3.8.06

C.S.I. Vallecas

Éste no es el título de alguna de las divertidísimas (nótese la ironía, por favor) teleseries de Antena 3, sino las conclusiones que saqué el otro día tras una visita a una tienda Dia, valga la redundancia.

Acudía yo alegre y contento, cual Caperucita Roja que va a casa de su abuela, a realizar un aviso con la profesionalidad que me caracteriza, que no sé si es mucha o poca, pero es la que me caracteriza. El madrileño barrio de Vallecas era el escenario de mis canturreos, mientras llevaba en una mano mi carpeta de partes y en la otra la mariconera con las herramientas. Al llegar a la tienda me presenté y me enseñaron el cajón que debía arreglar o reparar. Y me puse manos a la obra.

Y enfrascado estaba en la reparación del mencionado cajón cuando de repente oigo en la puerta, a mi espalda: "Buenos días, policía científica". "¡Coño! ¡Los del CSI!" fue lo que dije. Para mis adentros, eso sí. El motivo de la visita de Grissom y los suyos era tomar huellas del cajón que habían forzado y robado en el transcurso de la mañana, para tratar de esa manera de identificar al autor material del delito. Entonces, tal y como me temía, la encargada le dijo que el cajón que habían robado... ¡¡era el que estaba reparando yo!! Vino hacia mí el ayudante de Grissom con cara de pocos amigos y me dijo, con unos modales poco televisivos, que qué hacía yo tocando el cajón, que no se puede tocar hasta que ellos tomen las huellas. Claro, yo le tuve que explicar que a mí me habían dado un aviso y lo tenía que atender, aparte de que no me habían comentado nada de ningún robo. "Te vamos a tener que tomar las huellas". Sin problema. Levanté mi dedo índice, esperando que me lo pringaran de negro, como cuando uno se hace el DNI. "No, no, de todos los dedos de la mano". "Sí, claro, y hasta las de los pies si quieres". Y en vez de pringarme la mano de negro, lo que hizo fue rociarme con un polvillo blanco, algo mucho más limpio y, ante los ojos ajenos, mucho más moderno y profesional. Después hicieron lo propio con el cajón y se fueron. Y ahí me quedé yo, reparando el cajón, contentísimo de haber podido colaborar con la justicia en tan delicado asunto.

Seguramente en los próximos días podremos ver en la prensa cómo han detenido al atracador de las tiendas Dia gracias al trabajo de la policía científica. Sólo espero que, con lo chapuzas que solemos ser los españoles, no se traspapelen las huellas y el que aparezca detenido sea yo. Cosas más increíbles se han visto desde luego.

31.7.06

Reencuentros

Reencontrar: Dicho de una persona: Recobrar cualidades, facultades, hábitos, etc., que había perdido.

Partiendo de esta definición de la Real Academia de la Lengua (esa que es limpia, fija y da esplendor), podría decirse que este fin de semana he vuelto a reencontrarme con algunas personas, algunos hábitos y algunas cualidades. Para empezar, volví a ver a mi amigo Toño, cómo no con un concierto de los incombustibles Burning como excusa. Eso, y su cumpleaños. Me reencontré también con Pablo, a quien conocí en Málaga en uno de esos viajes que hacía yo un par de años atrás y con el que había pasado buenos y alcohólicos momentos. El motivo para verle, el mismo que el de Toño. Aparte de ellos dos, también acudieron a tan magno acontecimiento Arancha y Gonzalo, pero a estos dos los veo más a menudo, por lo que, a pesar de ser también estrictamente un reencuentro, no era tan esperado. Me reencontré con el antiguo hábito, tan abandonado últimamente sin motivo aparente, de salir por la noche. El mencionado concierto, dado que era de varios grupos, terminó a la hora de los churros prácticamente, lo que propició que nos acostáramos cuando casi estaba amaneciendo. Me reencontré con el alcohol, ese que hacía tiempo que no probaba, pues mi vaguería me impide salir sin el coche, pero mi grado de responsabilidad, tan bajo para otras cosas, me obliga a no beber cuando conduzco.

Me reencontré con el tigre de Bengala. En realidad, es lo mismo que el reencuentro con Pablo, pues comparten identidad. Este chico tiene la particularidad de que cuando cae dormido, es prácticamente imposible despertarle. No pasaría nada por eso si no fuera por los constantes y sonoros ronquidos que emite. Es humanamente imposible dormir a su lado y, por supuesto, hacer que cese en sus ronquidos. Hasta el punto de que Gonzalo y yo, afectados como estábamos por la ingestión de cubatas, nos pusimos a hacerle perrerías para comprobar si realmente se despertaba o no. Acabó, tal y como muestra la fotografía, con todo lo que encontramos por la habitación encima: mantas, cajones, sillas, ceniceros.... y permaneció inmutable.



Me reencontré con unos compañeros de carrera de Toño con los que me llevo bastante bien: Alberto, Beatriz y Susana, con los que estuve el sábado por la noche y con los que voy a tener que coincidir más a menudo, pues me dijeron varias veces que estaba muy guapo, y para la autoestima viene muy bien oír esas cosas de vez en cuando. Me reencontré con Isabelita, la sobrina de Toño, a quien no veía desde el día de su nacimiento y que me despertó (aún más) mi instinto paternal.

Fue, en definitiva, un fin de semana de reencuentros, como dije al principio. Y tantos reencuentros han tenido lugar, que hasta he vuelto a escribir también en el blog, algo que hacía mucho que no ocurría.

21.7.06

Los güebones

Hoy viernes, voy a proponer tres videos que son tres gags de una serie hecha hace varios años llamada "Los güebones". Es humor políticamente incorrecto con dosis de surrealismo en el que el actor César Saracho (Bernardo en Camera Cafe) interpreta a personajes de lo más variopintos. El primero es de un secuestrador la mar de educado y considerado... dentro de las limitaciones propias de su labor.



El segundo pretende ser una "ayuda" para todos esos padres que quieren ayudar a que su hijo salga del armario y acepte su homosexualidad.



Y el tercero es una rueda de prensa de un ministro cualquiera (en la cocina de su casa y en bata, con todo el glamour del mundo) explicando lo que ha sucedido la noche anterior, que fue un tanto agitada.

15.7.06

Días de fútbol


Un grupo de treintañeros conocidos del barrio en el que han vivido siempre (en este caso, el madrileño barrio de la Elipa) deciden formar un equipo de fútbol 7, con el fin de ganar algo por una vez en su vida. Los integrantes de este nada usual equipo son: Jorge. La típica persona cuadriculada, que tiene todo organizado en la vida y que pretende que las personas que le rodean la tengan también. Su novia le deja cuando, tras dos años viviendo juntos y ocho como novios, decide pedirle que se case con él. Ramón. Conductor de un autobús escolar, de humor un tanto irascible, que tiene a su mujer embarazada. No sabe a quién odia más, si a su mujer, a su suegro o a los niños del autobús que conduce. Gonzalo. Estudiante. Lleva varios años con una asignatura para terminar Derecho, y no parece que esté muy por la labor de aprobarla. Carlos. Actor fracasado con delirios de grandeza. Miguel. Policía, cantautor frustrado, maltratado psicológicamente por su mujer, ridiculizado por sus compañeros... Antonio. Ex presidiario con cierta facilidad para imponer su fuerza y que sale de la cárcel decidido a ser psicólogo. Serafín. El amigo de Antonio de la cárcel, licenciado en trapicheos

Esta es, a grandes rasgos, la columna vertebral de esta película que tanto éxito tuvo en España en 2003. No sin justificar. Los diálogos y situaciones hacen que uno esté casi sin parar de reír durante unas dos horas. Hoy he tenido la oportunidad de verla por enésima vez. Y al igual que los anteriores visionados, he vuelto a pasar un buen rato. Sin embargo algo ha ensombrecido la alegría. Y ha sido el darme cuenta de lo terriblemente reales que son los personajes. Personajes que, por unos motivos u otros, no son precisamente unos triunfadores. Un contable al que el jefe le tiene crucificado y explotado de mala manera, pero que tiene una dedicación plena a su trabajo. Un policía nacional que es el hazmerreír de todos, compañeros, familia... Un ex presidiario decidido a ser psicólogo y al que se le viene todo encima en el primer examen. ¿Por qué nos hace tanta gracia ver el sufrimiento ajeno? Son películas llamadas comedias, pero que tienen un trasfondo dramático al estar sus protagonistas en situaciones claramente adversas.

O como aquella otra película que hace unos años dio la vuelta al mundo con la vitola de "la comedia del año" llamada Full Monty. En ella, la sombra del desempleo flota constantemente, y su protagonista principal, Robert Carlyle, decide montar el famoso grupo de striptease para recuperar a su hijo. Las dos son consideradas como unas buenas comedias, y en ambas uno puede reírse a carcajadas mientras las ve. Pero indudablemente el trasfondo suele ser dramático. ¿Qué es lo que nos hace tanta gracia? ¿Será comprobar que hay alguien más patético que nosotros mismos y comprobar también lo mal que lo pasa?

5.7.06

Y pare Madrid (II)

Hace un tiempo puse la letra de esta canción del grupo extremeño Sínkope que, a mi juicio, describe perfectamente cómo es un día en esta ciudad, mi ciudad, los sentimientos que genera, esa relación de amor-odio de todos los que vivimos aquí. Ahora, pongo el video:

4.7.06

La rotonda de la Guardia Civil

El pasado martes 27 de junio, me dirigía yo por motivos laborales a la madrileña localidad de San Agustín de Guadalix. Aunque aún no había entrado en vigor el carnet por puntos, fui escrupulosamente obediente con las normas y señales de tráfico, no sé si para ir habituándome al cambio o porque no andaba con prisa. Hasta que llegué al kilómetro 36 de la autovía A-1, también conocida como carretera de Burgos, donde tomé la salida correspondiente a dicha localidad. En la glorieta inmediatamente posterior había una patrulla de la guardia civil, no sé si esperándome o no, aunque el caso es que me hicieron parar. Se acercó un agente de la Benemérita a mi vehículo y me pidió el carnet, que se lo di a pesar de que la foto que en él aparece no me hace justicia. Acto seguido, me pidió la documentación del vehículo, cosa que también le di presuroso. Y aquí empezó el calvario. Me dijo que no tenía el justificante del seguro del vehículo, algo que me tiene que facilitar la empresa con la que tengo el renting, en este caso, Europcar, y que por tanto tenía que multarme. 60 € del ala, ampliables a 1.500 si en un plazo de cinco días no presentaba en Tráfico el justificante de estar correctamente asegurado. Tras manchar los calzoncillos, pues fue esa mi primera reacción, hablé con Europcar y me dijeron que la multa la pagaban ellos (faltaría más) y que también se encargaban ellos de presentar los documentos correspondientes en el plazo indicado.

Hoy, un compañero del trabajo tenía que hacer el mismo trayecto que yo hice ese día. Y sorprendentemente, allí estaba nuevamente la Guardia Civil. El mismo agente, y la misma multa. El mismo motivo, lo cual no termina de cuadrarme, puesto que tras mi experiencia anterior, todos nos pusimos las pilas con el tema del seguro y llevamos una copia. El argumento que esgrimen ahora es que mi compañero no tenía el justificante del banco. ¡¡Pero si no lo paga él!! Sea como fuere, ir a San Agustín de Guadalix se está convirtiendo en algo parecido a pasar por el Bronx, donde uno sabe a ciencia cierta que algo le va a pasar, que van a estar los matones del barrio esperando para cobrar el tributo que le permita entrar en él.

Últimamente hay algo que me da más miedo que la curva de la autoestopista. Y es la rotonda de la Guardia Civil.

