28.12.05

¿Hasta la próxima?

Ayer, caminando por la calle, pude ver a dos ancianos felicitándose la Navidad. Debían ser dos conocidos del barrio, acostumbrados a verse habitualmente en sus paseos, en su vida cotidiana. Y, dada su avanzada edad, no pude evitar que un pensamiento triste asomara a mi mente: ¿Sería esa la última vez que se podrían saludar?

De camino al coche seguí divagando sobre el tema, hasta que me puse yo en la piel de los ancianos. Es decir, empecé a pensar en que fuera yo el que no pudiera saludar a nadie al día siguiente por no estar aquí. Aunque remota, es una posibilidad. Y lo que más me dolía de ese pensamiento, era que los que se quedaran o quedasen aquí no supieran hasta qué punto eran importantes en mi vida porque mi orgullo no me dejaba decirlo. Por eso, en muchos aspectos, hay que aprovechar el momento como si fuera el último, porque llegará un momento en que, efectivamente, será el último. Lo malo es que no sabemos cuándo sucederá.

4 comentarios:

  1. Dicen que los que iban en los aviones que se estrellaron en las Torres Gemelas, sólo pudieron acordarse y llamar a la gente a la que querían. Supongo que ésa es la esencia del ser humano, aunque algunos se empeñen en que odiemos, realmente, lo que nos hace ser felices es la gente a la que queremos. Aunque sea a 600 kilómetros, si usted me entiende, señor mono/ídolo.

    ResponderEliminar
  2. Por lo menos han llegado a ancianos, hay otra pobre gente que no tiene esa oportunidad.

    ResponderEliminar
  3. ¿sabes algo de Ragazza? no la he vuelto a ver ni por el messenguer.

    ResponderEliminar
  4. Qué cierto es lo que dices; muchas veces pienso lo mismo.

    ResponderEliminar