paraguas, que si saca los ojos, que si se deja por todos lados... no. Eso está muy trillado, yo quiero ir más profundo, y afirmo (totalmente en serio, esto no pretende ser una coña) LOS PARAGUAS ESTÁN MAL HECHOS.

Partamos de una base: El ser humano es prácticamente perfecto. Esto es, tú te partes por la mitad haciendo un "tajo" de arriba a abajo y prácticamente eres simétrico, con la única diferencia interior de que a un lado esta el corazón, en el otro el apéndice etc, pero físicamente eres simétrico. Una segunda base, el paraguas también es simétrico podríamos decir. Es decir, donde engancha el palo con la tela, es la misma distancia para todos los puntos, es como si fuera una circunferencia, que desde el centro hay la misma distancia. Pues aquí radica el primer problema, la construcción del paraguas sería perfecta tal y como está si lo lleváramos en la cabeza, o sea, el palo justo en el centro del cráneo. Pero el paraguas lo llevamos en una mano, esto es, a un lado del cuerpo, esto es, el paraguas no nos cubre todo el cuerpo por igual. ¿Qué pasa? Que el paraguas puede ser de esos enormes, con la dificultad que tiene para manejarse y guardarse. O que puede ser de los normales, e irremediablemente te vas mojando una parte del cuerpo. Y es más, lo que cae del paraguas a tu trozo de brazo que no está cubierto es más que lo que caería si no llevaras nada. Y aún más, el brazo donde llevamos el paraguas está más pegado al cuerpo que el otro brazo, que lo llevaremos en el bolsillo, con lo que, por lógica fisica, una parte del brazo (codo principalmente) irá más salida de lo normal.

Resumiendo, el paraguas cubre más un lado que otro y precisamente cubre menos el lado que va más salido del cuerpo. ¿Solución? Fácil, el paraguas debería estar hecho en forma como de cuña, para entendernos, que tuviera una curva al final para ponerse justo encima de la cabeza el centro del paraguas. Es simplísimo. Esto no es todo, porque como ya hemos dicho, la mano que no lleva el paraguas va en el bolsillo ¿Por qué? Pues porque al menos en nuestro país, cuando llueve suele hacer frío. Quizá no en Mongolia con el monzón, pero aquí sí. Aquí cuando llueve, hace frío. Y ahora están de moda esos paraguas con el palo corto, qué bonitos son ¿eh?. Le das a un botoncito, clock, y se abre. ¡Qué chulada! Eso sí, todo el día como la estatua de la libertad, con la mano en alto, y por supuesto, helada. ¿Por qué no pensamos en el confort? Un palo más largo permitiría llevar el paraguas en el bolsillo con la mano, sin necesidad de tener esta parte del cuerpo tan sensible, a la intenmperie. Es más, encima estos paraguas pequeñitos, llegas a un sitio, los metes en el paragüero (que en el fondo todos sabemos que cuando no llueve es una papelera) y se mete hasta el fondo con lo que es más difícil luego de coger (eso si te acuerdas del paraguas, pero ya he dicho que este tema no lo iba a tocar). Con un palo más largo podrías dejar los paraguas como si fuera un bastón, apoyado en cualquier pared y fácilmente accesible. En fin, este es el tema más banal de todos, pues que con un guante en la mano y un poco de ojo también se puede solucionar.

Otro tema es lo de "para qué quiero el paraguas, ¿para estar parado o para estar en movimiento?". Supongo que todos elegís el movimiento. De hecho lo que hace la gente cuando se para es buscar un sitio donde no se moje y cerrar el paraguas (quizá para no tener la mano helada). En fin, la gente usa el paraguas en movimiento, y claro, las leyes físicas son las que son, y es imposible con la construcción del paraguas actual no mojarse si la lluvia cambia un poco. Lo normal que hace todo el mundo es echarse el paraguas como para atrás, para así no mojarse la parte trasera. Yo creo que esto se evitaría haciendo los paraguas más largos, o con una especie de visera delantera y trasera.

Definitivamente creo que el paraguas está mal hecho. Pero ¿Por qué tiene tanto éxito? ¿Por qué nadie se queja y todo el mundo está de acuerdo? Hay que buscar razones psicológicas. Parece ser que de mojarse a no mojarse hay un paso: Que te mojes la cabeza o que no te la mojes. Si no, no se explica el típico tío que va con el chandal, se pone a llover, se saca la capucha, se la pone en la cabeza y ya va tranquilo. El chandal estará empapado pero tranquilo nene, que la cabeza intacta. O las mujeres que se ponen bolsas en la cabeza. Y ahí sí que tengo que afirmar que el paraguas cumple su función.... Con paraguas, NO TE MOJAS LA CABEZA.

Gracias por la atención prestada, y saludos cordiales.

18.9.05

¿Por qué?

España está jugando en estos momentos (y perdiendo, por cierto) contra Israel en el Europeo de baloncesto de Serbia.

¿Han encontrado alguna incongruencia en esa frase? Evidentemente, y a pesar de que no soy precisamente un experto en geografía, o quizás precisamente por eso, que Israel juegue un Europeo no deja de parecerme curioso. ¿Por qué no lo juega Egipto? ¿O Marruecos? ¿O incluso Irak?