1.7.06

Mensajes subliminales

Hay algunos temas de grupos angloparlantes que más o menos claramente dicen alguna frase en castellano. Para muestra, un botón:


27.6.06

Tócala otra vez, Sam


La misma canción de siempre. La misma decepción. Durante toda la semana habíamos estado pensando que esta vez sí era la buena, igual que en Corea y Japón, igual que en Francia, igual que en Estados Unidos.... Estamos acostumbrados a exigir lo máximo a la selección, sin tener en cuenta que nunca hemos ganado nada. Nunca. Nos hemos permitido el lujo de menospreciar a Francia, un equipo que tiene en sus filas grandes futbolistas, con una gran experiencia, pensando que la juventud del equipo español y las ganas iban a ser suficientes armas para derrotarlos. Craso error. Aunque he de reconocer que esta vez sí había generado ilusión. Incluso yo me había ilusionado, reacio como soy habitualmente a animar a la selección española. Hoy me fui con mi amigo Javi a la plaza de Colón, donde durante los partidos del Mundial se reunían varios centenares de aficionados para seguirlos. Como no tenía (ni tengo) camiseta del equipo español, para allá me he ido con la del Atleti, con el nombre de uno de los últimos dioses que han jugado en el equipo del Manzanares y mi ídolo absoluto: Futre.

Hemos llegado a Colón a eso de las ocho menos veinte, es decir, una hora y veinte minutos antes del comienzo del encuentro, y la plaza, como diría el Dúo Sacapuntas, estaba abarrotada. Hemos intentado acceder hasta el centro de la misma, pero nos ha resultado materialmente imposible, así que nos hemos tenido que conformar con ver el partido desde un lateral, con una farola en medio que a veces nos impedía seguir con claridad el desarrollo del choque. Hay que decir que tanto Javi como yo nos sentíamos un poco los Cañizares de Colón, puesto que lo que abundaba allí eran fundamentalmente chavales de unos 17 años, frente a nuestra edad, un poco más adulta. El calor era insoportable, a esas horas el sol todavía pegaba con fuerza, y la muchedumbre no ayudaba a que corriera el viento. Había pasado solamente media hora y mi camiseta de Futre estaba ya empapada en sudor. Hemos pasado el tiempo como hemos podido hasta el comienzo, con cánticos de "A por ellos" (que Javi y yo conseguimos que a nuestro alrededor se cantase "a por ellas"), "este partido lo vamos a ganar" y similares. Hasta que comenzó el partido. Lo cierto es que no era el mejor sitio para poder ver un encuentro de fútbol, entre empujones, gritos, brazos que se levantan y no dejan ver, no es fácil seguir el desarrollo del juego. No obstante, tardamos poco en darnos cuenta de que no iba a ser un partido sencillo. Francia estaba muy bien plantada en el campo, y el equipo español no era capaz de abrir su defensa. Solamente un penalty cometido sobre Pablo y ejecutado por "el guaje" Villa pudo adelantarnos. Pero España no creaba peligro. Francia tampoco. Pero el equipo galo es perro viejo, y conocedor de partidos de esta índole, y sabía perfectamente que tarde o temprano lograrían romper el fuera de juego en el que estaba cayendo constantemente Henry. Así fue, y poco antes del descanso, Ribery puso el empate. La cosa se ponía difícil. En el intermedio, se oyeron todo tipo de consignas en la plaza, si bien el ambiente era más frío, quizás contagiado por lo que estaba sucediendo en Alemania. La segunda parte fue más de lo mismo, España intentando crear juego, pero sin lograrlo. Hasta que en el saque de una falta (una falta inexistente, por cierto, de Puyol a Henry), Patrick Vieira conseguía adelantar al equipo francés. Y para casa. Ni aunque hubiéramos estado jugando tres días habríamos conseguido marcarle un gol a Barthez. El resto del partido sólo sirvió para que Zidane mandara callar con su gol a todos los que decían que estaba acabado. Yo incluído (y lo sigo pensando, que conste).

Una decepción más para este país acostumbrado a ver cómo mundial tras mundial, eurocopa tras eurocopa, hace un papel discreto, de segundón. Aún así, mundial tras mundial, eurocopa tras eurocopa, nos ilusionamos y pensamos que esta vez es la buena. Quizás cuando realmente pensemos que somos un equipo segundón y sin aspiraciones sea cuando nos llevemos la sorpresa. Hasta entonces, seguiremos llevándonos chascos como el de hoy.

26.6.06

Tanta gloria lleves como paz dejas

Esta semana empieza una nueva etapa en mi trabajo. Se ha ido el jefe de mi jefe. Una persona que es capaz de pegarse con el cliente y conseguir cosas inimaginables. Pero también una persona que es incapaz de dar los buenos días a pesar de encontrarse a un metro de distancia de otra. La semana pasada fue particularmente tensa por su culpa, y por el odio que le tiene al que es mi jefe, simple y llanamente porque éste no ha querido pasar por el aro y reírle las gracias. Se ha dedicado a lanzar rumores sobre nosotros, los técnicos, que supuestamente nos hemos quejado sobre el que es nuestro superior, algo a todas luces impensable e imposible. También se han oído supuestas quejas del cliente (Dia), algo que mi propio jefe se ha encargado personalmente de comprobar. Algo que, por supuesto, era mentira.

En mi grupo existe una gran relación entre los técnicos y el jefe. No sería la primera vez que si tenemos algo que decir, lo hagamos a la cara, y no recurriendo a terceras personas. Ya somos mayorcitos para andar chivándonos de según qué cosas. Cuando alguno tiene un problema, los demás le echan un cable en la medida de sus posibilidades, supliéndole, haciendo por él una guardia un sábado, y cosas similares. Somos, lo que se dice comúnmente, una piña. Por eso me parece raro que alguien pretenda desestabilizarnos desde dentro, que quiera crear una desconfianza y un mal rollo entre nosotros que nunca hemos tenido. Nunca. Los malos rollos los reservábamos para el jefe de mi jefe. Para ese que nos ridiculizó una vez registrándonos los coches de empresa para ver lo que encontraba, y exhibiéndose ante los demás jefes de grupo como si de un pavo real se tratase de cómo nos había toreado. Ese que despidió a un compañero de un día para otro, sin comunicárselo a nadie (ni siquiera a nuestro jefe, que para algo se supone que es nuestro superior directo). Ese que hace que te sientas examinado cada vez que hablas con él, lo que supone que uno deba pensar muy bien qué palabras utiliza para no ser crucificado. Ese que te habla por encima del hombro y sólo cuando necesita algo de ti. El resto del tiempo, no existimos. Y muchas cosas más que no me apetece recordar.

De todo corazón le deseo que le vaya bien. Mejor que bien, incluso. Que le vaya inmejorablemente bien. Que le vaya tan bien que no vuelva.

24.6.06

Aguante Argentina

Durante estos días es complicado mantenerse al margen de la Copa del Mundo de fútbol que se está disputando en Alemania, especialmente si, como en mi caso, uno no pretende dejar de verlo. En los diversos partidos se puede ver de todo, tanto futbolísticamente hablando, como si nos fijamos en los espectadores que acuden al campo, con las más pintorescas vestimentas, colores y demás. Pero si hay una afición que siempre me ha generado cierta envidia es la argentina, sin duda. Ellos sienten como pocos la selección, que en ese país sí que es "el equipo de todos". Allí no importa si un futbolista es de River, de Boca, de San Lorenzo o de Independiente, lo primordial es que es de Argentina. Algo impensable en España, donde los madridistas atacan a Fernando Torres, los atléticos a Raúl, etc.

Si unimos esa pasión con la facilidad con que los argentinos hacen anuncios para televisión, tendremos cosas como las que pongo a continuación:




Después de ver el primero, lo que no me queda del todo claro es qué hace el bigote de Carod-Rovira animando a Argentina.

17.6.06

Despertares

Si hace unos días contaba un brusco despertar por obra y gracia de la taladradora de turno, hoy, sábado, tampoco ha estado mal. Eran las diez de la mañana, y se ha oído claramente una especie de explosión, más fuerte que un simple petardo y no tanto como una bomba o similar. Mi primer pensamiento ha sido el de blasfemar contra aquel o aquellos que se dedican a tirar artefactos pirotécnicos a tan temprana hora un sábado y que me ha impedido continuar con mi (¿merecido?) descanso, dado que tras el susto recibido no iba a ser tarea fácil volver a conciliar el sueño nuevamente. Así que no me ha quedado otro remedio que levantarme.

Deambulaba por la casa cuando unos pocos minutos después se ha podido escuchar la sirena de los bomberos, que cesó en las inmediaciones de mi hogar, dulce hogar. Ahí ha sido cuando mis dotes detectivescas han deducido hábilmente que algo había pasado, y que la visita de los bomberos estaba directamente relacionada con la explosión que me había hecho caerme de la cama sobresaltado momentos antes. Así que, muy decidido yo, he empezado a subir las persianas de mi habitación para comprobar lo sucedido, siempre en la medida de lo posible. Medida, por cierto, insuficiente, dado que el bloque de enfrente me impedía ver cuál era el foco de la columna de humo negro que llenaba la calle. Algunos vecinos se arremolinaban sobre la puerta del jardín, comentando la jugada, unos más nerviosos que otros, mientras se escuchaba perfectamente a los bomberos realizando su labor de extinguir el fuego. No obstante, mi naturaleza cotilla, en contra de lo que pudiera parecer, no me ha hecho bajar para integrarme en el grupo de vecinos que contemplaban la escena y enterarme así de lo sucedido.

Total, para ver un Peugeot 205 quemado en la calle no hace falta coordinarse con los bomberos, dado que han dejado el vehículo donde estaba, quizás para que los vecinos menos curiosos tengan tiempo de ver lo que ha pasado en su barrio mientras ellos estaban tranquilamente en sus respectivas casas.

5.6.06

Día de descanso


Día de descanso. 24 horas sin nada que hacer. Así definía La Pareja basura un domingo cualquiera en uno de sus desternillantes capítulos. Y así definiría yo el día de hoy, lunes, en el que por suerte o por desgracia, no me toca ir a trabajar. Ayer, aprovechando la coyuntura, salí a dar una vuelta por la noche, aunque tampoco llegara muy tarde. Total, hoy no tenía que madrugar... o eso pensaba yo.

A las ocho y media de la mañana, siete y media en Canarias, los señores de la foto se han puesto a taladrar y martillear el suelo con ese afán destructivo que les caracteriza, llenando todo el barrio con su implacable ritmo. La cosa no pasaría de ser una obra más en esta capital que tenemos en la actualidad, si no fuera porque esa misma acera la levantaron hace unos meses, y la cerraron. Parecía que había terminado nuestra pesadilla, pero hemos comprobado que eso está muy lejos de suceder. Lo gracioso de todo esto es que a las diez pararán para irse a desayunar, una vez que hayan despertado a todos los ociosos que en el barrio pueda haber hoy.

La semana pasada, en la que se repitió la historia, una amiga me preguntó: "Ah, ¿pero también tienes tú una taladradora debajo de tu casa?". La respuesta, al más puro estilo gallego, salió sola: "¿Conoces algún madrileño que no la tenga?".

