7.4.07

El cuento de los sobres de azúcar


Hace tiempo, mi buen amigo Toño me contó en un restaurante de San Lorenzo de El Escorial, localidad a la que habíamos ido a ver a los sempiternos Burning, el triste final del inventor de los sobres alargados de azúcar que dan en un gran número de cafeterías de este país (ignoro si en el extranjero también), en una historia que no se sabe a ciencia cierta si pertenece al mundo de las leyendas urbanas o no. Cuando se le pregunta a alguien por la forma en la que abre dicho sobre para verter su contenido en el café, té o bebida que se desee endulzar, el 100% de los encuestados responde de la misma manera: rompiendo uno de los extremos y vertiendo posteriormente la cantidad deseada de azúcar. Mal hecho.

Estos sobres están diseñados para una apertura mucho más sencilla. Se trata de ponerlo encima de la taza, de modo que el punto medio quede encima del centro de la circunferencia, presuponiendo que el borde de la taza sea redondo, lo cual suele suceder en la mayoría de las cafeterías de este país (vuelvo a ignorar si en el extranjero las tazas se corresponden con otra figura geométrica, como una elipse o un cuadrado). Una vez colocado el sobrecito, se presionará con los dedos hacia abajo, siempre por el punto medio. Entonces, se romperá, vaciando su contenido de manera rápida, precisa y limpia en el interior de la taza. Mucho mejor, ¿no?

Pues resulta que el innovador autor de tan ingenioso artilugio, viendo que la gente se pasaba por el forro su invento y seguía abriendo los sobres por un extremo, entró en una fuerte depresión. Tal es así que decidió poner fin a su vida, incomprendido como se sentía y desilusionado al comprobar que su invento no había sido entendido como debiera. Así que a partir de ahora, niños y niñas, cada vez que pidáis un café, un té, una manzanilla o lo que sea, recordad a este buen hombre cuando os sirvan la bebida con un sobre alargado de azúcar y acordaos de abrirlo de la manera correcta. Por el inventor, para que su muerte no sea en vano.

5 comentarios:

  1. Anónimo9/4/07 03:57

    ehhh?? ahhhh? no entendí.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo9/4/07 18:49

    Si...entendi...ya me lo habian explicado una vez...acá en Argentina todo es igual Idolo...las tazas y los sobres de azúcar...que mal...pobre hombre...asi termino?...debe ser frustrante ver que nadie entendio tu genial invento...me sumo a la rotura del sobre de azúcar en la forma correcta!!!!...jajaja.
    PD: yo tambien hace mucho que no pasaba por tu blog, pero a veces uno se cuelga y deja de hacer rondas de visitas...asi que estamos igual...Besotes

    ResponderEliminar
  3. Pues a mí ayer me dieron azucarillos de esos alargados, y no había manera de hacer como tú dices, no estaba lo suficientemente a presión el azúcar y no se rompía por el medio ni para atrás, así que lo hice, acordándome del difunto, rompiendo un extremo...

    ResponderEliminar
  4. yo trabajo en una cafetería y les cuento esta historia trágica pero ingeniosa por parte del inventor a mis clientes y se que algún cambio se da
    mis compañeras también lo saben y bueno lo ultimo que puedo decir es si los cambios para hacernos la vida mas sencilla y rápida están ahí vamos a por ellos mi gente linda

    ResponderEliminar