15.9.05

Grand theft auto San Andreas


Ese es el nombre del videojuego que he estado probando los dos últimos días, tras haberlo alquilado en el Blockbuster. La temática del juego es sencilla: Un ex-pandillero llega a su ciudad tras cinco años de ausencia para acudir al entierro de su madre. Tras tomar un taxi le detiene la policía y, tras requisarle el dinero y la maleta, le dejan tirado en un barrio propiedad de los Ballas, banda rival del protagonista, Carl Johnson. La primer misión que tiene el jugador será, pues, llegar a su barrio sano y salvo. Para ello se puede mover absolutamente por donde quiera, y hacer, prácticamente, lo que quiera. Puede ponerse a pegar a la gente por la calle, puede robar un coche... siempre tratando de evitar que le pille la policía y/o alguna banda rival.

Una vez conseguido ese objetivo, tendrá que ir cumpliendo misiones, que se le irán poniendo, como pintar graffittis o cosas por el estilo. Y el juego es tan sumamente adictivo que ayer, cuando lo estuve probando, mi hermana me pidió amablemente que sacara (o sacase) la basura. El contenedor está en la esquina de la calle, y mientras iba para allá, me crucé con algunas personas, a las que pensé por un momento en agredir como si aún me encontrara en el juego. No deja de ser una simple anécdota, pero ¿qué habría pasado si tuviera las facultades mentales alteradas? ¿Es lícito que cualquiera pueda acceder a este tipo de juegos?

Dicho esto, he de reconocer que, como juego, el Grand theft auto San Andreas está muy logrado, pero hay que ser muy cuidadoso sobre quién se acerca a este tipo de diversión y quién puede seguir realizando fechorías una vez apagada la consola o el ordenador.

Cosas de ayer y hoy


Hoy, mientras desayunaba aquí, en casa de mi hermana donde continúo mis vacaciones, he podido ver en el Digital (o Vegetal según algunos), la película "Loca academia de policía". Concretamente, creo que era la segunda parte, pero como son tantas, no lo sé a ciencia cierta. El caso es que me he puesto a verla todo ilusionado, pues cuando era pequeño era una de las sagas que más me gustaban. Pero mientras iba avanzando la acción me he preguntado extrañado que cómo era posible que me gustara eso. Los recuerdos que tenemos de la infancia de algunas cosas cambian totalmente cuando, ya más creciditos, volvemos a ver lo mismo. Por eso hay cosas que es mejor no visionar de nuevo, es mejor quedarnos con los recuerdos de cuando éramos pequeños, que suelen contener mucha más magia y de esa manera, no derrumbar innecesariamente mitos de nuestra niñez.


Y es que cada cosa tiene su momento y su lugar. Si se visita un mismo sitio en dos épocas de la vida completamente diferentes, las percepciones que tendremos de ese lugar serán también completamente diferentes.

14.9.05

Ron Cacique está con el deporte

Leo en el blog del Patito Feo un interesante escrito sobre el ridículo humano, ante lo cual no he podido evitar rememorar mis más grandes actos de esa índole. Y aunque el abanico es amplio, el primero que me ha venido a la cabeza fue una autolesión que me impidió practicar cualquier tipo de deporte durante dos meses, a excepción del socorrido sillón-ball.

La cosa empezó con la boda de mi primo Ignacio, en la albaceteña localidad de La Roda. Ésta se iba a celebrar un sábado, con la peculiaridad de que yo empezaba la liga con mi equipo (La Mirada de Ulises) el día siguiente. Por lo tanto, y con el fin de comenzar de manera correcta el campeonato, quedé con mi tío en salir el domingo temprano (a las 9 de la mañana) rumbo a Madrid para llegar a tiempo (el partido daría comienzo a eso de la una de la tarde, por lo que había margen de sobra). Todo estaba debidamente planificado. ¿Todo? No.

Yo no contaba, dada mi inexperiencia en actos sociales de este tipo, con la barra libre que sigue al banquete, y una jauría de fieros cubatas de Cacique con Coca Cola, que era lo que bebía yo en aquella etílica época de mi vida, se aprovecharon de ello para hacer de mí lo que quisieron. El caso es que llegué a la habitación del hotel a eso de las cinco de la mañana, en un estado que podría definirse perfectamente como lamentable. Metí la llave en la cerradura como buenamente pude y entonces fui abducido. Sólo así podría explicarse que mi recuerdo siguiente a este hecho fue el de despertarme en la cama, en calzoncillos. El despertador estaba realizando su función, y una vez despierto pude comprobar sorprendido que había dormido con las luces de la habitación y del baño encendidas, así como la televisión, que estaba deleitando a los televidentes con un ameno y entretenido episodio de Magilla el gorila. Pero aún más sorprendido me quedé cuando pude comprobar que me había quitado las lentillas de manera correcta, acto que requiere de una gran precisión. Tras esto hice un intento (en vano) de meterme en la ducha, tal era aún mi estado. Creo que si en ese momento me hubieran (o hubiesen) acercado una cerilla al cuerpo, podría haberme inflamado como si de una queimada se tratara (o tratase).