1.6.06

Un hoax

Hace unos meses escribí acerca de los hoax que todos recibimos en el correo y que nos advierten de un montón de posibles catástrofes y cuya solución pasa por reenviar ese mensaje. Hoy he recibido el que transcribo a continuación, que por su cutrez me ha hecho especial gracia, y debería ser reenviado simplemente para echarse unas risas. Me he permitido hacer algún comentario después de alguna frase, que es lo que he pensado cuando lo he leído:

HOLA POR FAVOR LEE ESTO!! HEY NOSOTROS SOMOS ANDY Y JOHN - molaría más que fuesen Andy y Lucas - LOS DIRECTORES DE MSN PERDON POR LA INTERRUPCION - nada, hombre, si sólo estaba mirando el correo - PERO MESSENGER SE CERRARA ESTO ES PORQUE MUCHAS PERSONAS DESCONSIDERADAS TIENEN VARIAS CUENTAS DIFERENTES - si es que de desalmados anda el mundo lleno - NOSOTROS SOLO TENEMOS 578 NOMBRES LIBRES.SI QUIERES QUE CERREMOS TU CUENTA NO MANDES ESTE
MENSAJE, PERO SI QUIERES CONSERVARLA ENTONCES MANDA ESTE MENSAJE A TODOS TUS CONTACTOS.ESTO NO ES UNA BROMA - ¿no? Pues yo me estoy partiendo de risa - MANDAALO, GRACIAS. EL USO DE MSN Y HOTMAIL TENDRA UN COSTO EN EL VERANO DEL 2006 SI MANDAS ESTE MENSAJE A 18 PERSONAS DIFERENTES DE TU LISTA TU ICONO SE VOLVERA AZUL - ¿y si se lo mando 18 veces a la misma persona, se me volverá amarillo? - LO QUE SIGNIFICA QUE SERA GRATIS PARA TI. SI NO ME CREES VE A (WWW.MSN.COM) Y VELO POR TI MISMO NO REENVIES ESTE MENSAJE COPIALO Y PEGALO EN UNO NUEVO, PARA QUE LAS PERSONAS PUEDAN LEERLO - ¿Y si quiero que lo lean los perros, cómo lo hago?


Por cierto, si a alguno le da por visitar la página de msn, como amablemente nos dicen sus directores y encuentra el aviso ese, que lo diga, porque yo soy incapaz.

30.5.06

S'a muerto el Fary

C: S'a muerto el Fary.
F: ¡¡¿¿QUÉEEEEE??!! ¡¡¿¿Ese insigne y polifacético cantante de tonadillas español??!!
C: No, hombre no. El científico.
F: Ah, bueno, que le den por culo. Me habías asustado.



Este extracto de un sketch de los hilarantes Faemino y Cansado resume a la perfección el sentimiento de este país, en el que un empeoramiento de salud de la tonadillera Rocío Jurado tiene prácticamente el mismo tratamiento que el de un Jefe de Estado. Todos los noticiarios abren con el estado de salud de la Jurado, cómo está su familia, las reacciones de los conocidos.... y eso que no ha muerto.

Hace unos meses, cuando falleció la también cantante Rocío Dúrcal, las televisiones nos deleitaban prácticamente las 24 horas con las noticias referentes a ello. Opiniones de los asistentes al entierro, de la familia, continuas muestras de apoyo de los curiosos que por allí pasaban. Se transformó algo realmente serio y doloroso para algunas personas en un circo, en un intento sensacionalista de sacar imágenes de la familia destrozada, de ver el dolor de la gente que realmente conocía y quería a la fallecida.

Y eso es lo que me resulta más curioso de todo esto. La hipocresía de la gente adquiere su punto álgido cuando la muerte anda cerca. Todos aquellos que criticaban a la Jurado por múltiples motivos, con más o menos fundamento, se tornarán a la hora de su muerte en devotos de la tonadillera, llorarán su ausencia, dirán que era una gran persona... Cuando en vida no la aguantaban.

28.5.06

¿Amo a Laura?

Creo que a estas alturas de la película son muy pocos, o puede que ninguno, los que no se hayan deleitado con la bonita canción de amor y respeto a Laura. Aquí viene el contrapunto. Laura la viciosa:

27.5.06

El tapicero, señora

¿Quién no ha escuchado alguna vez la cantinela del tapicero? Esa que nos atormenta los sábados por la mañana (no sé si el resto de la semana también, no estoy en casa para averiguarlo) y que nos ofrecen tapizarnos "sillones, tresillos, mecedoras, descalzadoras y toda clase de muebles que tenga en mal estado. No deje pasar esta oportunidad: el tapicero en su propio domicilio".

Hace unos años teníamos unos sillones orejeros en el salón que pedían a gritos ser tapizados, por lo que cuando escuchamos el sugerente anuncio en la calle, no lo dudamos un instante. Mi padre bajó raudo y veloz a buscar la furgoneta que emitía el mensaje para invitarles a que vinieran a nuestro propio domicilio. Cuando volvió, pocos minutos después, empezó a abrir todas las ventanas de la casa ante la atónita mirada de dos de sus hijos, en este caso Su y un servidor. Después nos invitó a poner en funcionamiento todos los ambientadores de la casa, algo que nos llevó poco tiempo, por otro lado, dado que no disponíamos de ninguno. El caso es que cuando vino el "tapicero, señora" a nuestro propio domicilio, comprendimos al instante la preocupación de mi padre. Digamos que antes de ver al "tapicero, señora", lo olimos.

Hasta que entró en nuestro propio domicilio. Lo primero que hizo fue presentarse. Su nombre resultó ser Aníbal. "Como el de los cuarenta ladrones", nos dijo. Mal presagio si está intentando vender algo. Mi padre, con su habitual tono socarrón, le dijo que esperaba que no trabajara con cuarenta compañeros, a lo que el "tapicero, señora" respondió que no, "nosotros sólo semos siete". La cosa no pasó a mayores, ante los intentos de aguantar la risa de mi hermana. Y los míos, para qué negarlo. Se llevó los dos sillones y los traería una semana después. Tiempo más que suficiente para saquear las tiendas de la zona de toda clase de ambientadores para la casa que pudimos encontrar, pues Aníbal nos la había ambientado... a su manera.

Hoy, nuevamente, he vuelto a escuchar la cantinela del "tapicero, señora". Y, desde entonces, cada vez que la oigo, me acuerdo de Aníbal. Y de los cuarenta ladrones.

12.5.06

Alf Poier

Este tipo fue el representante de Austria en la edición de 2003 del Festival de Eurovisión, celebrada en Riga, donde terminó en sexta posición. A mi juicio, debió quedar mucho más arriba:



La traducción de la letra de la canción, y no es broma, es la siguiente:

PORQUE EL HOMBRE CUENTA
(El hombre es la medida de todo)



Me gustan mucho los animales de esta Tierra,
pero los que prefiero son las liebres y los osos.
Los pájaros y los escarabajos se mueren pronto.
Adán está en su cama y se reproduce con Eva.

Los conejos viven en el bosque,
los gatos en la pradera
Y las cucarachas viven bajo las tejas.

Los conejitos tienen narices pequeñas
y las gatitas garras suaves,
y a la señora Holle le gusta la lana del dromedario africano.

La diferencia entre animales, entre monos y entre primates
no es más grande que entre los fideos y la pasta
Pero quien quiera saber más sobre los animales
debe estudiar biología o informarse en mi página web.
Algunos animales tiene alas y otros tienen aletas,
unos viven al aire libre y otros en latas.

Los conejitos tienen narices pequeñas
y las gatitas garras suaves,
y a la señora Holle le gusta la lana del dromedario africano.

10.5.06

Inseguridad vial


Fernando Alonso ha estado hoy en la X edición del Programa Renault de Educación Vial. Allí, además de repartir los premios correspondientes a los colegios ganadores, ha estado dando consejos acerca de cómo llevar una conducción más responsable y segura.

¿Y no podía Renault haber escogido a otra persona para dar esos consejos? Porque lo han hecho con un tipo que se gana la vida yendo con su coche a 300 kilómetros por hora, que efectúa adelantamientos por la derecha, que no guarda la distancia de seguridad, que protagoniza piques con otros conductores, que le cierra el camino al que viene detrás y pretende adelantarle, que echa gasolina y se va sin pagar... El día que llegue finalmente el carnet por puntos, me sé de uno al que no le va a durar ni cinco minutos.

7.5.06

Dogma


Interesante película de Kevin Smith, en la que se hace un repaso al mundo de la religión católica y su Iglesia en la que ambas salen ciertamente malparadas, al ser cuestionados algunos dogmas de fe, algo que los católicos tienen como verdad indudable. La acción comienza en Wisconsin, donde dos ángeles caídos interpretados por Matt Damon y Ben Affleck, viven desterrados eternamente del Paraíso. Allí descubren una forma de volver al Cielo, algo que ambos desean fervientemente. Una iglesia en Nueva Jersey ofrece el perdón de todos los pecados única y exclusivamente al entrar por el arco de su puerta, por lo que sólo tienen que ir allí, perder sus alas convirtiéndose así en humanos, entrar en la iglesia y a continuación, morir. De esa manera, con el alma limpia, indudablemente volverían al Cielo. El único inconveniente es que al hacerlo, destruirán el Universo conocido. Así pues, Metatrón, un más que irreverente Alan Rickman decide pedir ayuda al último descendiente de Jesús, una trabajadora de una clínica donde se llevan a cabo abortos con una fuerte crisis de fe, para que evite la catástrofe.

Este es, a grosso modo, el argumento del film, que a pesar de su aparente irreverencia, esconde profundas reflexiones acerca de las distintas religiones y los fanatismos, que llevan a los hombres a realizar actos muy alejados de lo que en principio dictan esas religiones. Pero lamentablemente, la película siempre levantará ampollas entre los católicos, incapaces de ver más allá y de valorar lo que realmente es el mensaje que intenta transmitir el bueno de Kevin Smith, y sólo se fijarán en matices superficiales, como el hecho de que sea la cantante Alanis Morissette la encargada de encarnar al mismísimo Dios.

4.5.06

La fauna del Calderón

En un estadio de fútbol tiene cabida todo tipo de gente: impresentables, personas educadas, críticos con su equipo, personas a las que les ciegan los colores y un larguísimo etcétera, que se hace más largo cuanto más grande sea el estadio y más espectadores quepan en él. Durante los años que he estado abonado (a Dios pongo por testigo que este año es el último) al Atleti, me he encontrado con todo tipo de gente peculiar. Algunos de ellos son:

El culto: Lo conocimos durante la etapa en Segunda División del Atleti. Al término de un partido, y mientras todos bajábamos las escaleras para encaminarnos a nuestras respectivas casas, nos fijamos en un tipo que combinaba a la perfección las acciones de descender sin tropezar y leer ávidamente un libro, suponemos que muy interesante. El tipo en sí ya resultaba peculiar por su mero aspecto físico: gordo, con camiseta de tirantes y pantalones cortos, amén de un importante bigote, que le proferían más aspecto de un turista alemán que de un fiel seguidor del Atleti. Ahí no se quedó la cosa, puesto que la naturaleza guasona de mi señor padre, que iba conmigo, le hizo adelantar posiciones entre la muchedumbre para tratar de averiguar el libro que tenía tan sumamente abstraído al hombre en cuestión en una zona tan poco común como las escaleras del Vicente Calderón. Poco rato después, volvió con una sonrisa en la boca con el resultado de su investigación. Se trataba de una novela del oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Ahí es nada.

