1.9.06

Ferpectamente + 20



El martes pasado, tuve la oportunidad de volver a ver a uno de los grupos que más me han gustado siempre, si no es el que más: Los enemigos. A pesar de que se habían separado hace unos años, decidieron reunirse con la formación original para celebrar el vigésimo aniversario de la publicación de su primer disco, "Ferpectamente". Y aunque podría extenderme contando lo que me pareció el concierto (que fue buenísimo, si bien un poco agobiante por lo pequeño del local y la cantidad de gente que allí se encontraba), voy a copiar aquí, gracias al método de escritura de Ana Rosa Quintana, un artículo que he encontrado al respecto. Sorprendentemente, es del ABC.


Había motivos para la celebración. El 20 cumpleaños de un disco como «Ferpectamente» merecía una gira como la que están protagonizando sus autores, Los Enemigos, una banda que escribió, en sus más de 15 años de existencia, algunos de los párrafos más brillantes del libro del rock español, aunque una buena parte del público ni siquiera llegó a enterarse.

El motivo del renacimiento de esta banda fue para homenajear a Kike Turmix, todo un personaje en el sector musical madrileño más radical y seguidor incondicional de la banda, fallecido el pasado año: «Nos juntamos la formación que había grabado ese disco –comenta Josele Santiago-, porque él siempre la apreció mucho. Hicimos la fiesta en enero, nos gustó y nos apeteció seguir». No en vano, el principal acicate para embarcarse en una gira por pequeñas salas de toda la geografía hispana era el puro jolgorio, lo cual casa perfectamente con el ánimo que les llevó a grabar aquellas canciones como «El ataque de los hombres Bruster», «Juan Valdés» (dedicado al hombre del café seleccionado con fruición), «Plis plis mi» (versión instrumental del tema de Lennon / McCartney) o «Jacobo que te adobo»: «Resultó divertido volver a ese repertorio, que era muy gracioso. Además, ahora viene mucha gente a vernos, cosa que en aquellos momentos no ocurría. También hacemos algunas versiones de temas clásicos, como, por ejemplo, de Chuck Berry. Al principio sólo queríamos hacer una fiesta, pero luego pensamos que, si continuábamos, lo mismo conseguíamos que nos pagaran por ello, como así ha sido». De lo que puede ocurrir en un concierto de estos cuarentones desmelenados baste añadir un dato: recientemente, en Málaga, animaron a su público, al final del espectáculo, a que les acompañaran a la playa, situada a escasos metros, para darse un baño nocturno sin incómodos ropajes encima.

Siempre nadaron a contracorriente. A principios de los 80, Artemio Pérez a la batería y Roberto Arbolea a la guitarra (luego pasaría al bajo) se divertían haciendo ruido y versiones garajeras por el barrio de Malasaña. Pronto se les suma José Luis Santiago Romero, Josele, de la mano, precisamente, de Kike Turmix. Su progresión es notoria: en 1986 ganan el por entonces prestigioso concurso de rock Villa de Madrid y, ese mismo año, graban «Ferpectamente». Un álbum tan castizo que los primeros ejemplares se vendían en el bar Marcelino a 1.000 pesetas, e incluían caña y tapa de chorizo de regalo (es cierto).

No es que fuera un hito mundial, pero sí un aldabonazo de humor negro y letras cerveceras y disparatadas que avisó a los más atentos de que allí se estaba fraguando algo serio. Unos temas que reflejaban bastante bien la vida alocada que protagonizaban los componentes de la banda, embarcados en una juerga constante: «Creo que las canciones han aguantado bien el paso del tiempo –explica Josele–, pero del famoso sonido de los 80 no te podías librar. Por aquel entonces lo del rock and roll no estaba asimilado y, por ejemplo, se escucha cada golpe de la batería... El rock and roll tendrá momentos más altos y bajos, pero ahí sigue para pasarlo bien y ejercer un poco de mosca cojonera».

En aquellos primeros tiempos los cambios se sucedieron con rapidez en el seno del grupo: en el puesto de bajista se va Roberto, sutituido por Michi González y éste, a su vez, por Fino Oyonarte, procedente de Glutamato Ye-Yé y que ya se quedaría de forma permanente hasta el fin de los días de Los Enemigos. Por eso, aunque en realidad fue Michi el que ejerció de bajista en la grabación de «Ferpectamente», fue Fino el encargado de llevar su contenido por pueblos y bares de toda España.


Desde entonces las cosas han cambiado mucho en el panorama musical, unas para bien y otras, por desgracia, para mal: «En los grupos de ahora echo de menos un discurso propio y, por supuesto, el sentido del humor».

El tiempo también trajo nuevas transformaciones. Artemio dejó pronto la banda y otros músicos se fueron incorporando. Al final, el proyecto simplemente se agotó, y la gira de despedida de 2001-2002 fue toda una apoteósis de público y emoción. Así que, durante tres días, los madrileños podrán recordar los viejos tiempos del desmadre que hicieron de esta ciudad un... desmadre.

1 comentario:

  1. No todo el mundo puede decir que invitaron a Josele a un helado...

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