Aparecí en el hall del hotel, lugar de reunión con mi tío, media hora tarde, sin haberme podido duchar y, a juzgar por la reacción de mi familiar, con un lamentable aspecto exterior (el interior era peor aún, sin duda). Partimos rumbo a la capital, yo con la ventanilla bajada y casi sacando la cabeza fuera al más puro estilo Ace Ventura para que me diera el aire, lo cual no impidió que me diera algún que otro mareo. No obstante llegué a eso de las doce y cuarto al campo en el que tendría lugar el debut futbolístico de la temporada. Es decir, me daba tiempo a calentar (como si no estuviera bastante caliente ya). Durante este calentamiento, pude comprobar, así como cualquiera que se estuviera (o estuviese) fijando, lo lamentable de mi situación. Cada vez que realizaba un tiro a puerta, el balón salía como un obús de mi pie en cualquier dirección que nunca coincidía con la de la portería. Mal presagio.

Y empezó el partido. Yo deambulaba por el campo con la esperanza y la convicción de que ese mareo constante y molesto se me terminaría pasando y que todo volvería pronto a la normalidad. Hasta que un compañero hizo una falta en el centro del campo (hablo del minuto 2 de partido) y yo no tuve otra idea mejor que despejar el balón lo más lejos posible, aún no sé bien para qué, puesto que con 0-0 y en el segundo minuto de partido, poco tiempo iba a perder. Pero lo hice. Miré el balón que venía mansamente hacia mi posición, me puse en postura de patadón y lancé la pierna. Dolor. Mucho dolor. El balón siguió con su trayectoria impertérrito, mientras mi pie lo había confundido con el suelo. Le había dado una patada al suelo con todas mis ganas. Y eso duele, vaya si duele. Quejumbroso pedí el cambio, retirándome del campo a la pata coja. Al llegar al banquillo, un compañero que no había visto el terrible lance me preguntó que qué me había pasado. "¿Es que no has visto la patada que me ha dado el 4?", fue mi respuesta, intentando evitar el ridículo. Vano intento. Otros sí lo vieron. Y se rieron. A pesar de que no pude jugar en dos meses, se rieron. Yo habría hecho lo mismo.

Lo bueno de aquello fue que el pedo se me había pasado de golpe. No de la forma en la que yo pensaba, pero se me pasó. Lo malo es que aún no he aprendido la lección. No sé si el error fue jugar al fútbol ebrio o la intención que tuve de perder tiempo en el minuto dos. Por si las moscas, no he vuelto a hacer ni una cosa ni otra.

2.9.05

¡¡Vacaciones (Santillana) por fin!!

Pues sí, después de estar todo el verano currando como un campeón (bueno, como un campeón, o lo que sea, pero currando al fin y al cabo), me voy a tomar unas ¿merecidas? vacaciones. Tras pasar un calor agobiante en la capital, de soportar las obras del señor Gallardón, que está haciendo de la M-30 un auténtico circuito de Fórmula 1, lleno de "chicanes" (por favor, si podéis, comprobadlo para ver que no exagero un ápice), de comprobar cómo esas obras han convertido al mencionado señor Gallardón en el único alcalde que ha posibilitado atascos en agosto.... me piro vampiro. Mi destino es Cádiz, más concretamente Chiclana, adonde voy con mi amigo Javi, también conocido como Paco, Manolo, Iturralde, Andradas.... Allí estaremos unos días, allí cumpliré mi promesa de cortarme el pelo, y haremos el capullo un rato (cualquiera que nos conozca a los dos, dará fe de ello).

Y bueno, aunque últimamente no me prodigo demasiado en escribir aquí (ya lo advertí desde el principio), en parte voy a echar de menos esto. Bueno, esto en general y a una persona en particular (ella ya sabe quién es), pero vamos, que sólo van a ser unos días y podré volver aquí a pensar sobre qué leches puedo escribir.

Hasta entonces, que ustedes lo disfruten. Yo intentaré hacerlo también.

28.8.05

Este año.... tampoco



La afición del Atleti tiene la asombrosa capacidad de entusiasmarse con casi cualquier cosa. Todos los años pensamos lo mismo: "Este año sí". A pesar de los innumerables fichajes mediocres que se han hecho en los últimos años, siempre se escucha la misma cantinela, siempre nos hacemos ilusiones pensando que se pueden hacer cosas importantes durante la temporada. Hasta que llega la hora de la verdad y todas esas ilusiones se esfuman para dar paso a la realidad, a la cruda realidad.

Este año parecía diferente. Parecía que los directivos se habían puesto las pilas para formar un plantel decente y competitivo con incorporaciones importantes. Tanto es así que me picó el gusanillo y decidí abonarme. Y hoy era el primer partido de la Liga. Hacia el Calderón me dirigí con mis ilusiones y mis ganas de ver al Atleti ganar. Hasta que ha llegado, nuevamente, la realidad.

Sé que solamente ha sido el primer partido de Liga, y que uno de los tópicos que repiten los futbolistas es que "aún quedan muchos puntos", pero ya empiezo a plantearme si ha sido una buena idea el haberme abonado al sufrimiento.

Y yo mismo me respondo: "Claro que he hecho bien, joder, al fin y al cabo, estoy viendo a mi Atleti". Que Dios se apiade de mí.