El loco: No sé a ciencia cierta a qué es debido exactamente, pero mi amigo Toño y yo, juntos o por separado, tenemos un imán para la gente rara, loca y similares. Tras un interesantísimo partido frente al Racing de Ferrol no exento de cierta polémica en los minutos finales, nos dirigíamos a la escalera. Eso sí, sin libro en la mano. De camino hacia ella, había un señor mayor, de unos 60 años dando rienda suelta a su furia en forma de protestas hacia el árbitro, mientras todo el mundo pasaba a su lado ignorándole y siendo ignorado. Hasta que llegamos Toño y yo, y se puso a preguntarnos (póngase voz de gangoso al leer esto): "¿Por qué ha anulado el gol?". Mi memoria, que nunca ha sido del todo mala, no alcanzaba a recordar ningún gol anulado, y sí una gran parada del portero en la línea de gol en los instantes finales del encuentro. Le dije educadamente que no había habido ningún gol anulado, a lo que él se encendió más y dijo que sí, que por qué lo había anulado (con voz de gangoso nuevamente). Toño y yo comprendimos que la cosa sólo podía escapársenos de las manos, así que al grito de que el árbitro es un cabrón, salimos huyendo del señor.

Los fans de Stankovic: Los que más juego nos dieron durante el periplo en Segunda del equipo. Dos chavales que se sentaban detrás nuestro, de unos 17 años, pesados como ellos solos, que no callaban ni debajo del agua y que no dejaban de criticar al jugador yugoslavo Stankovic. Cuando dicho jugador hacía alguna cosa bien, mi compañero de fatigas y yo lo ensalzábamos para tocar las narices, aunque ellos seguían a lo suyo sin hacernos ni caso. Hasta que un día recurrimos a la artillería pesada: mi padre. Se había mantenido al margen de nuestra disputa un buen rato, pero al final, cansado como nosotros de lo pesados que se ponían con el pobre Stankovic, después de una jugada que hizo el futbolista balcánico, se levantó y, girándose hacia donde se sentaban ellos y mirándoles fijamente, de hecho, empezó a gritar: "¡Qué bueno es Stankovic, es el único que sabe aquí!". No volvieron a criticarle.

30.4.06

Anuncios hirientes: Renault Kangoo

Si algo está de moda en los últimos tiempos es recurrir a futbolistas o a gente relacionada con el fútbol para anunciar prácticamente cualquier cosa (se me viene a la mente Pelé anunciando viagra). Está claro que, para bien o para mal, son las personas que más atención y expectación levantan entre los consumidores, por delante incluso de hollywoodienses actores y/o actrices. Y hay anuncios de todo tipo: simpáticos, absurdos, currados, cutres... Pero si hay alguno que a mí particularmente me cabrea es el de Renault Kangoo.

La cosa empezó con cierta gracia, cuando dicho vehículo patrocinaba un espacio televisivo, includo en un programa de fútbol, llamado "Las mejores jugadas" (el espacio, no el programa entero). En esos anuncios, salía primero Diego Pablo Simeone, jugador del Atlético de Madrid por aquel entonces, a quien dejaban tirado en mitad de un bosque, mientras un narrador decía algo como "Renault Kangoo ha llevado a Simeone a un bosque alejado de los terrenos de juego para que no estropee las mejores jugadas". Más tarde repetirían la operación con Rafa Guerrero, con la misma leyenda.

Pero los publicistas quisieron ir más allá, y entonces la tomaron con un futbolista que no tuvo un paso demasiado afortunado por nuestro país: el tren Valencia, aquel futbolista que fue reiteradamente insultado por el ahora recordado como una bella persona Jesús Gil. En este anuncio, el ex-futbolista colombiano se dedica a vender un videojuego protagonizado por él mismo en el cual aparece un jugador negro, bastante más orondo que Ronaldo (que ya es decir) fallando una clamorosa ocasión de gol y tropezándose con una valla de publicidad. Y eso lo vendía el tren, no a cambio de dinero, como todo hijo de vecino, sino de un simple bocadillo. Todo ello para anunciar una furgoneta, diciendo que si alguien cree en su propio negocio, la Renault Kangoo es su coche.

Más tarde, los mismos publicistas la tomaron con otro ex-jugador de color que tampoco destacó en nuestro país: Emmanuel Amunike, ridiculizándole de igual manera bajo su propio consentimiento, pues era el propio ex-futolista del Barcelona el que prestaba su imagen. Ambos anuncios han gozado de una gran acogida en este país, y es común escuchar a alguien tarareando la musiquita de cualquiera de los dos.

Pero a mí me parecen los dos una gran falta de respeto para ambos futbolistas, ya que habría que diferenciar los conceptos "reírse con alguien" y "reírse de alguien". Muchos esgrimirán que hay que aprender a reírse de uno mismo, pero eso es precisamente lo que hacían Simeone y Rafa Guerrero en la primera versión. Lo que no me explico es que tanto el colombiano como el nigeriano se hayan prestado para la realización de esa publicidad. Es de suponer que ambos estarán necesitados de dinero, lo cual es curioso, teniendo en cuenta los sueldos que tenían como futbolistas, muy superiores al de cualquiera de nosotros, simples mortales.

Me sorprende que con la moda existente ahora de perseguir todo lo que mínimamente huela a racismo no se haya dicho nada de estos anuncios. Al fin y al cabo, es una sutil manera de llamarles "muertos de hambre".

Descubriendo a Tom Petty

Actualmente, los medios de comunicación, radio y televisión especialmente, nos bombardean continuamente con las nuevas apariciones en cuanto a música se refiere. Cuando un artista (y como artista aceptaremos en esta ocasión a gente como Bisbal y/o Bustamante) lanza al mercado un nuevo disco, inmediatamente el anterior queda obsoleto y anticuado. Hasta cierto punto es lógico, pues casi todas esas emisoras viven de lo que las discográficas les paga para que pinchen esas novedades, con el sano propósito de enriquecerse ellos.

Pero todo ello tiene un problema. Hay grupos que desarrollaron la mayor parte de su carrera musical hace años, y por tanto con este sistema de difusión caen inevitablemente en el olvido. Y son grupos que merecen la pena, especialmente si los comparamos con gran parte de los actuales, que dicho sea de paso, han mamado mucho de sus influencias en algunos casos. Pero eso no vende, que es lo que importa. Tal es el caso de Tom Petty, artista que sacó su primer disco en 1976, y que desde entonces ha estado danzando por este mundillo.



En Jerry Maguire, película de Cameron Crowe, suena una canción de Tom Petty, en la escena en la que Tom Cruise va conduciendo, escuchando música en la radio y cantando a pleno pulmón. También aparece en la banda sonora de Ella es única, de Edward Burns. De hecho, la banda sonora en sí es suya. Pero no he podido encontrar más oportunidades en las que escuchar al bueno de Tom. Ya sabemos que como no es un cantante guaperas, que se marque bailecitos en el escenario y vuelva locas a las niñas de dieciséis años, no interesa darle publicidad. No vende. Entonces, ¿qué tenemos que hacer los que no somos niñas de dieciséis años?

Por suerte está internet. Por suerte para nosotros y por desgracia para otros. Pero a mí me ha servido para poder bajarme la discografía de este hombre. Y como para algunas cosas soy un tanto obsesivo, ahora soy incapaz de escuchar otra cosa.

27.4.06

Qué mala es la envidia

Ayer el Barça logró clasificarse para la final de la máxima competición continental, la Liga de Campeones. Y lo ha conseguido después de hacer una competición impecable, en la que aún está invicto, algo al alcance de muy pocos. Ayer, tras un intenso y emocionante partido, a pesar del resultado, obtuvo ese pase a la final.

Pero hubo una jugada polémica en un gol que consiguió el equipo italiano y que fue anulado por el árbitro, el alemán Markus Merk (aunque pitó antes del remate del ukraniano Shevchenko, por lo que no es estrictamente un gol anulado). Y es curioso cómo en la televisión de Madrid, al hacer el resumen de esta interesante semifinal, por supuesto, tras haber hablado largo y tendido de la actualidad del Real Madrid, solamente sacan imágenes de esa jugada. Y es que, cuando uno hace las cosas mal, el único consuelo que le queda es quejarse de que, el que las hace bien, recibe ayudas externas. Y luego dirán que es envidia sana.

22.4.06

Tonterías de un viernes por la noche

Esta noche, mientras tomaba una nutritiva cena consistente en unas salchichas aderezadas con salsa de tomate (nunca ketchup), me he sorprendido a mí mismo sintonizando Telemadrid y tragándome lo que allí estaban dando. Una película que en ningún caso se me había pasado por la cabeza ver: A todo gas 2. No era una mala elección, teniendo en cuenta que en los otros canales nos estaban deleitando con maravillas del calibre de Dónde estás corazón, por lo que la opción del cine se me ha hecho la más apetecible.

Las películas de acción, a poco que estén bien hechas, tienen la capacidad de enganchar al que la esté viendo y resultar, cuanto menos, entretenidas. El argumento, en muchos casos es lo de menos. Aquí, dos tipos se infiltran para trabajar para un mafioso malo malísimo, casualmente con nombre italiano, y ayudar a la policía, a los federales y casi también a la guardia civil a detenerle. Todo ello única y exclusivamente para mostrarnos un sinfín de carreras con coches trucados, virajes imposibles, temibles adelantamientos.... Quizás sea eso lo que me ha invitado a verla, dado que últimamente ando yo tan rodeado de coches (de empresa, eso sí, y Opel Corsa y Peugeot 206 en su mayoría, que no tienen tanto glamour ni corren tanto). Pero lo peor no ha sido nada de eso. Lo peor ha venido cuando este maravilloso canal nos ha deleitado con uno de esos interminables bloques de publicidad a los que tan acostumbrados nos tienen las cadenas de este país.

Y ahí es cuando he entrado en mi disyuntiva particular. ¿Me voy a la cama, dado que mañana madrugo pues tengo que trabajar, o me quedo a ver cómo termina todo esto? He optado por la segunda opción, pues no me gusta dejar las películas a medias. Es una lástima que nos hayamos acostumbrado de esta manera a que nos corten los programas que estamos viendo para intentar vendernos coches, maquinillas de afeitar o perfumes, pero ha llegado ya a unos límites en los que ponen películas en mitad de los anuncios. Y luego se sorprenden de la piratería.

18.4.06

Laurita

Laurita (la chica del papel higiénico serigrafiado) es la mejor amiga de la Malandrina, que de esa manera me la presentó. Fue una presentación virtual, dado que los malpensados dirán que estábamos en tres naciones distintas (una en Londres, otro en Madrid y la tercera en Manresa), y mantuvimos, gracias a las nuevas tecnologías, un interesante y puede que un tanto absurdo diálogo. No obstante, cuando tuvimos la primera conversación a solas, no empezamos (o empecemos, como se prefiera) con buen pie, en gran parte debido a mi gran capacidad de meter la pata en ciertos momentos con comentarios que, sin llevar mala intención implícita, sí pueden resultar fuera de lugar. Pero pronto pudo comprobar que al fin y al cabo, no soy tan mal tipo después de todo.

Después de varios meses hablando prácticamente a diario, de conversaciones más o menos trascendentes, convirtióse en una gran amiga. Tiene una gran capacidad para escuchar, y posee una virtud tan en desuso en estos días: se interesa realmente por lo que les pasa a sus amigos.

Como no podía ser de otra manera, en uno de mis viajes a la Ciudad Condal para visitar a mis egregios hermanos, la conocí. Y, a pesar de otro de esos inoportunos comentarios del que escribe esto, puedo decir que la experiencia mereció la pena y desde entonces estoy pensando en repetirla. Antes de que se arrepienta.

30.3.06

Opá, yo viacé un corrá

Vistas las horteradas que año tras año nos bombardean como "canción del verano", yo voy a proponer esta. Sin duda, mucho más simpática, aparte de que es igualmente pegadiza.

