11.2.07

Hábitos extraños: Hablarle a la tele

Ya lo decían Los Cucas: El ser humano es raro. Evidentemente, hay unos más raros que otros, pero todos, y cuando digo todos me refiero a todos, tenemos nuestras rarezas, entendiendo por rareza algo que no es común en la amplia mayoría de los mortales. Pero si hay una rareza común a todos, y cuando digo todos vuelvo a referirme a todos, es la de hablar con la televisión. No importa qué programa estén emitiendo, siempre es posible escuchar comentarios, gritos, respuestas.... Según el tipo de programa hay varias clases de parlamento con el electrodoméstico en cuestión:

El fútbol: Este es el más típico, y no tiene por qué ser exclusivo de los hombres, ya que cada día son más las mujeres aficionadas a este deporte. Evidentemente, aquí lo que se escuchan son gritos, insultos y similares. Se puede hablar al árbitro, en cuyo caso pocas palabras amables se escucharán. En general, pocas palabras amables se escucharán independientemente de a quién se dirija.

El concurso: Básicamente en los concursos de preguntas y respuestas. Nos empeñamos en demostrar lo listos que somos respondiendo cuando al concursante en cuestión le preguntan algo. Aunque también es común escuchar un respetuoso silencio cuando no se conoce la respuesta. Si lo que pretendemos es quedar como listos, no lo vamos a lograr respondiendo dos y callándonos en tres, ¿no? Igual lo mejor es no responder ninguna.

El debate: Este es el más curioso. ¿A quién le puede interesar ver un debate en el que no puede intervenir? Y más con los debates tan instructivos que tenemos en este país, en el que si hablan tres a la vez, es el momento en el que menos personas lo hacen al mismo tiempo. Y más viendo los personajes que suelen aparecer, que no suelen ser precisamente famosos por su educación y/o cultura y que caen fácilmente en el insulto y las descalificaciones. En estos casos, solemos caer en la misma tónica y, como si formáramos parte de alguna de las opciones, nos dedicamos a insultar a alguno de los que intervienen como si lo tuviéramos (o tuviésemos) delante.

La entrevista o la declaración: Esta es parecida a la del debate. Cuando se entrevista a alguien, generalmente algún político o algún personaje de los que aparecen en los programas del corazón, ponemos en duda su declaración objetándole en sus argumentos y/o declaraciones.

¿Por qué hacemos estas cosas? ¿Somos realmente conscientes de que el televisor no nos va a responder y que nadie nos está escuchando, de hecho? Quizás sea simplemente por las ganas que tenemos de salir en la tele, que actuamos como si realmente estuviéramos allí y la gente nos estuviera escuchando. O eso, o es que somos todos raros.

1 comentario:

  1. Y en el concurso no sólo contestamos a la pregunta, es que además arremetemos contra el concursante como se le ocurra no acertarla.

    Y yo añadiría también los saludos y despedidas a los presentadores del telediario.

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