La pareja basura

El otro día me dio por buscar en la mula algo de Bottom, la mejor serie que se ha hecho jamás, y de la que mis dos hermanos pueden dar buena cuenta. El caso es que encontré varios episodios, entre ellos el capítulo de la Navidad, sin duda el más irreverente que se ha hecho jamás. Y, a pesar de que en esta casa es prácticamente una religión las andanzas de estos dos capullos, había cosas de las que no me acordaba, y me estuve riendo como la primera vez. Y es que no hay como volver a ver cosas que hace tiempo que no ves, que seguro que descubres cosas nuevas.

Por cierto, que ahora estoy intentando bajarme algo de otra serie muy buena llamada "Deja la sangre correr", que transcurre en un hospital que está hecho una porquería y en el que la matrona es una monja malvada con las uñas más largas que una actriz porno. ¿Alguien la recuerda?

26.8.05

Ya formaron la trifulca

Ayer, el desempeño de mi trabajo me llevó hasta la tienda Dia situada en la plaza de la Beata María Ana de Jesús, cerca de Legazpi (cómo no, en obras). Últimamente cada vez que he de ir a este establecimiento me pasan cosas curiosas, como fue el encontrarme toda una familia de cucarachas (muertas, eso sí, que si no habría salido corriendo) dentro de un TPV (Terminal de Punto de Venta, lo que viene a ser la CPU de las cajas).

Pero ayer fue aún más divertido. En la puerta, antes de abrirla, pude escuchar claramente cómo había gente gritando dentro. Más concretamente, un señor gritándole al guardia de seguridad de manera encolerizada. La parte cobarde de mí, que normalmente es amplia mayoría frente a la valiente, pensó es huir, cosa que no hice, no sé si por desempeñar correctamente mi labor o por cotillear el por qué de esa pelea. Con la boca pequeña (no fuera que me cayera algo a mí también) busqué a la encargada, para que me dijera qué impresora era la que no le funcionaba. Por suerte, la caja que tenía que reparar estaba situada en un lugar estratégico para ser un perfecto espectador de la singular escena. Pocas veces he visto a alguien tan histérico, sin contar a mi hermana cuando perdía en la consola al juego de Barcelona 92 (ha llovido desde entonces). Pensé que qué podría haberle hecho a ese hombre ponerse así, sobre todo con el guardia de seguridad. Hasta llegó a amenazarle con el madero que tienen las cajas para separar la compra de un cliente con la del siguiente, y que tiene forma de remo.

La cosa siguió, conmigo prestándole casi más atención a la trifulca que a la impresora, hasta que salió a la luz el motivo. Éste no era otro que... ¡¡1 euro!! La cajera decía que a ese hombre le faltaba por pagar un euro. He de confesar que ahí me sentí un poco decepcionado, yo me esperaba un agravio mayor para provocar de aquella manera al hombre en cuestión.

Sé que el euro vale más que la peseta, pero tampoco vale tanto más como para ponerse así por solamente uno, ¿no?

17.8.05

Fin de semana

Los lectores asiduos al horno de Su, habréis podido leer que el fin de semana pasado estuvo de visita por los madriles, en compañía de nuestro otro hermano y de sus respectivas parejas. El viaje les sirvió, entre otras cosas, para comprobar el estado de las más que numerosas obras que hay simultáneamente en la capital.

Pero la cosa también sirvió para que nos volviéramos a reunir los tres hermanitos de nuevo. Sé que hay mucha gente que no se lleva bien con sus hermanos, que prefiere tenerlos cuanto más lejos mejor. Afortunadamente, ese no es mi caso, y siempre que puedo, voy a visitarles a Barcelona, cuando no son ellos los que vienen.

Y ahí radica fundamentalmente el problema. Yo estaba acostumbrado a tener a los dos cerca, aunque fuese en la misma ciudad. Después, se me fueron alejando poco a poco, bien de manera drástica (Guatemala, Perú, India...), bien de manera un poco más discreta, a Barcelona temporalmente a probar suerte. Yo creo que, en mayor o menor medida, todos sabíamos que ese viaje temporal a Barcelona, tenía visos de ser definitivo, como parece que así ha sido. Y, aunque me alegre por esa estancia en la Ciudad Condal, mentiría si dijera que otra parte de mí no está apenada por esa marcha. Ahora me doy cuenta de que parte del encanto que tenía Madrid (obras aparte), era que mis dos hermanos estaban por aquí cerca, dispuestos a jugar al fútbol en el cuarto o a hacer un Culopito.

Quién sabe si en el futuro podremos volver a hacer esas capulladas. Hasta entonces, tendré que conformarme con esos fines de semana, que aunque escasos, no por ello son menos intensos.

10.8.05

Petición de trabajo

Me ofrezco para trabajar en el Ministerio de Agricultura. Sé hacer que llueva. Soy capaz de ir a una zona castigada por el calor y en pocos días, hacer que caiga agua, lo cual sería bueno para los agricultores, ganaderos y demás.

