28.8.05

Este año.... tampoco



La afición del Atleti tiene la asombrosa capacidad de entusiasmarse con casi cualquier cosa. Todos los años pensamos lo mismo: "Este año sí". A pesar de los innumerables fichajes mediocres que se han hecho en los últimos años, siempre se escucha la misma cantinela, siempre nos hacemos ilusiones pensando que se pueden hacer cosas importantes durante la temporada. Hasta que llega la hora de la verdad y todas esas ilusiones se esfuman para dar paso a la realidad, a la cruda realidad.

Este año parecía diferente. Parecía que los directivos se habían puesto las pilas para formar un plantel decente y competitivo con incorporaciones importantes. Tanto es así que me picó el gusanillo y decidí abonarme. Y hoy era el primer partido de la Liga. Hacia el Calderón me dirigí con mis ilusiones y mis ganas de ver al Atleti ganar. Hasta que ha llegado, nuevamente, la realidad.

Sé que solamente ha sido el primer partido de Liga, y que uno de los tópicos que repiten los futbolistas es que "aún quedan muchos puntos", pero ya empiezo a plantearme si ha sido una buena idea el haberme abonado al sufrimiento.

Y yo mismo me respondo: "Claro que he hecho bien, joder, al fin y al cabo, estoy viendo a mi Atleti". Que Dios se apiade de mí.

La pareja basura

El otro día me dio por buscar en la mula algo de Bottom, la mejor serie que se ha hecho jamás, y de la que mis dos hermanos pueden dar buena cuenta. El caso es que encontré varios episodios, entre ellos el capítulo de la Navidad, sin duda el más irreverente que se ha hecho jamás. Y, a pesar de que en esta casa es prácticamente una religión las andanzas de estos dos capullos, había cosas de las que no me acordaba, y me estuve riendo como la primera vez. Y es que no hay como volver a ver cosas que hace tiempo que no ves, que seguro que descubres cosas nuevas.

Por cierto, que ahora estoy intentando bajarme algo de otra serie muy buena llamada "Deja la sangre correr", que transcurre en un hospital que está hecho una porquería y en el que la matrona es una monja malvada con las uñas más largas que una actriz porno. ¿Alguien la recuerda?

26.8.05

Ya formaron la trifulca

Ayer, el desempeño de mi trabajo me llevó hasta la tienda Dia situada en la plaza de la Beata María Ana de Jesús, cerca de Legazpi (cómo no, en obras). Últimamente cada vez que he de ir a este establecimiento me pasan cosas curiosas, como fue el encontrarme toda una familia de cucarachas (muertas, eso sí, que si no habría salido corriendo) dentro de un TPV (Terminal de Punto de Venta, lo que viene a ser la CPU de las cajas).

Pero ayer fue aún más divertido. En la puerta, antes de abrirla, pude escuchar claramente cómo había gente gritando dentro. Más concretamente, un señor gritándole al guardia de seguridad de manera encolerizada. La parte cobarde de mí, que normalmente es amplia mayoría frente a la valiente, pensó es huir, cosa que no hice, no sé si por desempeñar correctamente mi labor o por cotillear el por qué de esa pelea. Con la boca pequeña (no fuera que me cayera algo a mí también) busqué a la encargada, para que me dijera qué impresora era la que no le funcionaba. Por suerte, la caja que tenía que reparar estaba situada en un lugar estratégico para ser un perfecto espectador de la singular escena. Pocas veces he visto a alguien tan histérico, sin contar a mi hermana cuando perdía en la consola al juego de Barcelona 92 (ha llovido desde entonces). Pensé que qué podría haberle hecho a ese hombre ponerse así, sobre todo con el guardia de seguridad. Hasta llegó a amenazarle con el madero que tienen las cajas para separar la compra de un cliente con la del siguiente, y que tiene forma de remo.

La cosa siguió, conmigo prestándole casi más atención a la trifulca que a la impresora, hasta que salió a la luz el motivo. Éste no era otro que... ¡¡1 euro!! La cajera decía que a ese hombre le faltaba por pagar un euro. He de confesar que ahí me sentí un poco decepcionado, yo me esperaba un agravio mayor para provocar de aquella manera al hombre en cuestión.

Sé que el euro vale más que la peseta, pero tampoco vale tanto más como para ponerse así por solamente uno, ¿no?