26.3.06

Campeones


Hace nueve años un grupo de amigos decidimos montar un equipillo de fútbol sala para hacer un poco de deporte los domingos por la mañana. Ya sólo su nombre (La Mirada de Ulises) resultaba peculiar y era una muestra fiel de la intención que teníamos: pasarlo bien. Y eso lo hemos logrado, en mayor o menor medida durante este tiempo. Ganáramos o perdiéramos, el ritual era ir siempre a "Juanito" a tomarnos unas cervezas, unas Coca-Colas o, durante un tiempo, unos mostos. Siempre procurando mantener un buen ambiente, echarnos unas risas con esos compañeros que, poco a poco, se fueron convirtiendo en grandes amigos. Mi hermano, también parte integrante del equipo durante su estancia en Madrid, se erigió como Míster del mismo, aún sin tener la más mínima idea de cómo llevarla a cabo, como demostró en más de una ocasión (célebre es la frase que dijo en un tiempo muerto: "Tenemos que remontar, pero no tengo ni idea de cómo hacerlo"). Muchos buenos ratos hemos pasado gracias a estos partidos, gracias a este equipo.

Hoy, la Mirada llegaba a la última jornada como líder. Jugábamos contra el segundo clasificado, al que aventajábamos en un punto, por lo que una victoria o empate nos daba el título de liga. Y así ha sucedido, 2-2 ha sido el resultado final. Y por primera vez, y quién sabe si por última, La Mirada de Ulises es campeón de liga. Suena bien. Tanto que aún me parece extraño.




Edito para poner la clasificación final que por fin ha aparecido en la web de Marca.

25.3.06

Y pare Madrid

Conocido es por todos, o por muchos por lo menos, lo recurrente que es componer canciones sobre Madrid para los artistas que viven en esta ciudad. Casi todas ellas coinciden en la relación amor-odio que se tiene con la capital, cada uno a su manera. Pero la que más me ha gustado es una que ha sacado el grupo Sínkope (que son extremeños, por cierto) en su último disco, y que realiza una radiografía fiel de lo que es la vida en esta ciudad.

Corre la fría noche
buscando el calor del día
el silencio se desmonta en un momento.
Advierten negras nubes
que el sol hoy no madrugue
y puede que la lluvia esté presente.
Se despierta la gente, su ajetreo y su rutina
y a la vuelta de la esquina amanece.
Saluda la mañana y las calles se acicalan
y el trasiego de la vida nos ofrece
avenidas invadidas por motores
con sus ruidos, sus olores y adelantos.
Otro atasco, otro percance, otro borde,
otra obra y otro "Dónde coño aparco".
Abandonan sus barrios los hijos del salario
a montar el escenario de a diario.
Se cuajan las aceras, se desgastan y se operan
y abren mil trincheras entre andamios.
Y crece el reino del acero y el cemento
y el asfalto brota rápido en el campo.
Otro árbol derribado por el progreso
junto a un nido de chabolas de extrarradio.
Y vallas de publicidad que siempre nos venden algo
y otro centro comercial pa dar abasto.
Basura para aburrir producto del gasterío
y en el río todos los peces llevan casco.

Y pare Madrid, un montón de sueños para no dormir
empieza a rugir el movimiento.
Qué ir y venir hay en su piel y en sus adentros
vivir y morir, al mismo tiempo.
Y comercios y oficinas y mil putas sin esquinas
y la ronda habitual de los maderos.
Turistas pa los artistas del timo y el trapicheo
y en el barrio de Lavapiés caben las culturas del mundo entero.

Y pare Madrid, un montón de sueños para no dormir,
sueños para el de aquí y para el extranjero.
Y pare Madrid, riqueza, pobreza y todo un sinfín
de aventuras y aventureros.
Y pare Madrid, un montón de sueños para no dormir
y sin descanso corre el dinero
Y pare Madrid, historias y retos que digerir
vivir y morir al mismo tiempo.
Y pare Madrid, mientras tose el cielo.
Y pare Madrid, y ahora silba el viento.
Y pare Madrid.

Vergüenza


Vergüenza y asco. Cada vez florecen más esos sentimientos en mí cuando voy al Calderón. Y no es por el equipo, que aunque haga un partido mejor o peor, siempre será mi equipo. De un tiempo a esta parte, la afición, ésa que ha sido tildada en multitud de ocasiones como la mejor afición de España, no sin motivos para ello, se está convirtiendo en una afición bronca que va al campo a desahogarse violentamente y a sentirse fuerte en el anonimato de la multitud. Sé que son cuatro gatos, o al menos eso es lo que nos dicen desde "arriba", pero precisamente por ser un grupo tan minoritario, debería ser más fácil controlarlos. O eso se supone.

Porque quiero pensar que los que entraron hace un año en el entrenamiento del equipo a insultar y amenazar a los jugadores están identificados y no se les permite la entrada al campo. Porque quiero pensar que los que gritan a favor de la libertad de Ricardo Guerra están también identificados y controlados. Porque quiero pensar que desde el Club se trabaja para que los partidos se desarrollen en un clima de seguridad. Pero me encuentro con que un día, aquello que veíamos todos un poco lejano, tanto en la distancia como en el tiempo, como fue el lanzamiento de una botella de JB en el Camp Nou (entre otras muchas cosas) pasa en mi propio estadio. Me encuentro además con los insultos que recibe Andrés Palop, destinatario inicial de esa botella, al que por suerte no alcanzó, por llevársela al árbitro, en lugar de increpar al que la ha lanzado. Me encuentro con una lluvia de objetos que le caen al sevillista Martí en el mismo encuentro, por quitar con una sutileza y delicadeza ejemplares el ramo de flores que partido tras partido se coloca en uno de los corners del estadio y que le molestaban para realizar el saque de esquina con plena comodidad.

Y para colmo, me encuentro también con una irrisoria multa por parte del comité, que lo único que puede provocar es que los responsables de los lanzamientos vean que sus actos le cuestan al club cuatro duros y a ellos una notoriedad fuera de toda duda. Y nos dicen también que se va a proceder a identificar a los culpables. ¿Para qué? ¿No están identificados los que invadieron el campo de entrenamiento hace un año con actitud amenazante? ¿Se ha hecho algo al respecto?

Todo esto me hace estar cada día más desencantado con el fútbol y todo lo que lo rodea, y me quitan las ganas de volver a abonarme otro año. Cosa que terminaré haciendo porque, a pesar de todas estas cosas, sigue siendo mi Atleti, y eso está por encima de asesinos, fascistas y lanzadores de botellas.

20.3.06

¡Qué burla!

Era mediodía. Un soleado mediodía de octubre, y yo me disponía a irme a comer a mi casa tras un día de clase. Serían sobre las dos de la tarde, y a esa hora el sol inundaba de luz todo aquello que se encontraba a su paso. Entré en el portal, y vi a mi vecino de abajo, un señor mayor famoso en el barrio por su racanería, mirando en el buzón. Como quiera que el portal estaba oscuro, especialmente en comparación con la calle, decidí encender la luz para poder ver algo, y como soy una persona educada (al menos con 17 años lo era), esperé al anciano vecino con la puerta del ascensor abierta, cosa que él agradeció. Al menos eso quiero creer, puesto que lo primero que me dijo no fue "gracias", sino "¿Has encendido tú las luces del portal?". Ante mi respuesta afirmativa, volvió a preguntarme "¿por qué?". "Porque venía de la calle y, como el portal estaba oscuro, no veía nada" fue mi respuesta. "¿Tú no sabes que una encendida de éstas puede llegar a costar 5 ó 6 pesetas? Claro, a ti no te importa porque lo paga tu padre".

Ahí me dejó sin palabras, agaché la cabeza, en parte para evitar que me viera reírme si finalmente soltaba una carcajada y no dije nada más. Al llegar a mi casa, se lo conté a mi padre que, jocoso como es, decidió escribirle una carta de arrepentimiento en mi nombre al vecino en cuestión. Esta carta decía, textualmente:


Madrid, 13 de octubre de 1995

Estimado Sr. X:

Me quedé sorprendido, y después muy preocupado, cuando el otro día tan amablemente me reconvino por encender las luces del descansillo porque ello supone un gasto de 5 ó 6 pesetas que pagamos entre todos los vecinos. Como Vd. me indicó que, claro, que ése no es mi problema porque en mi caso lo paga mi papá, pues se lo conté cuando llegó ayer de viaje. Me reprochó el derroche que, según él, realiza mucha gente en la Plaza sin ton ni son.

Como mi papá estudió Ciencias Físicas, especialidad de Electricidad y Magnetismo, me dijo que iba a calcular lo gravoso de mi acto para con los vecinos del portal y actuó en consecuencia de esta forma (yo no entiendo muy bien los cálculos porque todavía estoy en BUP, aunque me gusta mucho la Física):

  • Precio del kW-hora según el recibo de la luz: 16.02 Pta
  • Período de encendido cuando se pulsa el botón: 2 minutos, o lo que es igual 1/30 horas.
  • 20 bombillas encendidas simultáneamente (suponiendo que no haya ninguna fundida, lo que a veces ocurre) de 40 W cada una, lo que da una potencia total de 800 W = 0.8 kW


Entonces hizo el siguiente cálculo para saber lo que cuesta encender tontamente las luces comunes:

(16.02 Pta x kW-hora) x 1/30 horas x 0.8 kW = 0.4272 Pta

Mi papá dice que, suponiendo que se repartiera por igual entre todos los propietarios de los pisos, que son 18, cada uno tiene que pagar:

0.4272 Pta / 18 vecinos = 0.02373 Pta

Es decir, más de 2 céntimos por encendido. Mi papá me dice que, aunque parezca poco, muchos pocos hacen un mucho, y que tendría que ver lo que supone eso durante un mes o un año, y que no lo vuelva a hacer.

Y yo no pienso volver a hacerlo, porque me remordería mucho la conciencia y sufriría bastante.

Un saludo



Una vez redactada, desafió mi hombría, en pleno apogeo debido a mi edad del pavo, con un "A que no tienes huevos de firmarla". Cosa que hice inmediatamente. Después de esto, bajé al portal y, tras escribir en un sobre el nombre del destinatario, lo introduje en su buzón.

Días más tarde, cuando volvía yo nuevamente de clase, miré el correo y me llevé una sorpresa. El mismo sobre que había dejado yo a mi vecino, me lo había devuelto, con la carta dentro, por supuesto, y con un mensaje escrito a mano por él mismo: "¡Qué burla! Tengo 87 años, me quedan pocos años de vida, jamás te volveré a decir nada".

6.3.06

Camera Cafe


Más de uno y más de dos habrá visto alguna vez esta serie que, aunque sea sencilla en su elaboración (una sola cámara situada en la máquina de café de una oficina), o precisamente por eso, resulta de una gran originalidad. Los personajes son de lo más variado, algunos de ellos muy comunes dentro de una empresa: Jesús Quesada, el responsable de ventas que por agenda utiliza los posavasos que se encuentra en los bares a los que lleva a sus clientes. Es el typical spanish, escaqueándose siempre que puede del trabajo, aprovechándose de los demás, subiéndose la cremallera del pantalón mientras sale del baño... Mari Carmen Cañizares, que al contrario que Jesús es una buena persona. Quizás por eso no cae tan bien dentro de la empresa. O quizás sea porque es alguien a quien podría definirse como friki, o por lo menos, peculiar. Es difícil tratar de definir un personaje como éste. Bernardo Marín, el amor platónico de Cañizares y contable de la empresa. Es como el empollón de la clase, que siempre recibe todas las bromas y las burlas. A sus cuarenta (y pico) años, sigue viviendo con su madre, por la que siente una veneración fuera de toda dudas. Julián Palacios, responsable de compras y enlace sindical. Es el compañero de vaguerías de Jesús, con el que trama todo tipo de bromas, cuyo destinatario suele ser Bernardo. Gregorio Antúnez, director de la empresa que trata en vano de que la gente trabaje y no se pase las horas en la máquina de café. Arturo Cañas, el chófer del presidente, una especie de nazi que sólo se lleva bien con Jesús y que no duda en menospreciar a todos los demás. Mónica Salazar, subdirectora de marketing, objeto de deseo de media oficina. Benito Avendaño, el aburrido guarda nocturno....