Es sencillo. Basta con lavar el coche y esperar unos días, generalmente no más de tres. El domingo pasado, 7 de agosto, lo lavé, y hoy miércoles 10, ha llovido. Las cinco últimas veces que me decidí a quitarle toda la mierda que acumulaba mi pobre coche, ha llovido. Bien al día siguiente, a los dos días o a los tres. Pero siempre ha sido así, y puedo prometer y prometo que no es exageración.

La Lengua

Ns stams krgnd l lnguag. ¿Quién no ha recibido y/o escrito alguna vez un sms tratando de abreviar lo más posible para ahorrar espacio? Creo que todos, conjunto en el que me incluyo, lo hemos hecho alguna vez. Y la cosa no dejaría de ser una anécdota si se quedara en eso, en un mensaje de texto escrito con un teléfono móvil.

Pero cuál ha sido mi sorpresa al comprobar que hay gente que, en foros e incluso en e-mails, escribe del mismo modo. Aparte de que me parece mucho más incómodo escribir de esa manera en un teclado de ordenador, lo considero una falta de respeto a nuestra lengua, ya bastante insultada de por sí con diversos palabros que se pueden escuchar a diario en la calle o en televisión. Suelen ser estudiantes, jóvenes, los que utilizan ese dialecto para comunicarse, esperando que los demás también lo aceptemos de buen grado (cosa que en mi caso no es así). ¿Harán de la misma manera en los exámenes? Quizá sería una buena forma de explayarse en aquellos controles cuyo número de folios esté limitado.

7.8.05

Todos somos iguales

Nueva York, Madrid, Londres: el terrorismo ataca nuevamente. Este fue el título principal de muchos diarios del mundo, en la edición que informó de las explosiones que sacudieron a la capital inglesa. Reveladora coincidencia: no mencionaron a Afganistán ni a Irak. Los bombardeos contra Afganistán y contra Irak ¿no fueron, no siguen siendo, atentados terroristas, que en el caso de Irak se repiten día tras día? ¿No es siempre, o casi siempre, la clase trabajadora quien pone los muertos en los atentados y en las guerras? ¿No merecen el mismo respeto y la misma compasión las víctimas de cualquier expresión del desprecio por la vida humana?. Sin comerla ni beberla, no menos de tres mil campesinos fueron despedazados por las bombas que buscaron, y no encontraron, a Bin Laden en tierras afganas. Y no menos de 25 mil civiles, muchos de ellos mujeres y niños, fueron despedazados por las bombas que buscaron, y no encontraron, las armas de destrucción masiva en Irak, y por el baño de sangre que sigue provocando la ocupación extranjera del país. Si Irak hubiera invadido a los Estados Unidos, anormalidad que a nadie se le pasa por la cabeza, las víctimas civiles serían, en proporción, trescientos mil norteamericanos. Por los siglos de los siglos resonarían en el mundo los truenos de semejante horror. Como los muertos son iraquíes, rápidamente se convierten en costumbre. En 1776, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos afirmó que todos los hombres son creados iguales, pero poquitos años después la primera Constitución aclaró el concepto: estableció que en los censos de población, cada negro equivalía a las tres quintas partes de una persona. ¿A cuántas partes o partecitas de una persona equivale, hoy día, un iraquí?“
Unos son más iguales que otros”, dicen que dicen.

Eduardo Galeano

5.8.05

Los españoles no saben perder

Si hay algo lamentable es perder y no saber hacerlo. Los españoles estamos acostumbrados a perder, pero siempre nos las ingeniamos para echarle la culpa a un tercero. Que si el árbitro, que si un rival poco deportivo, y nunca vemos nuestras propias limitaciones.

El último caso fue el de Fernando Alonso en la carrera disputada en Hungría, donde todo el mundo se ha echado encima de Ralf Schumacher por chocar y provocar la pérdida del alerón en el coche del asturiano, que debió entrar en boxes para cambiarlo, con la consiguiente pérdida de tiempo, que le impidió quedar más allá del décimoprimer puesto. Tras la salida, los coches se dirigían hacia la primera curva. Todos se abren para tomarla mejor, pero el asturiano, pretendiendo adelantar algún puesto, se mete por dentro, saliéndose así de la aspiración. Ralf Schumacher, al que en España se le tiene mucha manía por "provocar" algún accidente del asturiano, choca con él, perdiendo el piloto de Renault el alerón. Total, la culpa de Ralf. ¿Cómo va a tener la culpa Alonso? Se metió por donde no debía y el alemán iba por su sitio, pero repito, ¿cómo va a equivocarse Alonso?

Ríos de tinta, que no de gloria, han corrido esta semana criticando duramente al corredor alemán, que si es la enésima vez que hace alguna, que si esto, que si lo otro, siempre buscando excusas para disculpar la maniobra poco hábil de Fernando Alonso. Uno de los argumentos más sobados es el de la reincidencia de Ralf. Como ya ha hecho varias (y como el otro es español, no lo olvidemos), pues ya sabemos que la culpa va a ser sistemáticamente suya, sin molestarnos siquiera en ver las imágenes de una manera objetiva y sin dejarnos influir mediáticamente. Siempre será más fácil echarle la culpa a otro que asumir los propios errores. Porque hay algo que la gran mayoría no debe saber: los españoles también se equivocan.