17.8.05

Fin de semana

Los lectores asiduos al horno de Su, habréis podido leer que el fin de semana pasado estuvo de visita por los madriles, en compañía de nuestro otro hermano y de sus respectivas parejas. El viaje les sirvió, entre otras cosas, para comprobar el estado de las más que numerosas obras que hay simultáneamente en la capital.

Pero la cosa también sirvió para que nos volviéramos a reunir los tres hermanitos de nuevo. Sé que hay mucha gente que no se lleva bien con sus hermanos, que prefiere tenerlos cuanto más lejos mejor. Afortunadamente, ese no es mi caso, y siempre que puedo, voy a visitarles a Barcelona, cuando no son ellos los que vienen.

Y ahí radica fundamentalmente el problema. Yo estaba acostumbrado a tener a los dos cerca, aunque fuese en la misma ciudad. Después, se me fueron alejando poco a poco, bien de manera drástica (Guatemala, Perú, India...), bien de manera un poco más discreta, a Barcelona temporalmente a probar suerte. Yo creo que, en mayor o menor medida, todos sabíamos que ese viaje temporal a Barcelona, tenía visos de ser definitivo, como parece que así ha sido. Y, aunque me alegre por esa estancia en la Ciudad Condal, mentiría si dijera que otra parte de mí no está apenada por esa marcha. Ahora me doy cuenta de que parte del encanto que tenía Madrid (obras aparte), era que mis dos hermanos estaban por aquí cerca, dispuestos a jugar al fútbol en el cuarto o a hacer un Culopito.

Quién sabe si en el futuro podremos volver a hacer esas capulladas. Hasta entonces, tendré que conformarme con esos fines de semana, que aunque escasos, no por ello son menos intensos.

10.8.05

Petición de trabajo

Me ofrezco para trabajar en el Ministerio de Agricultura. Sé hacer que llueva. Soy capaz de ir a una zona castigada por el calor y en pocos días, hacer que caiga agua, lo cual sería bueno para los agricultores, ganaderos y demás.

Es sencillo. Basta con lavar el coche y esperar unos días, generalmente no más de tres. El domingo pasado, 7 de agosto, lo lavé, y hoy miércoles 10, ha llovido. Las cinco últimas veces que me decidí a quitarle toda la mierda que acumulaba mi pobre coche, ha llovido. Bien al día siguiente, a los dos días o a los tres. Pero siempre ha sido así, y puedo prometer y prometo que no es exageración.

La Lengua

Ns stams krgnd l lnguag. ¿Quién no ha recibido y/o escrito alguna vez un sms tratando de abreviar lo más posible para ahorrar espacio? Creo que todos, conjunto en el que me incluyo, lo hemos hecho alguna vez. Y la cosa no dejaría de ser una anécdota si se quedara en eso, en un mensaje de texto escrito con un teléfono móvil.

Pero cuál ha sido mi sorpresa al comprobar que hay gente que, en foros e incluso en e-mails, escribe del mismo modo. Aparte de que me parece mucho más incómodo escribir de esa manera en un teclado de ordenador, lo considero una falta de respeto a nuestra lengua, ya bastante insultada de por sí con diversos palabros que se pueden escuchar a diario en la calle o en televisión. Suelen ser estudiantes, jóvenes, los que utilizan ese dialecto para comunicarse, esperando que los demás también lo aceptemos de buen grado (cosa que en mi caso no es así). ¿Harán de la misma manera en los exámenes? Quizá sería una buena forma de explayarse en aquellos controles cuyo número de folios esté limitado.

7.8.05

Todos somos iguales

Nueva York, Madrid, Londres: el terrorismo ataca nuevamente. Este fue el título principal de muchos diarios del mundo, en la edición que informó de las explosiones que sacudieron a la capital inglesa. Reveladora coincidencia: no mencionaron a Afganistán ni a Irak. Los bombardeos contra Afganistán y contra Irak ¿no fueron, no siguen siendo, atentados terroristas, que en el caso de Irak se repiten día tras día? ¿No es siempre, o casi siempre, la clase trabajadora quien pone los muertos en los atentados y en las guerras? ¿No merecen el mismo respeto y la misma compasión las víctimas de cualquier expresión del desprecio por la vida humana?. Sin comerla ni beberla, no menos de tres mil campesinos fueron despedazados por las bombas que buscaron, y no encontraron, a Bin Laden en tierras afganas. Y no menos de 25 mil civiles, muchos de ellos mujeres y niños, fueron despedazados por las bombas que buscaron, y no encontraron, las armas de destrucción masiva en Irak, y por el baño de sangre que sigue provocando la ocupación extranjera del país. Si Irak hubiera invadido a los Estados Unidos, anormalidad que a nadie se le pasa por la cabeza, las víctimas civiles serían, en proporción, trescientos mil norteamericanos. Por los siglos de los siglos resonarían en el mundo los truenos de semejante horror. Como los muertos son iraquíes, rápidamente se convierten en costumbre. En 1776, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos afirmó que todos los hombres son creados iguales, pero poquitos años después la primera Constitución aclaró el concepto: estableció que en los censos de población, cada negro equivalía a las tres quintas partes de una persona. ¿A cuántas partes o partecitas de una persona equivale, hoy día, un iraquí?“
Unos son más iguales que otros”, dicen que dicen.

