18.2.06
El espíritu de Juanito
Durante toda esta semana los medios de información, especialmente los deportivos, nos han estado bombardeando con "el espíritu de Juanito" y la necesidad de invocarlo para remontar la eliminatoria que el Real Madrid tenía contra el Zaragoza tras el 6-1 encajado en el partido de ida.
Juanito, futbolista idolatrado en el club blanco, fue un jugador que destacó sobre todo, por el coraje que desarrollaba en el terreno de juego. Efectivamente, participó activamente en varias remontadas que el equipo protagonizó en la Copa de Europa, cuando traían a Chamartín un resultado adverso y le daban la vuelta. El madridismo le idolatra por eso.... y porque está muerto.
Como jugador fue sancionado sin poder participar dos años en Europa tras una eliminatoria contra el Grasshoppers suizo en la que agredió a un juez de línea. También fue conocido en el continente cuando le pisó la cabeza al alemán Lotthar Matthaus cuando éste se encontraba en el suelo, en un partido que el equipo merengue jugaba contra el Bayern de Munich en Alemania. En un encuentro contra Yugoslavia en Belgrado con la selección, en la que el combinado español estaba ganando al anfitrión dejándole de ese modo fuera del mundial de Argentina, se despidió del público, cuando fue sustituido por Dani, con los pulgares hacia abajo, a modo de recordatorio de que estaban perdiendo (hecho por el cual recibió un botellazo desde la grada que lo dejó inconsciente).
Juanito moría años después en un accidente de tráfico, y de ahí que el madridismo le haya subido a los altares como uno de sus mayores mitos. De él se ha dicho, una vez muerto por supuesto, que era una bellísima persona. La misma historia de siempre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bilardista, de los de "al enemigo, pisalo"... Menuda pieza.
ResponderEliminarHas vuelto con brío de las vacaciones, ¿eh?
Vosotros lo habéis dicho. Una vez más, parece políticamente incorrecto hablar de alguien fallecido. Pero si la historia de Juanito debe formar parte de los anales del fútbol, debería ser fundamentalmente en el capítulo dedicado a la antideportividad.
ResponderEliminarJoder, ni que preñar mujeres por las esquinas fuera un pecado...
ResponderEliminar¿Es un pecado?