Ah, no, sin vivir en Madrid no lo entenderás

El fin de semana pasado estuve con unos amigos en la sierra de Gredos, en la provincia de Ávila. Tras estar respirando aire puro, durmiendo en un saco (clavándome todas las hierbas posibles en la espalda) y haciendo un poco de vida sana, volvimos a casa. Yo iba medio dormido en el coche (no conducía yo, tranquilos), y me despertó un comentario certero de Gonzalo: "Joer, se nota que ya estamos en Madrid". Abrí los ojos, y pude ver la autovía en obras, los camiones en el arcén, los obreros también en el arcén, el consiguiente cierre de uno o dos carriles.... Madrid en estado puro.

Según nos íbamos adentrando en la capital, íbamos percibiendo más rasgos característicos de la ciudad: pirulas automovilísticas, insultos entre conductores, irritación.... más Madrid en estado puro.

En Madrid, al igual que en la casa del Gran Hermano (que aún no sé de quién es hermano para ser tan grande), todo se magnifica. Cuando hace calor, pega de lo lindo. Cuando hace frío, tres cuartos de lo mismo. Cuando hay atascos... para qué decir nada. Pero es curioso. Todos, o casi todos los que critican Madrid por algún aspecto, dicen más tarde que no cambiarían su lugar de residencia. O si lo hacen, recuerdan esta ciudad desde la lejanía con incomprensible nostalgia. ¿Qué tiene Madrid para ser tan odiada y tan querida al mismo tiempo?

Dice una canción de Caskarrabias: "Mira que es extraño, sigo aquí en Madrid, y despacio me va matando. Mira que es extraño, quiero irme de aquí y a la vez lo sigo amando".

27.7.05

Cómo cambió mi vida (¿a mejor?)

Verano de 2004. Frecuentes eran mis escarceos hacia la Costa del Sol, a la ciudad andaluza de Málaga, con el noble propósito de visitar a mi amigo Toño y, de paso, aprovechar las playas existentes en la zona. Pero yo no era consciente de hasta dónde podría cambiar mi vida en esos viajes ni a qué ilustres personajes podría conocer allí.

Cierto es que yo tenía (y sigo teniendo) familia en esa ciudad, y no menos cierto es que no le hice ningún caso a esa familia durante mis visitas. Pero a veces el destino tiene formas curiosas de provocar sucesos. Y este caso no sería una excepción.

Todo ocurrió durante mi enésima visita (quizás fuera la enésima más uno, no lo sé), coincidiendo con la famosa y concurrida Feria de Málaga, el mayor acontecimiento conocido de Andalucía, junto con el trofeo Carranza. Yo andaba por ahí con mis amigos Toño y Javi, también conocido como Camisón, con el sano propósito de andar de bar en bar degustando diferentes bebidas, todas ellas alcohólicas. Al grupo se sumaron más tarde dos mozas recias, Marta y una amiga suya de Colmenar Viejo, cuyo nombre no logro recordar ahora (el de la chica, no el de Colmenar Viejo). Y en esas estábamos cuando acudimos a un garito llamado Village green. En un momento dado, yo me puse a hablar animadamente con Marta, mientras que Toño empezó a hacerlo (hablar) con su amiga del nombre misterioso. El pobre Camisón sospechó entonces, inocente como es él, que iba a haber lío entre ambas parejas y le dio conversación a un tipo que andaba solo en la barra. En ese momento le dije yo a Toño en tono jocoso que Camisón estaba hablando con Calamaro, dado el parecido entre el cantante y el nuevo amigo de Javi. Pasado el rato, tanto Marta como su amiga de nombre misterioso decidieron seguir por su cuenta la fiesta y se marcharon, intactas, por si había alguna duda. Nosotros decidimos ir a otro sitio también, para lo cual Javi invitó a Calamaro a venirse con nosotros, algo a lo que accedió gustoso el bohemio bebedor, quién sabe si con la esperanza de volver a ver a nuestras intactas amigas.

Y llegó el momento de las presentaciones. En contra de lo que yo esperaba, el nombre del misterioso personaje no era Calamaro, sino Camilo (cierto parecido hay). Ello me recordó a mi familia malagueña o malacitana, puesto que un primo mío se llamaba del mismo modo, lo cual me llevó a hacerle una pregunta que yo creía absurda, pero que iba a servir para romper el hielo e integrar al solitario bebedor en nuestro selecto grupo. "¿No serás Camilo de Ory?". Me miró sorprendido, y me dijo "sí, ¿cómo lo sabes?". Yo no podía terminar de creérmelo, pensaba que me estaba vacilando él a mí, por lo que le pedí el DNI, como si fuera un vulgar policía. Efectivamente, era él. De entre todas las personas que hay en Málaga durante la Feria, Javi tenía que entablar conversación con mi primo
Camilo, el escritor.

A partir de entonces, la relación que he mantenido con mi familia malagueña o malacitana ha sido más estrecha, llegando a conseguirle piso a Camilo. Piso y movida. Pero eso es otra historia que quizá cuente él en alguno de sus fabulosos libros.

21.7.05

Ahora conoceréis mi verdadera personalidad (Texto de Danilovic)

Son las 11 de la noche y mañana me voy de puente.

