Tres vehículos se disponen a incorporarse a la carretera Nacional IV, también conocida como carretera de Andalucía, a la altura del kilómetro 20, en las proximidades de la localidad de Pinto. Son un BMW, un Opel Astra y un Peugeot 206, por ese orden. De repente, y para sorpresa de los conductores, el BMW debe confundir el pedal del acelerador con el del freno, pues decide aminorar su marcha, dado que se aproxima un camión que, todo hay que decirlo, aún debe estar en el término municipal de Valdemoro, y a pesar de que con la potencia que de fábrica tiene un BMW, podría pasar tres veces antes de que el camionero se percatara de ello. El Opel Astra, no sin apuros, consigue frenar, tras lo cual hace sonar su claxon a modo de recriminación. Pero el Peugeot, ajeno a las artimañas del conductor del coche alemán, y atento como está a incorporarse a la autovía, no consigue frenar a tiempo y se estampa contra el Opel, que por el efecto dominó, impacta contra el BMW.
Esta secuencia es la que he vivido hoy a eso de las once y media de la mañana. Evidentemente, yo era el conductor del Peugeot, vehículo que se ha llevado la peor parte en el golpe. Todo el morro hundido. El conductor del Astra, que hacía honor a la fama de macarras que tienen los conductores de este modelo, se ensaña en sus protestas contra el del BMW. Los hay que no saben qué hacer con 200 CV.
Pero lo que me ha llamado la atención de todo esto, ha sido la cantidad de cosas que se pueden pensar durante un espacio de tiempo tan sumamente breve: desde que empiezas a pisar el freno hasta que finalmente impactas. Multitud de pensamientos han pasado por mi cabeza. Multitud de pensamientos de los que no tengo un recuerdo explícito. Lo único que recuerdo haber pensado fue: "Bah, déjalo, no te esfuerces, te vas a piñar igual".
Creo que un piñazo en un año y medio de estar cogiendo el coche a diario y durante varias horas no está nada mal. Pero todo en esta vida llega y, tarde o temprano perdemos la virginidad. Y eso me ha pasado a mí hoy.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
me alegro que estés bien... y que cuando te vayas a piñar pienses y no grites cual loca total... jejejejej
ResponderEliminarbesitos neis-itxi
Yo me esperaba un relato digno de La sonrisa vertical y no un atestado policial.
ResponderEliminarEn cualquier caso, me alegra leer ese humor tuyo tan característico, y es que, como tú dices, vi pasar toda mi vida... y era una comedia.
Jope, pobrecito mi niñooo!!! Pero lo importante es que estás bien (T__T no como Carlos,snif...jooo)
ResponderEliminarUn besazo wapisimo!!!MUAKAAAAAA!!!
Bueno, lo siento por Carlos Jiménez, o por Florencio, o por quien toque. Pero me alegro de que estés bien.
ResponderEliminar