Estos personajes y algunos más conforman una de las series que más éxito está teniendo actualmente en la televisión de este país. En la página http://www.gestenfeiser.com/ hay una especie de diario escrito por el director del programa, aunque eso de diario es relativo, pues no se actualiza día a día, pero se pueden encontrar cosas curiosas que a los seguidores de la serie les hará gracia.

26.2.06

La espantada de Eto'o


Corría el minuto 75 del partido que en el estadio de La Romareda enfrentaba a los equipos del Zaragoza y el Barcelona. Desde el fondo sobre el que atacaba el equipo catalán se lanzaron gritos o insultos racistas cuyo destinatario no era otro que el camerunés Samuel Eto'o. Hasta aquí todo parece normal, o por lo menos, común a cualquier partido. Pero el jugador dijo que así no jugaba y se encaminó hacia la banda, con el propósito de abandonar el terreno de juego y el partido. Compañeros, jugadores del Zaragoza y el propio árbitro, trataron de convencerle de que siguiera jugando sin darle mayor importancia a esos gritos. Ronaldinho le dijo que tenían que demostrar que el fútbol es algo mucho más bonito que cuatro gritos. Finalmente el camerunés accedió, y volvió al terreno de juego, ante la bronca del público zaragocista.

¿Tan graves fueron esos gritos? En el fútbol, como en casi todos los aspectos de la vida, la gente suele seguir la máxima maquiavélica de que el fin justifica los medios, y que si hay algo en su mano para poder lograr los éxitos deseados, lo hará. Por eso se escuchan insultos racistas, porque desde los medios de comunicación nos están recordando constantemente lo tremendamente racista que es llamarle negro a un negro (lo políticamente correcto es llamarle "de color") y en el mucho daño que ello le puede hacer al jugador que es, ante todo, una persona. ¿Qué debe pensar al respecto el estonio Valery Karpin cuando en Riazor le desearon la muerte? ¿Qué debía pensar el madridista Míchel cuando en todos los campos le llamaban "maricón"? ¿Qué debe pensar Fernando Torres cuando en todos los campos el insulto más suave que recibe es el de "niñato"? ¿Qué pensará al respecto Pablo Alfaro cuando en todos los campos le tildan de asesino? Sé que alguno pensará que en este caso es cierto lo que le dice el público a Alfaro, pero ¿acaso es menos cierto que Eto'o es negro?

La fiebre de lo políticamente correcto que nos invade nos lleva a grandes incongruencias, como multar más gravemente un insulto racista que el lanzamiento de un petardo que pasa cerca del portero del equipo rival. Quizás, si ese portero hubiera sido negro....

25.2.06

Un viernes atípicamente típico

Precedente

Era un viernes. Era verano, o por lo menos primavera. Los componentes del grupo al que pertenezco dentro de mi empresa habíamos quedado para comer, algo que llevaba persiguiendo nuestro jefe desde hacía algún tiempo. Finalmente quedamos en el Parque Corredor, centro comercial situado por la zona de Torrejón de Ardoz, que tenía un amplio parking, necesario dado que todos iríamos con nuestro respectivo coche. La comida transcurrió dentro de los cauces de la normalidad de estos eventos, con sus risas y sus cachondeos. Finalmente, cuando estábamos en los postres, el jefe nos pidió atención a todos y nos preguntó: "¿Qué preferís, salir a hacer avisos (currar, vaya) o irnos a jugar a los bolos? La respuesta fue unánime, así que estuvimos toda la tarde intentando derribar bolos en lugar de intentando reparar impresoras.

Actualidad

Ayer era viernes. Cuando llegamos todos a la oficina, mi jefe nos dijo que había reunión. "Llevamos una semanita muy tranquila en cuanto a curro", empezó. "No sé cuánto va a durar, espero que lo máximo, pero he pensado que podíamos aprovechar para hacer otra comida hoy, así que id pensando un sitio donde podamos ir, y donde haya bolera, por supuesto".

Estupendo, otro viernes en el que no se trabaje por la tarde siempre es bien recibido, especialmente cuando no te lo esperas. Recibimos la instrucción de darnos toda la prisa que podamos con los avisos que teníamos para intentar dejar los menos posibles para la tarde, hecho imprescindible para disfrutar tranquilamente de la comida. A mí me mandan a dos tiendas, situadas en Fermín Caballero y en Juan Montalvo. A las doce de la mañana termino, y llamo a mi jefe, para que me mande a algún otro sitio si fuera necesario. "Vente para la oficina". Muestra inequívoca de que no hay nada. Todo marcha bien. Al llegar, me encuentro allí a dos compañeros más. Bien, bien, no están entrando avisos, mañana tranquilita.

Y dan las dos, teóricamente la hora en que terminamos nuestra jornada, y nos encontrábamos en la oficina casi todos, así que pensamos dónde ir. Y en eso estamos cuando se oye a mi jefe desde su ordenador: "Hala, a joderse, no hay comida". Han entrado doce avisos, así, del tirón. Efectivamente, no hubo comida y sí trabajo por la tarde. Después de estar haciéndonos ilusiones toda la mañana, se viene todo al traste en un momento. El gozo en un pozo, que se llama.

Conclusión

Hay un infiltrado en nuestro grupo que le va diciendo nuestros planes a Dia, y ellos se encargan de que no disfrutemos. Cuando pillemos al topo....

24.2.06

Y evoluciona el hombre

Se apuntala el planeta.
El sol se derrite, la luna se agrieta.
La lluvia destiñe.
Riñen el trueno y la tormenta.
Se extingue el aroma, la brisa se encierra,
los ríos son cloacas que se chuta la tierra.
Y el desierto avanza con la boca abierta,
nubes con corazas, la selva en macetas.

Y evoluciona el hombre:
conquista, construye y no respeta,
colecciona desastres que dejará de herencia.
Su justicia, su paz, su libertad
se ensucian, se negocian, se compran, se venden.
Estudios, trabajo, rutina perpetua
políticas de barro, religiones yermas.
Y guerras con sus negocios de cultivos de miseria
privilegios que tocan fondo y con odio se alimentan.
La razón pierde el control, la tragedia entra en escena
y corre la solución porque le apedrea el problema.
Dictaduras que duran y no se estropean
democracia con gracia, pues que no te vean.

La vida es un charco que un día cualquiera, sin más, se seca.
El tiempo, viejo y sabio, arruga sin piedad pellejo y conciencia.
La muerte eterna, puntual, de ventaja nos da una vida entera.
La puedes esquivar, pero al final nos besa.
Y otro peldaño de esta escalera
que son los años y lo que les cuelga.

Todo gira entorno al capital: fábrica de pobres.
La dulzura se hace amarga, y la verdad, ¿por qué se esconde?
La ciencia se vuelve a columpiar, la mente zozobra,
la virtud tiene defectos y a la amistad el interés le sobra.
Se cocina otro atraco a la entidad de los sueños rotos
y baila el jodido bienestar, sólo para unos pocos.
Y a los demás, penas y pan duro.
Y a los demás, que les den por culo.

(Sínkope)

23.2.06

Un hecho real... ¿y cotidiano?

Tres personas entran en una tienda de alimentación. Son dos chicas y un chico. Tras cruzar la puerta, los empleados de dicha tienda se fijan inmediatamente en ellos. Alguien del personal les sigue por los pasillos para vigilarlos, mientras pueden oírse comentarios en los que se escuchan las palabras "ladrones" y "robar". Los tres chicos, tras protestar e incluso encararse con una de las dependientas, se marchan, sin comprar (ni robar) nada.

Los tres chicos eran rumanos, lo cual les hace ser sospechosos de antemano. ¿Es justo que eso sea así? ¿Tenemos prejuicios contra estas personas o es que realmente son problemáticos por naturaleza?

18.2.06

El espíritu de Juanito


Durante toda esta semana los medios de información, especialmente los deportivos, nos han estado bombardeando con "el espíritu de Juanito" y la necesidad de invocarlo para remontar la eliminatoria que el Real Madrid tenía contra el Zaragoza tras el 6-1 encajado en el partido de ida.

Juanito, futbolista idolatrado en el club blanco, fue un jugador que destacó sobre todo, por el coraje que desarrollaba en el terreno de juego. Efectivamente, participó activamente en varias remontadas que el equipo protagonizó en la Copa de Europa, cuando traían a Chamartín un resultado adverso y le daban la vuelta. El madridismo le idolatra por eso.... y porque está muerto.

Como jugador fue sancionado sin poder participar dos años en Europa tras una eliminatoria contra el Grasshoppers suizo en la que agredió a un juez de línea. También fue conocido en el continente cuando le pisó la cabeza al alemán Lotthar Matthaus cuando éste se encontraba en el suelo, en un partido que el equipo merengue jugaba contra el Bayern de Munich en Alemania. En un encuentro contra Yugoslavia en Belgrado con la selección, en la que el combinado español estaba ganando al anfitrión dejándole de ese modo fuera del mundial de Argentina, se despidió del público, cuando fue sustituido por Dani, con los pulgares hacia abajo, a modo de recordatorio de que estaban perdiendo (hecho por el cual recibió un botellazo desde la grada que lo dejó inconsciente).

Juanito moría años después en un accidente de tráfico, y de ahí que el madridismo le haya subido a los altares como uno de sus mayores mitos. De él se ha dicho, una vez muerto por supuesto, que era una bellísima persona. La misma historia de siempre.

17.2.06

El arte de matar


Si el toro supiera lo que le aguarda antes de salir a la plaza, más que probablemente preferiría quedarse sin hacerlo, en la oscuridad de los toriles. Para empezar, le espera un señor con una capa (llamada comúnmente capote) para vacilarle un poco, tras lo cual sale otro señor encima de un caballo para clavarle una pica de considerables dimensiones en el lomo, lo que propiciará que se le abra una herida profunda y dolorosa, a la par que sangrante (algo evidente, por otro lado). Una vez concluido este acto, se procede al cambio de tercio, en el cual le serán clavadas, nuevamente en el lomo, un total de seis banderillas. Éstas, tienen la particularidad de compartir forma con los arpones que se utilizan con los tiburones, es decir, la parte que se clava es como una lengüeta de hierro. Ello supone que al clavarla, la banderilla entrará fácilmente, pero luego no sale de la misma manera, pues dicha lengüeta hará que se sujete dentro del cuerpo del animal, desgarrando, eso sí, cuando haga algún movimiento más o menos brusco. Es de suponer que tener clavada una banderilla de éstas, durante un rato debe ser particularmente doloroso, por lo que seis prefiero ni siquiera imaginármelo. Tras esto, que si se realiza bien arrancará aplausos entre la gente que haya ido a ver el espectáculo, viene la parte final, un señor con una capa parecida a la de antes, que se pone a vacilar nuevamente al toro. Pero claro, con una herida abierta por la pica, y con varias banderillas clavadas en el lomo, moviéndose y desgarrando a cada movimiento, no deben quedar muchas ganas de vaciles de ese tipo. Así estará un rato, tras el cual, el señor de la capa, intentará poner fin a la agonía del animal clavándole una espada, cómo no, en el lomo. Todo ello dura aproximadamente unos veinte minutos, y es considerado un arte por muchos.