Lógicamente aún no he hecho la maleta. Bueno, no es que no la haya hecho, es que ni siquiera he empezado. No es que no haya empezado, es que no sé ni dónde esta la maleta. No es que no sepa dónde está la maleta, es que ni la estoy buscando y lo peor, es que no me preocupa. Mañana me levanto a las 4 de la mañana, porque claro, tendré que hacer la maleta, buscarla, despertar a mi madre, gritar un poco por casa desesperao y meter todo lo que tengo que meter, aunque por supuesto, se me olvidarán la mitad de las cosas.

Pero hay más, me llevo mi bici de carretera, bici que por supuesto he ido a llevar a arreglar el último día, aunque estaba jodida desde hace un mes, y que por supuesto he ido a recoger 2 minutos antes de que cerraran la tienda (es que quería hacer la maleta antes). Bici que, lógicamente, no se dónde meter, porque mi coche tiene un maletero enano, no tiene baca y en algún sitio tendré que llevar la maleta (si la encuentro, claro). O sea, que mañana a las 4 de la mañana, tengo que encontrar la maleta, hacerla, bajar a por la bici, y a por el coche, probar a ver cómo coño meto la bici en el coche sin mancharlo con la cadena, poner la maleta e irme.

Esto es bastante fácil (al menos para mí, porque ya estoy acostumbrado), el único problema es que no le he mirado el aceite al coche y que, por supuesto, no tiene gasolina. O sea, que mañana por la mañana a las 4 de la mañana, después de hacer todo eso, tengo que mirarle el aceite al coche (de noche, por supuesto) y meterle gasolina (si encuentro alguna gasolinera abierta a esas horas). Esto es aún accesible para mí. Pero lógicamente, no he sacado el dinero del banco, por lo tanto antes de hacerlo todo, tengo que ir al cajero a sacar. Aunque claro, esto no es suficiente, porque ya que me he llevado mi bici, me llevo mi ropa ciclista, mis guantes, mis gafas, mi gorro de lana.... que, como podréis entender, los acabo de lavar y están tendidos, empapados en agua, porque los he lavado a mano, ya que mi madre se negaba a poner una lavadora ahora, y me parece que de noche poco se va a secar. Dios sabe cuánto tiempo llevaría esa ropa en el cesto de la ropa sucia y qué cosas se han podido criar allí dentro. Total, que aún estando así, en vez de ponerle remedio a la situación, estoy aquí tan pancho, escribiéndolo, en calzoncillos y con Gran Hermano detrás. Y recordad que soy un hombre en paro y moroso.

Así va el país.

18.7.05

Tiene nombres mil (Leonardo Dantés)

Nuestro idioma es muy rico
muy extenso nuestro vocabulario
y el mismo objeto en muchas ocasiones
tiene nombres varios.

Pero sin duda alguna,
el que más nombres tiene
es el falo, el pene.

Rabo, nabo, picha, polla,
tranca, pija, verga, chorra,
cola, porra, pito, mango,
pilila, minga, cipote, carajo.

Tiene nombres mil
tiene nombres mil
tiene nombres mil
el miembro viril.

Los hay cortos, los hay largos,
los hay gordos, y delgados.
Los hay blancos y morenos.
Los hay bonitos y los hay feos.

Pero con esas diferencias
el hombre nada que ver tiene,
cada uno lo llama como quiere.

Rabo, nabo, picha, polla,
tranca, pija, verga, chorra,
cola, porra, pito, mango,
pilila, minga, cipote, carajo.

Tiene nombres mil
tiene nombres mil
tiene nombres mil
el miembro viril.

17.7.05

Vídeos de primera

Hoy he tenido la oportunidad de ver, en un programa de vídeos caseros de esos que supuestamente deberían hacernos reír, una serie de accidentes de esquiadores y de caídas bastante fuertes, con las risas enlatadas de turno sonando de fondo. Algunas caídas eran realmente escalofriantes, lo cual me lleva a preguntarme dónde se encuentra el límite entre lo gracioso y lo espeluznante. Posiblemente, en las consecuencias del accidente en cuestión.

A nadie le importa ver un percance de un esquiador anónimo despeñándose montaña abajo. No tiene una cara, no tiene un nombre, no se le puede relacionar con ningún conocido. Pero, ¿realmente es gracioso eso? ¿Puede haber alguien que se ría de semejantes percances? Un tío mío murió esquiando en los Alpes en un terrible golpe contra un árbol. Si eso lo hubiera captado un videoaficionado, ¿sería digno de verse en un programa de éstos?

He de reconocer que a mí hay golpes que me hacen caerme del asiento de la risa. Pero son golpes tontos, intrascendentes, que lo único que te puede doler al sufrirlos es el orgullo y, quizás, alguna parte de tu cuerpo durante unos días. Creo que, en mayor o menor medida, a todos nos hacen reír esas situaciones, pero hay que diferenciar un poco entre lo gracioso y lo macabro, o terminaremos grabando en vídeo un atentado como el del 11-M para echarnos unas risas viendo cómo la gente vuela por los aires.

Incluso para los programas de humor hace falta un poco de seriedad.