Eduardo Galeano

5.8.05

Los españoles no saben perder

Si hay algo lamentable es perder y no saber hacerlo. Los españoles estamos acostumbrados a perder, pero siempre nos las ingeniamos para echarle la culpa a un tercero. Que si el árbitro, que si un rival poco deportivo, y nunca vemos nuestras propias limitaciones.

El último caso fue el de Fernando Alonso en la carrera disputada en Hungría, donde todo el mundo se ha echado encima de Ralf Schumacher por chocar y provocar la pérdida del alerón en el coche del asturiano, que debió entrar en boxes para cambiarlo, con la consiguiente pérdida de tiempo, que le impidió quedar más allá del décimoprimer puesto. Tras la salida, los coches se dirigían hacia la primera curva. Todos se abren para tomarla mejor, pero el asturiano, pretendiendo adelantar algún puesto, se mete por dentro, saliéndose así de la aspiración. Ralf Schumacher, al que en España se le tiene mucha manía por "provocar" algún accidente del asturiano, choca con él, perdiendo el piloto de Renault el alerón. Total, la culpa de Ralf. ¿Cómo va a tener la culpa Alonso? Se metió por donde no debía y el alemán iba por su sitio, pero repito, ¿cómo va a equivocarse Alonso?

Ríos de tinta, que no de gloria, han corrido esta semana criticando duramente al corredor alemán, que si es la enésima vez que hace alguna, que si esto, que si lo otro, siempre buscando excusas para disculpar la maniobra poco hábil de Fernando Alonso. Uno de los argumentos más sobados es el de la reincidencia de Ralf. Como ya ha hecho varias (y como el otro es español, no lo olvidemos), pues ya sabemos que la culpa va a ser sistemáticamente suya, sin molestarnos siquiera en ver las imágenes de una manera objetiva y sin dejarnos influir mediáticamente. Siempre será más fácil echarle la culpa a otro que asumir los propios errores. Porque hay algo que la gran mayoría no debe saber: los españoles también se equivocan.

Ah, no, sin vivir en Madrid no lo entenderás

El fin de semana pasado estuve con unos amigos en la sierra de Gredos, en la provincia de Ávila. Tras estar respirando aire puro, durmiendo en un saco (clavándome todas las hierbas posibles en la espalda) y haciendo un poco de vida sana, volvimos a casa. Yo iba medio dormido en el coche (no conducía yo, tranquilos), y me despertó un comentario certero de Gonzalo: "Joer, se nota que ya estamos en Madrid". Abrí los ojos, y pude ver la autovía en obras, los camiones en el arcén, los obreros también en el arcén, el consiguiente cierre de uno o dos carriles.... Madrid en estado puro.

Según nos íbamos adentrando en la capital, íbamos percibiendo más rasgos característicos de la ciudad: pirulas automovilísticas, insultos entre conductores, irritación.... más Madrid en estado puro.

En Madrid, al igual que en la casa del Gran Hermano (que aún no sé de quién es hermano para ser tan grande), todo se magnifica. Cuando hace calor, pega de lo lindo. Cuando hace frío, tres cuartos de lo mismo. Cuando hay atascos... para qué decir nada. Pero es curioso. Todos, o casi todos los que critican Madrid por algún aspecto, dicen más tarde que no cambiarían su lugar de residencia. O si lo hacen, recuerdan esta ciudad desde la lejanía con incomprensible nostalgia. ¿Qué tiene Madrid para ser tan odiada y tan querida al mismo tiempo?

Dice una canción de Caskarrabias: "Mira que es extraño, sigo aquí en Madrid, y despacio me va matando. Mira que es extraño, quiero irme de aquí y a la vez lo sigo amando".