¿De verdad matar debe ser considerado un arte? Nunca he entendido que ver la agonía de un animal pueda ser denominado de tal manera. Para defender el toreo he leído u oído estupideces tales como que es una lucha entre la inteligencia y la fuerza. La inteligencia, supuestamente, la representa el hombre (lo digo por eliminación, puesto que un toro es mucho más fuerte). Pero claro, supongo que lo de la pica, las banderillas…. son una muestra inequívoca de inteligencia. Otra razón que me dieron, ésta aún más estúpida que la anterior, es que el toro es feliz muriendo en la plaza. Creo que ni siquiera hace falta decir nada al respecto. Quizá si alguien mañana se decida a, con un escudo en una mano y una porra eléctrica en la otra, grabarse en vídeo dándole descargas a un perro, pueda ser considerado también arte. ¿O todo depende, como dijo una vez Su, de cómo nos caiga el animal en cuestión?

14.2.06

Imagen


Hoy, mientras esperaba a que un compañero viniera a recogerme al taller, he podido contemplar una escena que no he podido evitar fotografiar. Un mendigo, ciego para más señas, en la puerta de una farmacia pidiendo ayuda para poder comer, al lado de un anuncio en el escaparate de "láminas saciantes", producto destinado a hacer adelgazar a su consumidor. A menudo podemos ver en nuestras ciudades estampas de este tipo, aunque nos son tan lamentablemente familiares que ya ni siquiera nos paramos a contemplarlas, a valorarlas. Simplemente las vemos como un elemento más del paisaje urbano, y como tales las aceptamos.

A ninguno nos importa la posible historia que se esconde detrás de cada persona, los motivos por los que ha terminado en la calle pidiendo a gente que ni siquiera se digna a mirarles. Tan sólo nos importa que si le damos un euro, nos vamos a quedar sin el café de la mañana, sin poder comprar el Marca o ante alguna catástrofe similar.

12.2.06

Pensando en ti (Ángeles del infierno)

Dices que eres demasiado joven,
que es pronto para amar.
Tal vez necesites un poco de tiempo
ya te tienes que marchar.

Dejas en mis labios
el mejor recuerdo,
¿nos volveremos a ver?
Yo sé que tú y yo
así lo queremos.
Nunca te olvidaré.
Pensando en ti

Silencios que rompen el corazón
tu ausencia es como pruebas de fuego.
Procuro darme fuerzas y no puedo
te llevo siempre en mi pensamiento.

¿Qué estarás haciendo en este momento?
Espero que te acuerdes de mí

Yo sé que tú y yo así lo queremos.
Nunca te olvidaré.
Qué difícil es seguir tu juego.
Pensando en ti. Pensando en ti.
No dura un huracán toda la mañana.
Pensando en ti. Pensando en ti.


Supongo que a estas alturas de vida, pocos serán los que no intuyan en quién pienso al escuchar esta canción de los incombustilbes Ángeles del infierno. Aunque haya pasado ya bastante tiempo, es inevitable acordarse de alguien que fue tan especial para mí. Un beso, Patricia, estés donde estés, y hagas lo que hagas.

Aquí no hay quien viva

Ese es el título de una de las series de más éxito actualmente en la televisión de nuestro país. Y eso dice mucho de lo mal que está la televisión aquí, y por qué no decirlo, los telespectadores. El otro día tuve la oportunidad de deleitarme con un capítulo de esta serie, al menos durante el tiempo en el que me mantuve despierto. Durante ese tiempo, estuve preguntándome varias veces dónde se encontraba la gracia de lo que estaba viendo.

Los personajes abarcan un gran abanico: Un portero presuntamente graciosísimo, especialmente cuando dice la famosa frase "Un poquito de por favor". El padre de este portero, presuntamente tan gracioso como su hijo. Tres chicas que viven juntas en un piso, y que a ellas no logré verles la gracia por ningún lado. Un capullo que lleva un videoclub en el mismo edificio, que parece que no podía ser en otro lado. El presidente de la comunidad, con su familia, una mujer un tanto neurótica, y dos hijos, el pequeño un niño gordo insoportable, que me imagino que a los incondicionales de la serie, les hará un montón de gracia. Tres señoras maduritas, por ser generoso, viviendo en un mismo piso y todo el día cotilleando acerca de sus vecinos e incapaces de separarse ni para ir al baño. Creo que esos fueron mis personajes favoritos. Al menos fueron las que lograron sacarme más de mis casillas.

Lo mejor de todo es la poca vida social que demuestran estos personajes, que se relacionan únicamente con sus vecinos y siempre dentro de los límites del edificio, como si de una secta se tratase. Los diálogos son realmente absurdos y predecibles, así como las situaciones, que parecen un resumen de todas las series que hemos visto de pequeños.

Me gustaría que algún seguidor de "Aquí no hay quien viva" me explicase los motivos por los que le hace tanta gracia la serie, tan absurda e irreal por otra parte.

11.2.06

Viaje a Barcelona

Estos días, coincidiendo con un pequeño período vacacional, decidí hacer un viaje a la Ciudad Condal para tomar unos días de descanso y de paso visitar a mis hermanos. Como soy un poco (adjuntar aquí el epíteto deseado), adquirí un billete de avión para salir el miércoles 1 de febrero… ¡¡a las seis y media de la mañana!! No, no había ningún vuelo más pronto, como supongo que más de uno se estará preguntando, en ese alarde de amabilidad del que hacemos gala los españoles tan a menudo. Como a esas horas no hay Metro (ni ganas de cogerlo, por otro lado, con una maleta y una bolsa), pues llamé a un taxi para que me recogiera a eso de las cuatro y cuarto de la mañana. Bajé a la hora convenida y me llevaron al aeropuerto.

El taxi de Madrid

El taxista era un chico joven, de unos treinta años (y pensar que no hace mucho, treinta años para mí era ser un viejo) que en seguida se puso a darme conversación. Ésta giraba exclusivamente acerca de lo mal que lo pasan ahora aquellas personas a las que, como en el anuncio, les gusta conducir, debido a los múltiples radares repartidos por nuestra amada Comunidad. Porque claro, además de conducir, al hombre, le gustaba correr, y era ese el punto en el que fundamentaba sus quejas. Dada la temprana hora que era (o la tardía, según se mire), yo no estaba para llevarle la contraria, algo que iría en contra, por otro lado, de mi naturaleza de calzonazos, así que le daba la razón. Hasta que ya, dentro de la A-2 y casi llegando al desvío del aeropuerto, empezó a decirme que le daban ganas de llevar un bidón de gasolina en el maletero para, al detectar uno de esos radares, pegarle fuego. “¡¡Verías cómo nos íbamos a reír!!”. Preferí no decir nada más.

El vuelo

El viaje de ida lo contraté con la empresa Vueling, con la que no había volado nunca. De todo hay que probar en esta vida, dicen. El caso es que el espacio entre los asientos era bastante reducido, lo cual no daba muchas posibilidades de cambiar de postura y ponerse más cómodo. Por suerte, en Madrid no hay gente tan (vuelva a ponerse aquí el epíteto más apropiado) como yo, y el avión estaba medio lleno (o medio vacío, si se prefiere), y pude sentarme lateralmente, con lo que mis piernas lo agradecerían. Pero lo que más me llamó la atención de volar con esta compañía, era que las azafatas, mientras se presentaban y nos deseaban un buen vuelo… ¡¡nos llamaban de tú!! “Recuerda que tienes que abrocharte el cinturón”… Aunque lo más gracioso del viaje fue el aterrizaje, tras el cual el avión se dirigió hacia el túnel que se pone en la puerta y que lleva directamente al aeropuerto, sin necesidad de coger ningún autobús. Una vez puesto el aparato allí, una azafata nos dijo que podríamos proceder a bajar por la puerta delantera. Pasó un rato, y allí estábamos todos, sin poder salir aún, hasta que la misma azafata nos dijo, y cito palabras textuales: “Señoras y señores, a continuación podrán proceder a salir por la puerta de atrás, dado que el técnico encargado de acoplar el túnel a la puerta.... pues... se la ha cargado”. Por lo menos nos echamos unas risas.

El taxi de Barcelona

Cuando llegué a la Ciudad Condal, tomé un taxi para ir a casa de mi hermano. Una vez me subí en el coche, me recordó irremediablemente al taxi que conducía Guillermo Montesinos en Mujeres al borde de un ataque de nervios, adornado hasta límites insospechados, todo el salpicadero, el retrovisor.... Por no hablar del taxista. Le hice un pequeño comentario de que venía de Madrid, ciudad en la que estaba todo en obras y me hizo un repaso por todos los políticos asociándolos con toda clase de insultos. Zapatero esto, Rajoy, lo otro, Gallardón.... Zaplana.... todos. Terminó diciéndome que no me fiara de nadie, que al final los únicos que no me iban a fallar serían mi padre y mi madre, que todos los demás me darían tarde o temprano la puñalada por detrás. Una curiosa conversación para ser tan temprano.

Finalmente llegué a casa de mi hermano, y empezó la normalidad, al menos relativa. Aún quedaba por delante el concierto de los sempiternos Burning, el partido en el Camp Nou entre el Barça y mi Atleti, quedar con mi amiga Laura (que no sé si seguirá considerándome amigo después de todo)....

23.1.06

¿Qué era?

"Esto ya lo he vivido antes". Eso es lo que pienso muchas veces cuando tengo que ir a algún Dia a reparar alguna cosa. Y es que hay una serie de hechos que se repiten inevitablemente en cada visita que hago, independientemente de la tienda que sea.

1. La entrada: Siempre que entro en la tienda, hay un hombre o una mujer abriendo la puerta a los clientes, para dar pena y que le obsequien con alguna moneda. Y aun sabiendo que no le voy a dar una perra (como la madre de Brian en "La vida de Brian"), a mí también tienen la deferencia de abrírmela, lo cual se agradece cuando voy cargado. Me introduzco en la tienda y siempre contemplo el mismo panorama: Una cola que podría dar dos vueltas al Vicente Calderón, y una sola caja abierta. Y es aquí cuando pasamos a la segunda fase.

2. La caja estropeada: Cuando le explico a la encargada el motivo de mi visita (vengo a mirar la impresora, o el teclado, o lo que proceda), invariablemente, la caja que está averiada... ¡¡es en la que están cobrando a la muchedumbre!! ¿Pero no está estropeada? ¿Por qué no abren otra caja entonces? Lo gracioso viene ahora, cuando le dicen (a gritos, por supuesto) a los clientes que se pasen a la otra caja, que esa está estropeada y la tienen que arreglar. He de reconocer que al principio, esta fase me daba un poco de miedo porque a veces me echan la bronca a mí, pero se aprende a tomárselo todo con calma.

3. La reparación: Aquí pueden pasar dos cosas, dependiendo del tiempo que se necesite para solucionar el problema en cuestión.

  • El chino: Siempre hay en la cola un chino o una china con un carro cargado hasta los topes, siempre del mismo producto, generalmente botellas de Coca-cola. El caso es que llevan cupones de descuento, que teóricamente, solamente puede utilizarse uno por día, valga la redundancia. Y ellos lo pasan ocho veces, hasta terminar con las existencias. Lo gracioso de esto, es que la cajera le dice que no puede pasarlo. El chino, la mira sonriendo, como si no entendiera nada y sólo dice "Sí". Con lo que la cajera, tras intentarlo varias veces, tiene que pasarle los cupones para que los demás no se la coman.
  • La despistada: En muchas ocasiones, cuando llevo ya un rato reparando la caja, viene la típica señora despistada, haciendo caso omiso a los destornilladores y alicates que tengo esparcidos y me pregunta cosas como: "La mantequilla, ¿dónde la tenéis?". Alguna vez, cuando estaba de buen humor, he respondido: "Yo en mi casa, señora".