12.7.05

Que canten los niños

Hace tiempo me enteré de que la hermana de mi amigo Toño, Isabel, estaba embarazada. Más concretamente, hará unos nueve meses, más o menos (más es imposible, así que diremos "menos o menos"). Comenzó entonces una época en la que mi amigo lo pasaba realmente mal mientras estaba en Madrid, por las extrañas manías que adoptó su hermana, como vomitar simplemente al oler el café. Todo ello, según Toño, producto más del cuento que de otra cosa, y que sacaban al pobre chaval de sus (Íker) casillas, lo que le hizo convertirse en más gruñón de lo que ya era (nunca olvidaré la noche de los shawarmas, en la que su mal genio salió a la luz en todo su esplendor).

Ayer yo me encontraba trabajando un poco. Eran las siete y media y estaba en una entretenida ampliación de memoria en una tienda "Dia" de Móstoles, cuando el vibrador de mi móvil se activó. Eso sólo podía significar dos cosas: que me llamaban o que me mandaban un sms. Dado que sonó la música de Star Wars, y más conretamente la música que acompaña a Darth Vader, deduje que era un mensaje. Éste era conciso y directo: "Ya soy tío, nenas". Su procedencia, el móvil de Toño. Por fin una buena noticia.

Quedé con Toño en el hospital. Vi a Isabel. Vi a Pablo, su marido. Y vi a la pequeña Isabelita. Había nacido unas horas antes, así que parecidos a los padres, los justos. Pero daba igual. Es curioso cómo algo tan pequeño puede atraer la mirada de todos los que están alrededor de esa forma.

Mi amigo Gonzalo tiene tres sobrinos. Toño, una. Y yo, que soy el mayor de los tres, ninguno. Ya va siendo hora, ¿no?

Como leones (Texto de Camilo de Ory)

Los leones lo hacen así: el macho más fuerte se aparea con todas las hembras y los otros se limitan a mirar. El león es un animal polígamo que busca cubrir al mayor número de hembras. La leona es monógama y sólo se empareja con el león más fuerte. La metáfora de los leones es el único argumento que sirve para justificar la poligamia masculina sin aceptar la femenina.

Está claro que somos animales. El león es el rey de los animales y por tanto debe ser nuestro modelo. Es más digno compararse con un león que con un perro, por ejemplo. Si tomáramos al perro como modelo de comportamiento sexual esto sería mucho peor que Sodoma. Para un perro la sodomía es una perversión menor: no hay objeto animado o inanimado contra el que un perro no sea capaz de frotarse o que un perro no sea capaz de lamer. La vida sexual del león es más ordenada que la del perro. El apetito sexual desordenado es una fuente de problemas. Es conveniente ordenar los apetitos sexuales: así siempre sabe uno dónde encontrarlos cuando los necesita. El auge de productos como la viagra se debe a que la gente no encuentra sus apetitos sexuales por ninguna parte. No sé de ningún león que necesite tomar viagra.

La poligamia es un reconocido antídoto contra la falta de apetito sexual. Incluso se podría decir que la poligamia es digestiva. Cuando hablo de poligamia me refiero a la poligamia masculina y al hecho de que el hombre mantenga relaciones con varias mujeres, no con varios gamos. Las relaciones sexuales con gamos se consideran perversiones y son inaceptables. Los gamos están bien para verlos correr por la sabana, pero no para retozar con ellos entre las sábanas. El león es el rey de los animales y el hombre polígamo es un rey entre los hombres. El hombre polígamo es respetado allá donde va. Todo el mundo respeta a los mormones, por ejemplo. El que no respeta a un león o a un mormón es que no tiene respeto por la Naturaleza ni por nada.

6.7.05

Hasta el lunes

Todos hemos oído alguna vez eso de que el trabajo dignifica, sin duda espetado por algún desaprensivo o por alguien que se encuentra en su primer día de trabajo (o ambos casos, que no son incompatibles). Yo no sé si dignifica o no, lo único que tengo claro es que si trabajamos es porque no nos queda otra. ¿O acaso la gente seguiría trabajando si tuviera los suficientes ahorros como para vivir holgadamente a lo largo y ancho de su vida, por muy indigno que fuera el no hacerlo? Será muy digno, pero eso de levantarse a las siete y media de la mañana todos los días, no tener la posibilidad de echarte luego una siesta, aunque sea pequeña, tener que aguantar a algún cabrón, con la obligación añadida de ponerle buena cara... será muy digno, pero en algunas ocasiones preferiría ser menos decente y vivir un poco mejor.

Eso por no hablar de trabajar en el coche metido todo el día, y nada menos que en una ciudad como Madrid. Desde que Fernando Alonso irrumpiera en el mundo de la Fórmula 1, algunos nos hemos familiarizado con términos como "chicán", y comprobado la multitud de aplicaciones que hay en la vida cotidiana. Pues no es poco cierto que la M-30 se está convirtiendo en un circuito urbano en Madrid, repleta de curvas imposibles. ¿Será parte de la remodelación que se pretende hacer ante la posibilidad de que esta ciudad acoja las Olimpiadas de 2012?

Alguien debería avisar al señor Gallardón de que el automovilismo no es un deporte olímpico, aunque ello igual le impediría llevarse algún que otro pellizquito. Que el trabajo dignifica, pero pocas veces te hace rico.