4. Después: Una vez reparada la avería y rellenado el parte correspondiente, la encargada me pregunta: "¿Qué era?". Y claro, uno piensa muchas veces en decirle que el desatomizador de plutonio tenía desconfigurado el condensador de fluzo y que por eso no imprimía bien, dado que le diga lo que le diga, tampoco lo va a entender.

16.1.06

La mejor profesión

Muchas veces, cuando somos pequeños, nos hemos o han preguntado: "¿Qué quieres ser de mayor?" Hay respuestas de todo tipo: Futbolista, bombero, policía, astronauta... o como decía la Susanita de Mafalda, mamá. Todas ellas son profesiones muy respetables (bueno, la de futbolista sería discutible), pero es de mayor cuando se da uno cuenta de la mejor profesión posible: político. Y me da igual que uno sea de derechas, de izquierdas o de centro, porque al final, le pese a quien le pese, son todos iguales (aunque unos son más iguales que otros, eso es cierto).

Podría hablar de lo bien que viven los políticos, de los viajes que se pegan, los cuales no son en autobús o tren, sino en placenteros aviones, y además alejados del típico niño repelente que no deja de gritar en todo el trayecto y que propicia que un vuelo de una hora aparente una duración de siete. O de lo bien que lo tienen para moverse por la ciudad, parando el tráfico para pasar ellos, y sin problemas de aparcamiento. Porque no creo que ningún político haya sido multado por no dejar el ticket correspondiente en las zonas azul o verde de aparcamiento (y hablo de Madrid). Podría hablar de lo bien que se lo pasan en el Congreso, deleitándonos a todos con los famosos "Y tú más". Tan divertido es, que se tiran muchas veces hasta altas horas de la madrugada diciéndose cosas.

Todas esas cosas, de por sí, son motivo más que suficiente para querer ser político. Pero la mejor razón que puedo encontrar es una muy sencilla: un político nunca se equivoca. Porque, ¿alguien ha visto alguna vez a un político reconociendo un error? Yo no. Y si no lo hacen, será que no se equivocan. ¿Se imaginan a Gallardón, por ejemplo, diciendo que ha cometido un error de cálculo y que por eso hay casas agrietadas por las obras del Metro? ¿Se imaginan a alguien reconociendo algún tipo de error tras la masacre perpetrada en Madrid el famoso 11 de marzo? ¿Se imaginan a "míster Ansar" reconociendo que fue un error enviar tropas españolas a Irak? ¿Se imaginan a alguien reconociendo que hubo negligencia a la hora de tratar el caso del Prestige, tanto antes como después del hundimiento? ¿Se imaginan a alguien diciendo que hubo un error en el incendio de Guadalajara? Y es así de sencillo, los políticos no se equivocan. Por eso me habría gustado ser político, y no haber cometido los errores que en mi vida he cometido.

15.1.06

Pena

Muchos cambios de los que se producen en la vida son cambios que no nos gustan, o que no nos hacen sentir bien, aunque los protagonistas de esos cambios piensen que es lo mejor. Es el caso, con la desaparición de uno de mis blogs favoritos, que no es otro que el de Txio, ("Las confidencias del patito feo") una de las personas más interesantes que he conocido gracias a estas páginas. Me ha estado explicando los motivos que le han llevado a cerrar su espacio, pero aunque puedo comprenderlo, también siento profunda tristeza, porque lo considero una gran pérdida. Pero si ella piensa que es lo mejor, yo no puedo decir nada. Un abrazo, Txio.

8.1.06

Flipando en colores

Supongamos que A, B y C (perteneciendo A, B y C al conjunto de seres humanos) están planeando un viaje. Sería durante un semana, más o menos, aprovechando que todos ellos tienen vacaciones, no se sabe si merecidas o no. A es partidario de ir con el coche hacia el sur, a Andalucía, pues el clima en esta época de año no es tan duro como puede serlo en otros sitios, mientras que a B y C no les convence esa opción. Por ello se hallan intentando decidir hacia dónde marchar. Pero A tiene un viaje con su pareja a Italia, por lo que solicita que a su regreso sigan intentando decidir el lugar hacia el que encaminarán sus pasos, poniendo especial atención al frío y al dinero a la hora de tomar esa decisión. Pero he aquí su sorpresa que, durante su estancia en el país transalpino, le llega un mensaje al móvil procedente de B en el que le dice algo así como: "Estamos reservando tres billetes para Praga".

Esta historia es la que me han contado hoy cuando he quedado con unos amigos para tomar algo (yo he quedado con A, por si había dudas), y la verdad es que me he quedado indignado. Y no sé si soy un poco radical o no, pero mi consejo ha sido que, a pesar de que Praga es una ciudad que me apetece mucho ver, les dijera a B y C que se comieran el billete.

¿Vosotros qué haríais?

1.1.06

Memorial "Jesús Gil"


El pasado 30 de diciembre, viernes, se disputó en el estadio Vicente Calderón un partido amistoso entre Atlético de Madrid y Real Madrid. El partido no tenía otro motivo que recordar a Jesús Gil, presidente del club colchonero hasta su fallecimiento, en mayo de 2004.

Jesús Gil fue un hombre que no pasó desapercibido para nadie, algunos más o algunos menos, pero todo el mundo conocía a este peculiar personaje. Era muy socorrido en programas de televisión y radio, por aquello de que no se callaba ni debajo del agua y tenía cierta gracia. Pero lo que yo pretendo no es recordarle, sino resaltar la hipocresía que el miedo a la muerte provoca en el ser humano. Porque, a la pregunta que se les hacía a algunos participantes sobre cómo era Jesús Gil, todos coincidían en resaltar que "era una gran persona".


Y todo porque está muerto. ¿Nadie tiene el valor de reconocer que este hombre era un auténtico mafioso (por no utilizar epítetos malsonantes utilizo este, bastante suave para lo que era él)?. Simplemente, durante su etapa como presidente atlético, se vio envuelto en más escándalos de los que pueda recordar. Como aquella vez que le propinó un puñetazo al tesorero del Compostela porque "había faltado al respeto a los votantes de Marbella". O aquella otra que se dejó los pulmones echándole la bronca al "tren" Valencia delante de todo el mundo, y utilizando los más crueles insultos (y los más racistas también, por otro lado). O todos los chanchullos que tenía que llevaron al equipo a un descenso a Segunda División tras ser intervenido judicialmente. O, años antes de llegar a ser presidente de este equipo, la provocación de un accidente que le costó la vida a varias personas en Los Ángeles de San Rafael. Y mucho más que no merece la pena recordar aquí.

Pero claro, ahora está muerto, y está feo hablar mal de un fallecido. Así que todo eso está olvidado y, de repente se ha convertido en una gran persona. Aunque, por otro lado, tampoco creo que fuera imaginable que alguien, tras ser consultado por el periodista de turno, respondiera: "Pues sí, Gil era un poco hijoputa....". Pero una cosa es ser políticamente correcto con la prensa y otra muy distinta hacer un memorial a una persona como ésta. Y más aún el querer hacerla todos los años. ¿Realmente merece tanto la pena recordarlo? Quizás para no caer en los mismo errores del pasado, sí.

28.12.05

¿Hasta la próxima?

Ayer, caminando por la calle, pude ver a dos ancianos felicitándose la Navidad. Debían ser dos conocidos del barrio, acostumbrados a verse habitualmente en sus paseos, en su vida cotidiana. Y, dada su avanzada edad, no pude evitar que un pensamiento triste asomara a mi mente: ¿Sería esa la última vez que se podrían saludar?

De camino al coche seguí divagando sobre el tema, hasta que me puse yo en la piel de los ancianos. Es decir, empecé a pensar en que fuera yo el que no pudiera saludar a nadie al día siguiente por no estar aquí. Aunque remota, es una posibilidad. Y lo que más me dolía de ese pensamiento, era que los que se quedaran o quedasen aquí no supieran hasta qué punto eran importantes en mi vida porque mi orgullo no me dejaba decirlo. Por eso, en muchos aspectos, hay que aprovechar el momento como si fuera el último, porque llegará un momento en que, efectivamente, será el último. Lo malo es que no sabemos cuándo sucederá.

13.12.05

Sexo (puro y) duro

Durante la semana, mientras desempeño mis funciones laborales, he de desplazarme en coche de un lado para otro de la ciudad, como muchos sabréis ya. En esos trayectos, para amenizar los más que comunes atascos que tengo que sufrir, escucho en la radio una emisora de rock que se llama Rockservatorio FM. Hoy, entre bocados que le estaban dando al queso, lomo, chorizo y demás manjares, han puesto una canción de un antiguo grupo alicantino llamado Badana que trataba sobre las mujeres, a las que no dejaban en muy buen lugar.

Y ahí ha estallado la movida. La eterna y absurda lucha sobre qué sexo es mejor. Que si unos piensan con el miembro viril, que si las otras son unas arpías y demás tonterías similares han llenado los siguientes minutos de emisión. Y eso es algo que nunca entenderé. Porque supongo yo que los que esgrimen esos argumentos, tendrán pareja, o tendrán padre y/o madre. ¿Entrarán todos ellos en esa afirmación? ¿No se puede estar contento y orgulloso del sexo de cada uno sin tener que caer en menospreciar el otro?

Por la parte que me toca, me parece muy injusto decir aquello de "todos sois iguales", porque ello supone compararme e igualarme con personas que me parecen totalmente deleznables. Aunque, por otro lado, si todos somos iguales, como muchas mujeres se cansan de repetir, ¿por qué esas mujeres no pueden estar sin un hombre al lado?

11.12.05

El Mundial de España

Ya estamos otra vez igual. Si cada año la Navidad nos visita de manera implacable, no menos común es la visita de la euforia desmedida, aunque esta vez es cada cuatro años. Cada vez que hay un Mundial de fútbol y juega España, algo que desde 1978 ha ocurrido siempre. Y es que no importa el grupo que nos toque o las dificultades que se hayan pasado para clasificarse: nos vemos campeones antes de jugar.

Este año lo tenemos fácil: Arabia Saudí, Ukrania y Túnez son los escollos que deberá superar en primer lugar "el equipo de todos" en su camino hacia la gloria, o lo que es más probable, hacia cuartos de final. Allí vendrá cualquier selección y nos echará a la calle, y entonces volveremos a leer y ver en todos los medios el nombre de un árbitro que será tildado de verdugo del equipo nacional y será nombrado enemigo del pueblo. Se dice que la Historia está para aprender, pero parece ser que en fútbol la historia está para repetirla hasta la saciedad. De otro modo no puedo entender cómo, durante el sorteo de los grupos, en una emisora de radio en la que suele participar un antiguo jugador del Betis, sale éste diciendo que ojalá que nos toque Holanda, que nos viene muy bien su juego. ¡¡Holanda!!

Parece que la gente tiene muy poca memoria, y no recuerda que en un grupo integrado por Serbia y Montenegro, Bosnia, Bélgica, San Marino y Lituania hemos tenido que recurrir a la repesca para poder estar en el torneo. Y no contentos con eso se permiten el lujo de desear que nos toque Holanda, una selección que, a pesar de no haber estado en el Mundial anterior, tiene mucho más fútbol que nuestro equipo y que nos puede hacer un roto muy grande. No sé qué se mete este señor, pero quiero un poco, porque se debe ver la vida mucho mejor de como es en realidad.